Antonio Delgado Pinto. Huelva es una gran desconocida para muchos, pero no solo para foráneos, también para los propios onubenses. De Sierra a Costa, pasando por Andévalo, Condado y Campiña, nuestra tierra tiene un sinfín de lugares bellos, a la par que desconocidos para la mayoría.
El onubense Antonio Delgado Pinto nos presenta cada sábado cinco lugares imperdibles de la provincia de Huelva. En esta ocasión, nos recoge monumentos e infraestructuras que datan de principios del siglo XX.
Apunta todos estos rincones que un buen choquero que se precie debe conocer.
PALOMARES DE CANDÓN. Desfile de gigantes en la Campiña
Estas singulares construcciones están situadas en el término municipal de Beas. No se sabe con certeza de qué año datan ya que los habitantes más viejos de Candón siempre los han conocido ya hechos. A pesar de haber sido diseñados como palomares, a mediados del siglo pasado fueron utilizados como silos para alfalfa.
Los ocho depósitos están edificados en una única hilera, son cilíndricos y acaban en forma cónica en su parte superior. Ninguno de los ocho es exactamente igual a los demás, aunque todos ellos están construidos con cemento armado y ladrillo macizo.
CARGADERO DE SAN PLATÓN. Muelle de carga de una mina tardía
San Platón fue descubierta a principios del siglo XX. Junto a Angostura, Esperanza y Poderosa compartió la red de ferrocarriles mineros que posibilitaba la salida del mineral hacia Huelva.
Mis primos Juanma y Miguel Ángel, criados en la cercana mina de Concepción y conocedores de la zona, me trajeron hasta este paraje, no lejos del Puente de Chapa, hace ya muchos años, cuando aún quedaban muchos más vestigios mineros que los que pueden verse ahora.
Este cargadero dejó de funcionar en la década de los años cuarenta del pasado siglo. Merece la pena acercarse hasta estas ruinas y disfrutar de la paleta de colores que regala el entorno y la panorámica sobre el curso alto del río Odiel.
LOS CARRASCALES. Arquitectura neomudéjar en las afueras de Rociana
Desde lejos, este edificio flanqueado por dos altas palmeras recuerda un palacete musulmán. Sus puertas y ventanas de herradura acrecientan este sabor magrebí a medida que uno se acerca y va descubriendo detalles.
La fachada lleva la fecha de 1914 y su arquitectura neomudéjar conecta con lo que se hacía por ese tiempo tanto en Huelva como en Sevilla, no en vano, tanto en su exterior como en su interior se ha utilizado con profusión el ladrillo fino y la azulejería.
Un lugareño me relató la época dorada de esta magnífica vivienda de campo, abandonada a mediados del pasado siglo, a la que se llegaba por un camino de tierra batida, que ya no existe, escoltado por bancos y macizos de flores. Cuando uno visita su ya deteriorado interior, no le es difícil imaginar su época de fastos y esplendor.
CENTRAL TÉRMICA. Un siglo formando parte del paisaje de Corrales
Esta gigantesca nave de hormigón y su chimenea se han convertido en parte indispensable del paisaje de Corrales, sobre todo cuando se atraviesan los puentes del Odiel que conectan este lugar con Huelva.
Construida en 1917, comenzó a funcionar unos años después produciendo electricidad para todo el poblado y para el embarcadero de mineral de Tharsis, posibilitando la sustitución de las antiguas grúas a vapor por otras eléctricas más potentes. Dejó de funcionar en 1947 y unos años después el edificio quedó en desuso.
Aún se conservan en su interior las tolvas, habiendo desaparecido todas las máquinas que producían la electricidad a partir del carbón.
SANTO DE REMUÑANA. Monumento bollullero a una gesta social
Posiblemente el atardecer sea la mejor hora de Remuñana. Es entonces cuando los rayos del sol inciden en la estatua del Sagrado Corazón y saca todo su partido del bronce.
En 1920 el Sindicato Agrícola Católico, creado diez años antes por Pérez y Vacas, compró 835 fanegas de esta dehesa a fin de parcelarlas y repartirlas entre las familias más pobres del pueblo. Entre todas las parcelas, se reservaron algunas para edificar la Casa de Remuñana, una Escuela de Capacitación Agraria, que no llegó a construirse, y este monumento de casi once metros de altura, construido en ladrillo fino y coronado por una imagen a tamaño natural, conocida como el Santo de Remuñana, y localizada en una zona de viñedos y olivares, a medio camino entre Almonte y Bollulllos.