Cristina Morales. La famosa frase que titula esta entrevista es, sin duda una gran verdad. Y es que si eliges un trabajo que verdaderamente ames y te apasione, la sensación es de estar disfrutando, y no trabajando. Por mucha carga que suponga, el estrés y la responsabilidad que ataña cualquier quehacer, lo cierto es que uno de los secretos de la felicidad en la vida es dedicarse a lo que a uno le gusta. Cobran sentido todas esas horas de estudio o preparación, ese dinero invertido e incluso las jornadas empleadas en otro trabajo para conseguir dinero. Sin duda todo se verá recompensado cuando nunca más tengas que trabajar y veas cumplida tu vocación.
Eso mismo le pasa a María del Rocío Roldán Moro, una joven de Lucena del Puerto que a sus 26 años tiene muy clara su vocación: la educación. Lo cierto es que ella lo sabía desde pequeña, ya que su entretenimiento favorito era jugar a las maestras y, aunque parezca inusual, su momento más esperado del año era la «vuelta al cole». Siempre tuvo claro que quería trabajar enseñando a los más pequeños, por lo que estudió Educación Primaria con mención en Educación Especial en la Universidad de Huelva. Una etapa en la que fue decisiva la ayuda de las becas al estudio que concede la Fundación Atlantic Copper, que le ayudaron a costear los gastos que conlleva un título universitario, gracias también a sus buenos resultados académicos.
Además, tras graduarse no dejó de formarse, ya que decidió estudiar idiomas y prepararse las oposiciones para Educación Primaria, pero el destino hizo que en ese año, el 2017, se congelaran esas oposiciones en Andalucía, por lo que decidió presentarse en la comunidad autónoma de Madrid. Gracias a esta decisión trabajó durante cinco meses en un colegio de Valdemoro, la cual afirma que ha sido la experiencia más bonita y gratificante de su vida, consolidando aún más la idea de que su sueño es ser maestra. En este 2019 volvió a presentarse, esta vez aquí, y se encuentra en la bolsa para poder acceder a una interinidad. Una historia de sueños cumplidos y una fuerte vocación que su misma protagonista nos cuenta en profundidad.
– ¿Cómo accediste a las Becas de la Fundación Atlantic Copper?
– Accedí a ella en mi último año de carrera, ya que para mi sorpresa ese año no recibí la beca del ministerio y vi en esta una buena oportunidad.
– ¿Qué supuso para ti obtener esta beca?
– Supuso para mí poder costear mi matrícula de ese curso y el transporte que necesitaba para ir a la universidad.
– ¿Cómo supiste de la existencia de estas becas?
– Las conocí a través de una compañera y amiga que ya había sido beneficiaria en otros años.
– ¿Por qué decidiste cursar tu carrera o máster? ¿Qué has conseguido con ello?
– Cuando era pequeña mi juego preferido era jugar a las maestras, mis hermanos dicen que me pasaba horas y horas y que mi época favorita del año era la “vuelta al cole”. Siempre he querido enseñar, me encantan los niños y trabajar con ellos. Parece imposible decir que te encante trabajar pero la verdad es que mi profesión me apasiona, no podría imaginar mi vida laboral a largo plazo sin que estuviese relacionada con niños y niñas. Por este motivo no dude ni un momento en mi elección a la hora de decidir la carrera que quería estudiar. Gracias a mis estudios he podido trabajar como monitora de campamentos de verano, de actividades extraescolares y de aula matinal en el que fue mi colegio cuando era una niña.
– ¿Qué valor crees que tienen las ayudas de entidades privadas [como la de Atlantic Copper] para la formación de jóvenes como tú?
– Nos brinda la oportunidad de poder permitirnos los gastos que supone estudiar en la universidad, de matrícula, materiales, libros, un ordenador… Y por supuesto con la gran importancia que tienen los idiomas, de poder acceder a clases de inglés por ejemplo, como en mi caso.
– ¿En qué consiste la beca, tuviste que cumplir algún requisito?
– Para obtener la beca debías ser estudiante de la universidad de Huelva y además tener una media de mínimo un 8 en el curso anterior.
– ¿Qué estás haciendo en estos momentos?
– Actualmente estoy estudiando un máster en la universidad de Huelva; “Estudios de género, identidades y ciudadanía”. Creo que, como dijo Nelson Mandela, “La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”, por ello he tomado la decisión de cursar este máster, para adquirir unos valores y conocimientos que pueda transmitir a mis futuros alumnos y alumnas. Quiero educar en igualdad, desde y para la igualdad. Además sigo formándome en idiomas y, como no, retomaré las oposiciones para la siguiente convocatoria.
– ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo? ¿La mayor satisfacción?
– Como bien he dicho he trabajado siempre en relación con niños/as. Para mí la docencia en la profesión más gratificante y enriquecedora que podría desempeñar. Me hace perder la noción del tiempo y sacar a la niña que sigue, y que espero que siga siempre dentro de mí. La mayor satisfacción es esa sonrisa, ese abrazo, ese gesto desinteresado que llega siempre en el momento adecuado.
– ¿Cuál es tu sueño?
– Mi sueño es llegar a ser esa maestra que perdure para siempre en el recuerdo y el corazón de los pequeños y pequeñas que me encuentre en el camino. Y por supuesto no dejar de aprender jamás porque: «Enseñar es aprender dos veces» (J. Joubert).
– ¿Algún mensaje a los onubenses?
– En mi día a día tengo presente siempre un lema, lo aprendí de la película Disney Buscando a Nemo, es ese “Sigue nadando” de mi personaje favorito, Dory. Así que ese es mi mensaje para nos onubenses, que sigan nadando, que sigan soñando y luchando por conseguir aquello que de verdad desean. Seamos valientes, «El futuro pertenece a los que creen en la belleza de sus sueños» (Eleanor Roosevelt).