
María José Fernández Cruzado. Nadie nos dijo que amar fuese fácil, ni tampoco ¿cómo se ha de amar?, ¿qué se ha de sentir?, ¿cómo sabes que ese es el amor que esperabas cual Penélope en su locura, o como Alan Poe esperando entre tinieblas quien no podría volver jamás? Complejo acertijo el hecho de amar y ser amado, amores hay muchos de eso no me cabe duda, solamente tengo que mirar a mi alrededor, a mi misma, y observarlo.
¿Cómo se ha de amar?, no me lo enseñaron de cualquier manera cada quien ha de amar como mejor sepa, pero el término amar, muchas veces está muy confundido con el de convivir, tener una relación de costumbre con una persona, esperar que os volváis a mirar a la cara después de varias horas separados por la ardua tarea de sobrevivir y recibirse con un frío beso y una pequeña historia de cómo ha ido el día, discúlpenme lectores, pero para mí, eso no es amor, creo que tampoco debemos confundir el querer con el amar, son dos cosas diferentes, así que claro está, no tenemos manual de cómo amar.
¿Qué se ha de sentir?, otra de esas dudas que muchos y muchas aún después de años y años compartiendo lecho se siguen preguntando, si se fueron las mariposas del estómago cuando os ibais a ver, si ya no importa la manera de tratar, o de hablar, y la soledad te inunda aunque frente tengas a tu compañía de camino, algo no se siente como debería… y por última de mis curiosidades ¿cómo sabes que ese es el amor que esperabas?, buena pregunta, creo que jamás tendremos la respuesta totalmente ya que se entremezcla la costumbre, el respeto el cual jamás podrá faltar, quizás el miedo a la soledad, la unión de quienes tienen descendencia y ¿quién sabe si ese es el cóctel perfecto para quererse de por vida?, pero sigo sin saber si eso es amor.
Yo siempre me he refugiado para intentar buscar la respuesta en una frase de un escritor francés que me ha marcado, como decía Antoine de Saint-Exupery, mundialmente conocido por su obra El Principito: “Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección”, pero sin olvidar las palabras de O.K. Bernhardt, escritor alemán: “No te olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos”.
Ambas citas dicen mucho y a veces nada, sobre todo cuando lo intentas y no sabes si eso es lo que realmente sientes o sienten por ti.
¿Por qué un amor ha de ser imposible?, si solo tenemos una oportunidad, qué ocurre con esos amores que… se equivocaron al elegir, que viven en una mentira solo por el qué dirán, que el miedo al cambio es más fuerte que ellos, si ya no es tu chica, esa que conociste con una sonrisa en los labios y ahora te hace sonreír un chico o viceversa, ¿por qué tanto temor?, de todas estas preguntas solamente tengo clara una, no hay amores imposibles, eso lo hacemos nosotros, todo es posible si el amor y no la costumbre, ni la monotonía, ni el desastre del cambio o el chisme…entre un largo etc.… nos deja de importar y vivamos sabiendo lo que es el amor verdadero, ese que quizás lo vivimos… pero se marchó ¿y…? aunque sea difícil siempre hemos de mirar por esa pequeña ventana de la oportunidad y ver pasar “el tren” y que no se escape y no te quedes en el número 7 de la calle Melancolía, esa que nos canta el gran Sabina, ya que nunca sabrás lo que pudo ocurrir, y esta cita la llevo usando años, así que un poquito mía la hago: “Que nunca nadie te diga que no lo intestaste, pero sobre todo no te lo digas nunca tu, a lo mejor hasta vale la pena” y si decides quedarte con esa duda, intenta ser feliz hay muchas maneras de serlo, cada cual ha de decidir la suya, aunque si el amor es lo que mueve el mundo que nadie se quede quieto y ame con fuerza, sienta lo olvidado con quien tenga a su lado o con esa otra persona que necesita, no se daña a nadie si de verdad te han amado y te quieren, pues querrán lo mejor para ti y una de esas cosas tan simples y a la vez tan complicadas es que te amen como quieras y necesitas sentirlo. No nos vaya a pasar como Groucho Marx dejó plasmado para la posteridad un día de esos de sus maravillosas locuras: “Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado”.
Que ustedes lo amen bien y si lo necesitan no olviden tomar el tren.