
Cristina Morales. El sevillano José Luis Caño Ortigosa, profesor de la Universidad de Huelva, ha hallado junto a su compañero de investigación Yu Chung Lee, el diccionario español-chino más antiguo de los que se tiene constancia. Datado de principios del siglo XVII, entre 1626 y 1642, resulta ser además el diccionario conocido más completo de estas dos lenguas, ya que incluye el chio chiu, un dialecto chino de la región de Fujian, prácticamente desaparecido hoy y que en aquellos tiempos se constituía como la lengua franca comercial de casi todo el Océano Índico para el trato con mercaderes chinos.
Dicho documento fue creado por los padres dominicos como parte de su acción evangelizadora, incluyendo también una columna fonética que utilizaban para poder aprender a hablar esas lenguas sínicas. Se trata del diccionario completo más antiguo conocido de las dos lenguas más habladas del planeta en aquel tiempo y ahora, sin contar con el valor añadido que hoy tienen las relaciones con China, en paralelo con el siglo XVII, cuando se trataba de los dos imperios más importantes del mundo entrando en contacto directo por primera vez.
José Luis Caño Ortigosa es Doctor en Historia de América por la Universidad de Sevilla, posee también el grado de Máster en Historia Latinoamericana por la Universidad Internacional de Andalucía y es Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Hispalense. Actualmente es profesor sustituto en la Universidad de Huelva, tras haberlo sido en el Departamento de Historia de América de la Universidad de Sevilla durante períodos de los cursos 2017/18 y 2018/19, después de haber ocupado un puesto de Postdoctoral Research Fellow en la National Tsing Hua University (Taiwán) en el año 2016. Ha trabajado también para otras universidades, como la University of Michigan (USA) en Sevilla, la propia Universidad de Sevilla en el año 2015 y en el programa universitario norteamericano Council International Educational Exchange (CIEE). Además, es Profesor Libre de la Universidad Nacional del Nordeste, (Argentina) y profesor en Sevilla para el programa de las Universidades de North Carolina, Clemson y Ohio State University desde el curso 2017/18 hasta el presente.

Es investigador en diversos grupos financiados en los planes de I+D+I de España, Argentina y Taiwán, alguno de ellos reconocidos de Excelencia. Sus investigaciones, fundamentalmente sobre la historia institucional y social de América colonial y las relaciones históricas entre España, Filipinas y la isla de Formosa (Taiwán) durante la Edad Moderna, han dado como resultado numerosos libros y aportaciones a revistas científicas. Es Secretario Científico de la revista Temas Americanistas e integrante, asimismo, del Consejo Científico de otras prestigiosas revistas especializadas.
Como parte de su extenso curriculum, Caño comparte desde hace años grupo de trabajo con el profesor Yu Chung Lee, estudiando con la documentación existente acerca de la presencia española en Extremo Oriente y sus relaciones especialmente con China y Formosa (Taiwan). Juntos han elaborado catálogos documentales tras consultar toda la información existente en cualquier archivo del mundo sobre esta temática. En uno de esos barridos documentales de archivo, después de un año de consulta en Manila, en su segunda visita al archivo de la Universidad de Santo Tomás de Manila (universidad dominica) localizaron el diccionario entre sus fondos. A partir de este hallazgo pueden extrapolarse varios estudios, desde distintas disciplinas científicas. Ambos investigadores, antes de comenzar sus propios estudios han decidido poner a disposición del mundo académico este hallazgo, compartiendo una versión facsímil del diccionario en Taiwan y con la Universidad Santo Tomas de Manila.
Tal y como nos explica el docente de la Universidad de Huelva: «Ambos, el profesor Lee y yo, somos doctores en Historia de América por la Universidad de Sevilla, un ámbito de estudio que, con nuestras especializaciones en los siglos XVII y XVIII, hacen que el ámbito de la antiguas colonias españolas de Filipinas y Taiwán entren entre nuestros objetos de estudio, ya que ambas colonias pertenecían al virreinato de Nueva España, lo que hoy sería México esencialmente, Centroamérica, el Caribe y las colonias asiáticas«.
En 2017, en el archivo de los Dominicos de la Universidad de Santo Tomás de Manila, que ya era universidad en tiempos del dominio español, el investigador solicitó las fuentes documentales existentes en chino, llegando a unas cajas con datos sin catalogar y considerados de poco valor. Ahí encontraría este valioso diccionario chino-español del siglo XVII. Un descubrimiento que supone «la fotografía exacta de uno de los principales y más importantes primeros contactos que se establecen entre ambos imperios, que es la necesidad de crear herramientas con las que poder entenderse. En el caso español, esta es una herramienta creada por una orden religiosa con el fin primordial, aunque no único, de intentar evangelizar el Imperio chino».
Este hallazgo resulta esencial para entender las primeras relaciones establecidas entre las dos grandes potencias del mundo de ese momento y cómo esas relaciones podían condicionar las del resto de la región. Además, contiene el diccionario de la lengua Chio Chiu, con lo que pueden hacerse estudios para su recuperación y entendimiento. Un descubrimiento del que pueden surgir numerosos estudios de carácter lingüístico, histórico o antropológico, entre otros ámbitos.

El diccionario establece el punto de partida para múltiples estudios que podrían lograr un conocimiento científico más exacto de las primeras relaciones españolas con oriente. Una muestra del afán por la evangelización de otras tierras y por el comercio con unas tierras tan ricas como china en la venta de especies, telas y demás joyas para occidente. La importancia de este hallazgo no solo reside en lo puramente lingüístico, o en comprender cómo han evolucionado ambas lenguas, sino que se puede llegar a entender la completa realidad de ese momento. La presencia del dialecto Chio Chiu o Chouzhou y los vocablos existentes, permiten conocer el uso cotidiano de un idioma utilizado por gran parte de los emigrantes y comerciantes que interactuaban con los españoles y que provenían del sur de Fujian. Dada la importancia de estos tratos comerciales y para, a su vez, conseguir la evangelización de estos pueblos, los españoles necesitaron aprender los dialectos Minnan, utilizados por los chinos en aquella zona. Estos eran quienes tenían licencia para emigrar y comerciar por todo el sudeste asiático y, por tanto, con las posesiones españolas en Filipinas.
Para la evangelización, la mejor opción era aprender su propia lengua. Pero no existía una lengua única, sino que eran múltiples los idiomas y dialectos. En el caso de los chinos, que contactaban con los españoles en Filipinas, se comunicaban a través del dialecto Chio Chiu. Gracias a las palabras halladas podemos llegar a conocer cómo se expresaban, detalles de su vida cotidiana, así como datos geográficos del momento, lo que hace que pueda llegar a completarse la historia de Taiwán más de lo que hoy en día sabemos.
Sin duda, una herramienta de gran valor para estrechar lazos con oriente y conocer cómo de antiguas son nuestras relaciones con el gigante asiático, permitiendo también completar datos de nuestra historia que hasta ahora se desconocía. Un ejemplo más del poder de España, cuando era un gran imperio y una de las principales potencias mundiales. Algo que no hemos perdido es la relevancia de nuestro idioma, uno de los más hablados del mundo y que bebe de un sinfín de lenguas y dialectos procedentes de medio mundo.