Mari Paz Díaz. Si decimos el nombre de Sebastián Fierro Suero, seguramente, pocas personas lo conocerán. Sin embargo, si les decimos que se trata de Chan Fierro es probable que sean muchos los que sepan de quién se trata. Y es que es así como llama todo el mundo a este joven de 24 años, apasionado del deporte que, tras estudiar Primaria en el colegio Marismas del Odiel y Secundaria y Bachillerato en el IES Alto Conquero, se matriculó en la Universidad de Huelva para hacer Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Una carrera universitaria que ha completado con dos másteres oficiales, ‘Investigación en Educación Física y Ciencias del Deporte’ y el ‘MAES’, formación del profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, ambos cursados en la Onubense. Todo ello complementado con cursos de diferente índole.
Estudios que tuvo claro desde muy pronto, puesto que, según nos cuenta, «el deporte es una de mis grandes pasiones desde niño. Durante toda mi infancia y adolescencia he jugado a baloncesto. Eso sí, también estudiaba saxofón en el Conservatorio, lo que me hizo dudar qué hacer. Finalmente, me decanté por el mundo deportivo y, a día de hoy, me alegro muchísimo de mi decisión». No en vano, cuenta con una amplia trayectoria profesional en la que ha sido reconocido en diversas ocasiones, como el Premio Sapere Aude y el ser nombrado Alumno 10C. En la actualidad, Chan compagina la docencia universitaria con el arbitraje, junto con otras actividades. Experiencias que comparte con HBN en esta entrevista.
-Chan, recientemente has sido elegido Alumno 10C de la Cátedra Cepsa. ¿Qué ha supuesto para ti este reconocimiento?
-Ha sido una sensación muy gratificante. Por un lado, es un reconocimiento importante y, por otro, el haber podido participar en el programa formativo, ha sido una experiencia enriquecedora. Creo que soy el primer alumno de mi área reconocido con este premio que tradicionalmente está más enfocado a otros perfiles profesionales, más empresariales. Y eso, sin duda, supone una gran satisfacción.
-¿Qué han valorado de tu trayectoria para darte el galardón?
-Según la filosofía del programa, la idea es distinguir a aquellos alumnos que, además de tener un gran expediente académico, tengan un perfil competencial interesante. Alumnos que hayan sido versátiles durante su formación universitaria y no se hayan quedado solo en estudiar la carrera. No podría decirte cuál ha sido el detonante de la elección, pero sí es cierto que durante estos años he hecho muchas cosas, desde la participación en numerosos cursos y eventos internos y externos de la universidad, como las titulaciones de entrenador de baloncesto y entrenador personal por la NSCA, o la participación en diferentes congresos, publicando diferentes artículos científicos, hasta el haber obtenido una beca colaboración para iniciarme en el mundo de la investigación durante el grado y ser becario en el máster de investigación. Todo, sin olvidar, diferentes voluntariados relacionados con mi ámbito profesional, como en el Centro Penitenciario de Huelva o en la Asociación de Esclerosis Múltiple de Huelva, entre otras.
-¿Cómo te sentiste en el acto de entrega?
-Fue un acto sencillo y agradable. Estaba más tranquilo que el año pasado, que también asistí a recoger un premio de investigación. A pesar de ello, como siempre que hay un reconocimiento de este tipo, los nervios están ahí.
-Efectivamente, no es el primer reconocimiento que ganas.
-Sí, el año pasado la propia Cátedra Cepsa me concedió el Premio Sapere Aude de investigación por el trabajo titulado ‘Efectos de un programa de biodanza en relación a parámetros físicos y psicológicos en educación Primaria’, que hice asociado a la Beca Colaboración del Ministerio de Educación. Un trabajo que ya ha sido publicado y que puede leerse buscando su título en Google. Además, también obtuve el Premio Extraordinario al Mejor Expediente en Ciencias de la Actividad física y el Deporte.
-¿Qué estás haciendo ahora?
-Desde febrero de este año tengo la oportunidad de estar trabajando en la Universidad de Huelva con un contrato de investigación adscrito al grupo de investigación HUM643 (Educación, Motricidad e Investigación Onubense), dirigido por el Catedrático Pedro Sáenz-López Buñuel. Paralelamente, me he involucrado en el proyecto de mi tesis doctoral tutorizado por este mismo profesor. Fuera del mundo académico, soy árbitro de 1ª nacional de la Federación Andaluza de Baloncesto y entrenador en dos clubes de la capital, ejerciendo las funciones de preparador físico en uno de ellos. Además, intento seguir formándome continuamente y, ahora, ando estudiando el ciclo superior de entrenador de Baloncesto y mejorando mi inglés.
-A partir de ahora, ¿cómo te planteas el futuro?
-Con muchos proyectos, siempre con ganas seguir mejorando y aprendiendo. En el mundo académico, estoy ilusionado con el contrato actual en la universidad y con la posibilidad de obtener una beca importante para realizar la tesis. Fuera de él, espero seguir creciendo, tanto el mundo del arbitraje, como en el de la preparación física.
-¿A qué te gustaría dedicarte?
-Buena pregunta esa. Hay muchas cosas que me apasionan y a las que me gustaría dedicar tiempo, pero, desafortunadamente, el tiempo está contado. La docencia y la investigación me apasionan, por lo que trabajar en la Universidad sería todo un placer, ya que te permite trasmitir conocimiento, a la vez que sigues aprendiendo, pero soy consciente de lo complicado que es llegar a eso como trabajo fijo. Por otro lado, tanto la preparación física, como el arbitraje, me gustaría que me siguieran acompañando, ya que me aportan mucho, pero son entornos inestables en los que no se pueden hacer planes a largo plazo.
-¿Algún mensaje a los jóvenes universitarios onubenses para terminar?
-Decirles algunas acciones que a mí me han ido bien y creo que pueden resultar de gran ayuda, como son el pensar qué es lo que les apasiona y que se dediquen a ello. Las personas como yo, que tienen en su profesión su pasión, son unos afortunados. También aconsejarles que se rodeen de un entorno estimulante, se planteen retos, porque planificar objetivos, trazar un plan y conseguirlos es insuperable. Y, por último, ser ambiciosos. Nunca se va a conseguir todo lo que uno se propone, pero, cuanto más alto se apunte, más alto se podrá llegar.
Además de todo ello, me gustaría agradecer el apoyo que recibo siempre de todas las personas que me rodean, acompañan, apoyan y confían en mí en el día a día. Soy consciente de lo afortunado que soy de tener a las personas que tengo a mi alrededor. Y, por supuesto, dar las gracias también a la Cátedra Cepsa por este tipo de programas.