Redacción. La Compañía Nacional de Teatro de México presentó este sábado 20 de julio en Niebla ‘El perro del hortelano’, la segunda de las obras programadas este año dentro del XXXV Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla. La vocación americanista de la Diputación se vuelve a poner de manifiesto con esta adaptación de la obra de Lope de Vega, en una actuación coordinada con otros festivales de teatro, Almagro y Olmedo Clásico entre otros, con el objetivo de favorecer la exhibición de compañías hispanoamericanas de teatro clásico en los festivales de verano.
Es la segunda vez que la Compañía Nacional de Teatro de México visita Niebla tras su participación en 2017 con ‘La hija del aire’ de Calderón. Esta actuación vino precedida de un encuentro de comunidades mexicanas y de otros países hispanos, procedentes de las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz en el Muelle de Las Carabelas.
La obra es la primera de las cuatro (de las siete que componen la programación principal) que se presentan en esta edición del Festival dirigidas por mujeres. En concreto, la versión y dirección de ‘El perro del hortelano’ corre a cargo de Angélica Rogel, quien se ha inspirado para su puesta en escena en el cine negro mexicano de los años 40 y 50. La música de la obra, interpretada en directo por el músico Carlos Gómez y cantada por los propios actores, está también inspirada en el cine mexicano de los 50 y se entrelazan boleros, danzones y otros géneros latinoamericanos con la acción, pues incluso versos de Lope se llegan a escuchar cantados en el bolero.
Diana, interpretada por Astrid Romo, es una mujer caprichosa, acostumbrada a tener todo lo que desea, hasta que un día “los celos” la llevan a considerar como pretendiente a uno de sus empleados. Con este planteamiento se inicia ‘El perro del hortelano’, de Lope de Vega. Karla Camarillo interpreta el papel de Marcela y Rodrigo Alonso el de Teodoro.
El perro del hortelano de Lope de Vega es una comedia palaciega, escrita entre 1613 y 1618, en un momento de plena madurez creativa, que coincide con la publicación de Fuenteovejuna, La dama boba y El acero de Madrid. Lope presenta un ingenioso juego de amor que al titularlo con un refrán popular (el perro del hortelano ni come las berzas ni las deja comer), avisa ya de entrada del sentido humorístico de la obra. La condesa Diana, que es el “perro” al que alude el título, no se permite a sí misma enamorarse de su secretario Teodoro, ni permite que ame a Marcela, una de sus damas de compañía.
Los personajes pertenecen a la alta nobleza y están rodeados de sus vasallos (secretario, damas de compañía, criados, mayordomo…). La trama contiene dos estructuras básicas: él triángulo amoroso (Diana-Teodoro-Marcela) complementado con la presencia de rivales (Fabio, Ricardo, Federico) y la pareja habitual de galán-gracioso (Teodoro-Tristán) que van entrelazando celos, estrategias, ofensivas y contraofensivas amorosas, hasta que la pasión acaba por desbordarse en el último acto.