Cristina Morales. En un nuevo capítulo de nuestra tradicional sección de los lunes ‘Onubenses por el Mundo’, vamos a conocer a una de nuestras entrevistadas más jóvenes. Se trata de Laura Ojeda Pérez, una onubense de 18 años que decidió marchar a Reino Unido a cursar su formación universitaria.
Es su segundo año en Aberdeen, una ciudad de Escocia que le recuerda mucho a Huelva por ser costera e industrial, además de pequeñita, accesible y acogedora. Aunque, como todos nuestros paisanos fuera de estas tierras, echa mucho de menos la comida, el clima y su familia, se siente allí una más.
Estudia Management with Marketing (marketing con empresariales), en la Universidad Robert Gordon, una oportunidad que le agradecerá eternamente a sus padres. Viajar, ver mundo, conocer gente nueva, otra cultura e idiomas, son enseñanzas y experiencias que nunca olvidará. Hablamos con nuestra Onubense por el Mundo Laura Ojeda Pérez.
– Cuéntanos un poco de tu biografía hasta ahora.
– Soy de Huelva, pero vivo a las afueras de la ciudad. En mi familia somos mis padres, mi hermano y yo. Desde chica mis padres me inculcaron el gusanillo de viajar y conocer nuevos sitios, lo que se convirtió en uno de mis hobbies favoritos junto con la hípica. Entré en el Colegio Tierrallana a los 3 años y estuve allí hasta que empecé la universidad. Tengo mucho que agradecer, sin el apoyo de mis profesoras y sobre todo el de mis padres no podría haber conseguido lo que he conseguido hasta ahora.
-¿Por qué decidiste irte fuera?
– Me vine a Reino Unido por ese gusto de viajar y conocer nuevos sitios. Aunque me hubiera encantado quedarme en España cerca de mis padres, de mi familia y amigos. Pero las oportunidades que me ofrece el sistema educativo universitario inglés no me las ofrece el sistema educativo universitario español, lo que fue un incentivo para decidirme a estudiar en Reino Unido.
– ¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
– Este es mi segundo año.
– ¿Dónde vives? ¿Cómo es esta ciudad?
– Vivo en Aberdeen, Escocia. Me recuerda a Huelva en cierto modo. Se trata de una ciudad costera e industrial, bastante acogedora. El centro es muy chico, casi todo se encuentra situado alrededor de la calle principal. A mi familia le digo que me recuerda a un cuento o película Disney por el tipo edificios. Lo que más me gusta se puede decir que es la cantidad de campo y parajes naturales que puedes visitar. Es un sitio bastante seguro para vivir y eso está bastante bien, me puedo mover de un lado para otro sin problema; obviamente hay zonas que no son tan seguras pero la verdad que no he tenido la necesidad de pasar mucho por esos sitios.
– ¿Cómo es vivir ahí? ¿Es muy diferente a España?
– Aberdeen se encuentra a la altura de Noruega más o menos, por lo que hace bastante frío, pero gracias a dios no es un frío húmedo, no cala la ropa, así que un buen chaquetón y puedes ir a cualquier lado sin problemas. Aunque eso sí, de ropa capas, es decir, cosas que te puedas quitar ya que todos los sitios están aclimatados y hace bastante calor en el interior de los locales. A lo que yo no termino de acostumbrarme es al tiempo, puedes tener las cuatro estaciones en cinco minutos. El otro día estaba en la Universidad, porque tenía clases allí, y hacía un solazo que pocas veces ves, pero cuando volvía a la residencia empezó a diluviar y un viento que costaba andar.
Otra cosa son los horarios, con mis amigos me río porque por ejemplo, ellos cenan a las cinco o seis de la tarde y yo a esa hora estoy merendado. Muchos locales cierran a las seis de la tarde, aunque también hay que decir que a las seis de la mañana están abiertos. También abren los domingos aunque cierran alrededor de las tres de la tarde, pero por lo menos si necesitas algo puedes ir por la mañana a buscarlo.
Se echan de menos muchas cosas de España, el sol sobre todo, o la comida. Cuando les doy a probar un poco de jamón y fuet que mis padres me mandaron, o hago tortilla de papas o gambas al ajillo ese día se come en familia, todas a la mesa, les encanta.
– ¿Cómo has vivido la pandemia?
– A mi el comienzo del Covid y de la cuarentena me cogió en segundo de bachiller con selectividad, por lo que seguía en España, pero sí he conocido a españoles que volvieron a España de milagro, justo antes de que se cerraran las fronteras.
Cuando yo empecé la universidad, en septiembre del 2020, todo estaba muy limitado. Pero aun así las restricciones eran distintas a España, se podía ir por la calle sin mascarilla, no había toque de queda, y al entrar a un local tenias que registrarte porque si en algún momento das positivo en Covid, el gobierno se pone en contacto con el local y tienen que hacer cuarentena todo aquel que estuviera allí el mismo día que tú.
El segundo semestre el país estaba en cuarentena, pero era distinta a como es en España, podías salir a cualquier hora, no había restricciones en ese sentido,. Solamente que todos los comercios estaban cerrados menos las tiendas de comida pero podías moverte libremente dentro de la ciudad, para ir de una ciudad a otra era un poco más lioso, solo podía si era una razón de peso. En teoría no podía entrar nadie en tu casa, solo los convivientes, pero como era de esperar los universitarios no hicimos mucho caso a eso. En ese sentido lo hicimos un poco mal, aunque para que pudiéramos ser más gente siempre hacíamos cosas en la calle aunque estuviéramos congelándonos.
– ¿Qué estás haciendo en estos momentos?
– Este es mi segundo año de carrera, estoy haciendo Management with Marketing (marketing con empresariales) en la Universidad Robert Gordon.
– ¿Es tu primera estancia en el extranjero?
– Es la primera vez que estoy sola en otro país.
– ¿Cuál es tu balance de la experiencia por ahora?
– Lo estoy disfrutando como una niña chica. He tenido la suerte de conocer a gente muy buena y que me ha ayudado en todo lo que he necesitado, hemos creado una pequeña “familia”. La experiencia de la universidad también la estoy disfrutando muchísimo. Estaba muy segura de que quería irme fuera de España a estudiar, pero a la misma vez estaba muy nerviosa. Hoy por hoy tengo claro que no me equivoqué al venir aquí a estudiar. Mis padres no se hacen una idea de lo agradecida que estoy de que me hayan dado esta oportunidad.
– ¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
– Soy de ponerme objetivos a corto plazo, trabajo mucho mejor de esa manera, por lo que ahora mismo estoy en proceso de encontrar y conseguir unas prácticas para el curso que viene, y de paso si se puede aprender un poco más de francés.
– ¿Qué piensan tu familia y amigos de tu aventura?
– Me apoyan muchísimo, aunque obviamente nos echamos muchísimo de menos ya que no puedo decir “pues este fin de semana cojo un tren y voy a veros”, y la situación Covid lo hace un poco más difícil. Pero gracias a Dios vivimos en la era de la tecnología y los intento llamar todos los días a través de videollamada, al menos a mis padres, y una llamada semanal mínimo a mis abuelos. Algo que tengo claro es que si no me hubieran apoyado en esto de irme fuera a estudiar, no podría haberme venido, fue el empujón final que necesitaba para hacerlo.
– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– De momento no lo sé, encontrar un trabajo que me guste. Me quedan dos años de universidad y cuando termine seguiré formándome en otros campos relacionados con mi carrera. A nivel laboral supongo que iré donde haya trabajo y sea feliz.
– ¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
– Ahora mismo siempre está el miedo del Covid y que no pueda volver y eso, pero vuelvo para navidades y verano, siempre que puedo y los estudios me lo permiten.
– ¿Qué es lo que más echas de menos de tu tierra?
– Mi familia sin duda, la comida, mis caballos y el sol también se echa bastante de menos. Sentarte en una terracita a tomar algo o unas tapas. El mar por suerte lo tengo aquí también y puedo disfrutarlo, sin bañarme claro, no podría con lo frío que está.
– Para terminar: un mensaje a tus paisanos.
– Algo que siempre me han dicho mis padres: Huelva siempre va estar ahí pero la oportunidad de viajar y conocer mundo no.