Redacción. Agentes de la Policía Nacional han desarticulado un grupo criminal que habían captado a un joven de 18 años de edad en Bulgaria para obligarle a trabajar en el campo en condiciones infrahumanas mediante coacciones y amenazas que se alimentaba de las basuras. Este joven, fue engañado por esta organización, quienes con falsas promesas laborales consiguieron trasladarle hasta Huelva, donde fue sometido a condiciones de acuartelamiento, vigilancia continua y régimen de trabajo que superaba las 10 horas continuadas sin descanso en el campo y sin retribución económica por ello, a pesar de todo, debía abonar a la organización unas tasas por el transporte y alojamiento, deudas que se iban incrementando con el día a día al no tener efectivo con el que abonarlas.
Consiguió huir de sus captores y denunciar los hechos ante la Policía. La investigación se inició a finales del mes de octubre, a raíz de la propia denuncia de la víctima en una comisaría de Policía Nacional después de escapar de sus captores– quienes le vigilaban constantemente – en la que daba cuenta de la situación en la que se encontraba, llevaba en España desde el mes de agosto trabajando en el campo en condiciones infrahumanas y no había recibido ninguna retribución por ello.
Este joven relató a los agentes que había sido trasladado desde Bulgaria a Huelva bajo la promesa de un trabajo en el campo con unas buenas retribuciones, que aceptó dada sus necesidades personales, con el fin de conseguir algo de dinero para ayudar a su familia.
Una vez en España, la organización le tenía controlado en un piso de la barriada El Torrejón de Huelva, donde compartía la vivienda con más de ocho personas, entre ellos uno de los detenidos, que ejercía las funciones de control sobre la víctima.
Los agentes tras escuchar a la víctima, le ofrecieron la posibilidad de alojarse en un Centro de Asistencia de la capital andaluza, donde solo permaneció un día, desapareciendo al día siguiente sin dejar rastro alguno, comenzando una investigación para conocer la veracidad de los hechos y localizar, identificar y detener a los miembros de esta organización criminal, así como localizar a la víctima desaparecida y a otras posibles víctimas si las hubiera.
Los agentes pudieron conocer que la organización contaba con al menos cinco vehículos tipo furgonetas, habilitadas para el transporte de personas, en las que trasladaban diariamente a unos 50 trabajadores, a los que explotaban laboralmente recogiendo aceitunas en diferentes localidades de la provincia sevillana.
Liberación de la víctima. Durante la investigación, el pasado día 27 de noviembre, los agentes lograron localizar a la víctima, cuando era trasladado por la organización en una de las furgonetas, identificando a su vez a todas las personas que con él viajaban.
En este dispositivo de localización, la víctima les manifestó a los agentes, que cuando fue alojado en el Centro Asistencial, uno de los cabecillas de la organización criminal, junto con uno de los controladores, dieron con su paradero, obligándole a montarse en un vehículo por la fuerza donde fue trasladado directamente a la finca donde estaba siendo explotado. Por miedo y por las amenazas sufridas, no había vuelto a escaparse.
Se alimentaba de lo que encontraba en la basura. Este grupo criminal llegó hasta a privar de alimentos al joven, teniendo que alimentarse bien de los que recogía de las basuras o bien de lo que le daban algunos vecinos puntualmente. Además de no recibir dinero alguno, la víctima debía de pagar a la organización 6 euros diarios en concepto de transporte y 50 euros mensuales en concepto de alquiler por lo que tenía una deuda adquirida que cada vez iba en aumento.
El operativo policial culminó con la detención de tres personas, presuntas autoras de los delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral y pertenencia a organización criminal, así como, se llevó a cabo un registro en el domicilio de dos de los detenidos, en el que se intervino numerosos teléfonos móviles, material informático y dinero en efectivo.
Los detenidos perfectamente organizados en el reparto de tareas. El miembro principal de la organización, de 37 años de edad, P.A.S., se encargaba de traer a las víctimas desde Bulgaria, a las que les retiraba la documentación y cobraba 150 euros, por el viaje. Realizando un control exhaustivo sobre toda la organización.
Su hijo, de 21 años de edad, era el encargado de sustituirle, controlándolo todo cuando su padre no se encontraba y de conducir una de las furgonetas, con las que la organización trasladaba a las personas al campo donde trabajaban.
El tercer detenido, vivía en el mismo domicilio que la víctima liberada, realizando las funciones de control dentro de la organización, además era el que diariamente viajaba a las fincas y controlaba el trabajo de las víctimas.
Los detenidos ya pasaron a disposición de la Autoridad Judicial, quien decretó prisión provisional para dos de ellos, en el marco de una investigación y operativo policial llevado a cabo por la UCRIF de Sevilla y de Huelva.