Cristina Morales. El duro esfuerzo y la constancia en el estudio, asiduamente atraen al éxito y a la recompensa. Las becas, premios, ayudas y reconocimientos suelen encaminarse a este fin, algo que le tocó muy de cerca a la joven onubense Fátima Rebollo Molina que, a sus 17 años recibió un gran premio al ser elegida como una de las 50 beneficiarias de las Becas Europa. Es una iniciativa de la Universidad Francisco de Vitoria y el Banco Santander que consiste en un viaje por la universidades más emblemáticas del continente, como Cambridge o Heidelberg, en el que los 50 alumnos seleccionados intentan redescubrir el sentido de la universidad en su vida y en el mundo mediante charlas formativas de personalidades de distintos ámbitos.
Estas becas permiten a los estudiantes elegidos, además de viajar y convivir con muchos más alumnos de su edad y de distinta procedencia, conocer las universidades más antiguas y prestigiosas a nivel Europeo, descubrir parte de su historia y vivir como un estudiante en sus históricas aulas. Para Fátima Rebollo y el resto de alumnos, esta beca significa poder conocer varias ciudades, introducirse en su cultura, música, arte, ciencia, poesía, en definitiva, toda la realidad de cada país, desde una perspectiva diferente. A esto se le suma el carácter humano, ya que también supone el contacto directo con 49 compañeros y la riqueza de poder aprender de múltiples profesores con distintos idiomas y conocimientos, formadores que les acompañan durante el viaje y en el camino personal de toda esta experiencia.
Para esta onubense ha supuesto una experiencia enriquecedora pero, sin duda, lo que más le impactó fue ser recibida, junto a todos sus compañeros beneficiarios de las Becas Europa, por el Rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela, con todo el protocolo que eso conlleva. Una experiencia difícil de olvidar para esta joven, nacida en el año 2001 en la capital onubense y que ha cursado toda su formación en el Colegio Tierrallana, una etapa formativa que recuerda con mucho cariño y que culminó con esta experiencia.
Esta alumni (vocablo que se usa para designar a un egresado o antiguo alumno de una institución académica) ahora se encuentra inmersa en sus estudios universitarios, ya que ha comenzado este mismo curso, el grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales en la Universidad de Sevilla. Sin embargo, esto no es todo, ya que la experiencia de la beca le ha valido también para continuar con una formación paralela a esta ayuda, se trata de un curso en la Escuela de Liderazgo Universitario de la Universidad Francisco de Vitoria, que consiste en un programa que busca continuar con la formación recibida en las Becas Europa y que supone un buen complemento formativo, al ser impartidas asignaturas relacionadas con disciplinas como la antropología o los derechos humanos.
Para conocer más acerca de estas becas y de su propia experiencia, Huelva Buenas Noticias ha entrevistado a Fátima Rebollo Molina, que nos habla de todo lo que ha vivido durante este verano.
– ¿En qué consiste esta beca?
La beca Europa es algo que resulta difícil de explicar si no lo vives, pero a grandes rasgos es una iniciativa de la Universidad Francisco de Vitoria y el Banco Santander que consiste en un viaje por las universidades más emblemáticas de Europa para conocer el sentido verdadero de la universidad y toda su historia. Esa es la explicación simple pero para mí y para casi todos los que hemos participado en ella, supone la oportunidad única de ver las ciudades, el arte, la música, la ciencia y toda la realidad de distintos países desde una perspectiva diferente, además de conocer a 49 personas increíbles y con tus mismas inquietudes, de contar con profesores y formadores que te acompañan en el viaje y en tu camino personal hacia esas preguntas que te surgen a lo largo de él.
– ¿Por qué decides solicitarla?
Mi instituto, el Colegio Tierrallana, lleva muchos años participando en este proyecto, y de hecho somos ya 5 alumni las que hemos podido disfrutar de esta experiencia. Fue así como conocí Becas Europa. Pero mi relación personal con la iniciativa llegó a través de una amiga, que había sido beneficiara en años anteriores. Ella me animó a presentarme porque creía en el proyecto y en que yo encajaría con él. Además, siempre me he sentido muy atraída por este tipo de iniciativas y reconozco que, cuando desde el colegio me dieron la oportunidad, me ilusioné bastante aunque sabía que era muy difícil, ya que solo serían 50 los elegidos de todos los inscritos.
– ¿Qué estás estudiando en la actualidad?
Acabo de empezar el Grado en Ingeniería en Tecnologías Industriales en la Universidad de Sevilla, aunque paralelamente también estoy estudiando en la Escuela de Liderazgo Universitario de la Universidad Francisco de Vitoria, que es un programa que busca continuar con la formación recibida en Becas Europa en el que también pueden participar personas ajenas a las Becas. Lo considero el complemento perfecto para cualquier carrera, sobre todo las de ciencias y tecnologías, porque te ayuda a completar tu formación con asignaturas como antropología o derechos humanos.
– ¿Cómo fue para ti que te recibiese el Rey?
Siempre que me peguntan lo describo como un sueño en el sentido más literal: llegar a la Zarzuela, pasando mil y un controles y que te reciba la jefa de protocolo. Después te abren las puertas a una sala donde de pie delante de ti se encuentra el jefe del Estado español, esa personalidad que tantas veces has visto dar discursos, y que impone no solo por su altura (que son unos 197 cm) sino por todo lo que representa. Todo eso pasa por tu mente como grabado por una cámara en una película, como si realmente lo estuvieras viendo a través de una pantalla y no con tus propios ojos. Lo recuerdo como uno de los mejores momentos de todo el viaje porque las palabras que nos dirigió se me quedaron grabadas en la mente.
– ¿Cómo ha sido tu experiencia con la beca? ¿Qué te pareció tu destino?
Para mí Becas Europa han supuesto un despertar, el ser consciente de por qué debo hacer las cosas, de cuestionarme los principios que creía que tenía asentados y reforzarlos o descartarlos. También me ayudó a reflexionar sobre mi futuro, sobre la elección de mi carrera y mi universidad, y a reordenar mis prioridades.
En cuanto al destino, lo bonito del viaje es que te da la oportunidad de moverte por muchos lugares diferentes y ves las grandes diferencias o similitudes que tienen unos con otros. En concreto nosotros visitamos Alcalá de Henares, Cambridge, Londres, Heidelberg, Salamanca y Santiago de Compostela; todas ellas ciudades con fuerte carácter universitario. Personalmente disfruté de manera especial en Cambridge, una ciudad que no había visitado pero si conocía por la importancia de su universidad y a la que me sentía muy atraída, y en Heidelberg. Ésta última puede no ser demasiado conocida, es una pequeñísima ciudad al sur de Alemania donde se encuentra la universidad más antigua del país. Aún así, su riqueza cultural, su belleza, el carácter de su gente y todo lo que rodea a ese lugar, me cautivó y espero tener la oportunidad de volver allí en algún momento.
– ¿Qué te ha aportado esta experiencia veraniega en el extranjero?
Mente abierta, visión amplia y de futuro, un mayor conocimiento de mí misma, humildad y aceptación de mis propios límites, entre otras enseñanzas esenciales. Miles de valores que agradezco enormemente y que me están ayudando en mi experiencia como universitaria. Pero sobre todo, me llevo un grupo de personas increíbles, valientes, trabajadoras, inquietas y muy especiales de manera individual. Me llevo amigos.
– ¿Qué quieres hacer ahora?
De momento, seguir completando mi formación, tanto académica como personal. Implicarme todo lo que pueda en mi universidad y con las personas que me rodean, llegar a cumplir algunos de los propósitos que me he puesto para esta nueva etapa, conocer a mucha gente distinta, viajar al extranjero y muchos otros propósitos.
– ¿A qué te gustaría dedicarte?
¿A largo plazo? Aún no lo sé. Quiero probar muchas cosas diferentes, pero me llama el mundo de la empresa y el extranjero, de momento no tengo demasiadas preferencias. Una cosa que sí tengo clara es que quiero que mi profesión sirva para mejorar la vida de las personas a mí alrededor, dejar huella en ellas de alguna manera.
– ¿Como ha sido tu experiencia en Tierrallana?
Mi paso por Tierrallana es algo que sin duda ha definido la persona que soy ahora mismo, tanto por mis valores como por mi formación, que me acompañarán siempre y que sin duda me están ayudando a conseguir todo lo que me propongo. Tierrallana siempre ocupará un lugar especial porque es mi segundo hogar, donde he pasado la mayor parte de mi vida, y porque les tengo un cariño y un agradecimiento especial a todas las personas que me han apoyado durante todos estos años para que diera lo mejor de mí, para que no me rindiera y para que llegara donde quisiera estar. A todas ellas les doy las gracias.
– ¿Cuál es tu sueño?
Conseguir cambiar algo del mundo, por pequeño que sea.
– ¿Le mandarías un mensaje a los onubenses?
Que nunca pierdan de vista quiénes son y de donde vienen, y que lo digan con orgullo. Que no dejen de intentar algo porque se sientan pequeños comparados con el resto, porque si hay algo que no falta aquí son las buenas ideas. Que cambien la mentalidad de pensar en pequeño: pensemos a lo grande y grande será lo que conseguiremos.
Como anécdota recuerdo que en Heidelberg teníamos una guía española que tenía acento andaluz y en uno de los descansos me acerqué a preguntarle de donde era. Cuando me dijo que era de Huelva no sé por qué me emocioné tanto, pero el hecho de encontrar a una persona de mi casa tan lejos de ella, y que instantáneamente sintiésemos esa conexión, me recordó que por muy lejos que estés nunca olvidas tus orígenes y que Huelva siempre irá conmigo en el corazón.