Los algoritmos en finanzas están ahí y queremos explicarte qué son. Es palabra de moda, temida por muchos y vanagloriada por otros, no tiene campo de actuación que se le resista. Están en todas partes: medicina, tecnología, salud, redes sociales… nada escapa ya al poder de los algoritmos.
De un tiempo a esta parte, esta palabra pasó a formar parte de tu vocabulario sin darte cuenta. Las matemáticas, esa asignatura que muchos ya tenían olvidada, ocupa ahora un protagonismo indiscutible del que nadie duda.
Algoritmos que predicen nevadas, epidemias, desastres naturales, te buscan pareja o cualquier asunto susceptible de cálculos tiene ya el suyo propio. Si resulta que te ronda la cabeza crean el tuyo propio y necesitas financiación, los créditos de Wandoo pueden ser una opción para ti.
Qué es un algoritmo
El sector económico no iba a ser una excepción y los algoritmos en finanzas son más útiles de lo que habías pensado. Pero ¿para qué? Empecemos por el principio. Si buscamos algoritmo en el diccionario, leeremos que es un conjunto de operaciones finitas y ordenadas con las que se averigua la solución de un problema.
Quizás, si no eres matemático, informático o tecnólogo te hayas quedado igual con la definición; intentemos aclararla. Cuando se crea un programa informático, se están desarrollando algoritmos, un conjunto de instrucciones que se envían al ordenador para que haga algo con un objetivo. Para que se cumpla hay que usar un lenguaje concreto, el de programación.
Este lenguaje de programación es lo que hace que hombre y máquina se entiendan y esta haga justamente lo que se le pide. La responsable de que los algoritmos estén en todas partes es la inteligencia artificial, una disciplina que se encarga de que las máquinas aprendan y “piensen” lo más parecido al ser humano.
El origen de esta palabra se lo debemos a su creador, Mohammed Ibn Musa-al-Khwarizmi, un matemático árabe apasionado también de la astronomía. Este científico fue quien mostró a los europeos los fundamentos del álgebra y los números indoarábicos, una aportación esencial a la hora de desarrollar algoritmos.
Algoritmos en finanzas
El BBVA y el CSIC decidieron, el pasado mes de julio, que investigarían los algoritmos en finanzas, pero mediante los algoritmos cuánticos. Ambas entidades coinciden en que el sector financiero es uno de los que más promete en estas tecnologías. También insisten en el impacto positivo desde el punto de vista económico que supondrán estos algoritmos para resolver problemas.
Desde BBVA consideran que, gracias a un buen uso de datos, se entenderá cómo tomar decisiones financieras tanto para el cliente como para la sociedad. Por eso, toda iniciativa destinada a empresa e investigación es recibida con los brazos abiertos. Un ejemplo de ello es la plataforma IBM Q Hub, tal y como informan en el CSIC en una nota de prensa.
Computación cuántica en finanzas
La computación tradicional tarda más tiempo en optimizar carteras que la computación cuántica. Esta reduce los procesos a horas para buscar solución a los problemas que vayan surgiendo, según el CSIC, porque entra otro término en juego, los cubits. Estos sustitutos de los bits exploran todas las soluciones que plantee un problema más fácilmente.
De momento no hay ordenador capaz de realizar esta clase de operaciones, pero comienzan a hacerse prototipos. Estos modelos sirven a modo de entrenamiento para demostrar la valía de los algoritmos desarrollados por las entidades mencionadas. Toda esta inspiración cuántica intentará solucionar problemas complejos a la espera de esos ordenadores.
La tecnología sería capaz de perfeccionar los servicios a los clientes según su perfil de riesgo o rentabilidad. También podría incorporar variables, informa la nota de prensa, como la sostenibilidad para desarrollar productos con mejor impacto. En pocas palabras, la tecnología ayudaría con sus inversiones al cliente.
Un paso hacia el futuro
Si después de leer esto crees que estás en una película de ciencia ficción, es lo más normal. Para entender la computación cuántica aplicada a las finanzas es necesario años de experiencia en ambos sectores. Por eso, la colaboración entre el CSIC y el BBV apunta a ser un buen binomio de colaboración.
El Centro Superior de Investigaciones Científicas aporta todo su conocimiento en física fundamental, ya que lleva años investigando el desarrollo de ordenadores cuánticos. El banco, por su parte, tiene experiencia en las finanzas y en los negocios digitales para acercarse al futuro lo antes posible.
El siglo XXI inició una carrera por la innovación que no dejaría atrás ningún sector; las finanzas no iban a ser una excepción. Las empresas cambian y aparecen conceptos nuevos, como el aprendizaje automático, que ayudan a que los procesos sean más ágiles. Poco a poco, las compañías se esfuerzan para que sus soluciones financieras sean las mejores gracias a la tecnología.