Redacción. El servicio de Protección de la Salud de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Consejería de Salud y Familias garantiza la seguridad de alimentos en Andalucía durante el estado de alarma provocado por el nuevo coronavirus.
Desde este departamento hacen especial hincapié en que se trabaja estrechamente con la industria para que la población tenga acceso continuo a productos alimentarios que sean seguros y hayan sido inspeccionados por el Servicio Protección de la Salud. En este sentido, se mantienen con normalidad los servicios de inspección veterinaria permanente de mataderos, salas de tratamiento de caza silvestre y salas de tratamiento de carne de reses de lidia; y se están realizando inspecciones en los establecimientos según las específicas condiciones locales y los recursos disponibles, dadas las excepcionales circunstancias provocadas por la situación de alarma frente al COVID-19.
Asimismo, para garantizar que productores agrícolas y exportadores andaluces sigan creando oportunidades de comercio mundial se está poniendo especial énfasis en la vigilancia del Control Oficial y la expedición de Certificados Sanitarios Oficiales.
La Dirección General de Salud Pública quiere trasladar públicamente su agradecimiento a todas las personas que están en la primera línea del suministro de alimentos, como quienes reponen los estantes de las tiendas de comestibles locales; los transportistas que mantienen las redes de suministro abiertas y en funcionamiento; los trabajadores de empresas de alimentación; los trabajadores que preparan comidas para reparto en domicilio, comedores sociales, residencias de mayores que mantienen a las familias alimentadas durante los cierres; y a los inspectores de seguridad alimentaria, veterinaria y farmacéutica que, debidamente protegidos, garantizan que los alimentos que comemos son seguros, saludables y nutritivos.
La Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica trabaja permanentemente en la vigilancia en salud pública, mediante los sistemas de alerta epidemiológica y respuesta rápida, incluida la identificación y evaluación de riesgos para la salud; e identificación y respuesta ante la aparición de brotes alimentarios y ambientales. La comunicación y relación estrecha entre la industria y la administración andaluza es clave para superar los desafíos que puedan presentarse en materia de seguridad alimentaria.