
Cristina Morales. En la mayoría de los pueblos andaluces y onubenses, en particular, es popular la figura de los hijos de emigrantes a zonas del norte de España, tales como Cataluña, Asturias o País Vasco. Aquellos que llenaban las plazas de los pueblos en vacaciones y que dejaban un gran vacío entre sus amigos locales tras finalizar el verano. Hoy queremos resaltar el caso de una de estas hijas de emigrantes, que aprecia como un gran tesoro todos los momentos que pasa en su rincón particular del sur.
Julia González López regresa cada año, las veces que puede, a su lugar de desconexión, el andevaleño pueblo El Cerro de Andévalo, de donde es toda su familia paterna y desde donde partió de muy joven su padre hasta Barcelona, en busca de un futuro laboral mejor. Nacida en Esplugues de Llobregat, lleva por bandera sus raíces onubenses, tanto que desde pequeña estudia baile flamenco y actúa por diferentes municipios catalanes, ensalzando la cultura andaluza.

Siente devoción por Andalucía y, sobre todo, por Huelva y su pueblo. No se pierde las fiestas que su trabajo le permite y participa como una cerreña más en cada evento popular. Profesora de educación infantil, a sus 26 años, combina su trabajo como monitora de comedor y actividades extraescolares en un colegio de Hospitalet de Llobregat, con el baile flamenco, su gran pasión. Actualmente, continúa con sus estudios en el grado de Educación Primaria en la UNIR y con su grupo de baile, con el que recorre diferentes municipios de Barcelona y alrededores.

– ¿Cuál es tu conexión con Huelva?
La conexión que tengo con Huelva es gracias a mi padre, él nació en un pueblo onubense, El Cerro de Andévalo. A los 14 años se fue a vivir a Barcelona y se enamoró de mi madre. Cada verano, según mis padres y desde que tengo conciencia, hemos ido a veranear allí, sobre todo cuando era más pequeña iba siempre para ver a mi abuela. Puedo decir que llevo 26 años disfrutando de esas tierras. Además, después de tantos años he podido hacer mi grupo de amigos y eso hace que siempre que puedo viajo yo solo para verlos y disfrutar de las fiestas típicas de allí, al igual que en periodos vacacionales como Semana Santa o verano.
– ¿Qué es lo que más te gusta de Huelva?
¿Qué no me gusta? Me gusta todo, estoy enamorada de cada rincón que piso, de sus paisajes, su gastronomía, sus tradiciones y su gente. Para mi llegar, a pesar de que haga un año que no veo a la gente, es como si no pasara el tiempo, no sé cómo explicarlo, pero es una relación especial. Siempre que voy, mi lugar es El Cerro, pero intento visitar todo lo que puedo de Huelva, ya que estoy completamente enamorada de toda la provincia, desde sus playas hasta su espectacular sierra.

– ¿En Barcelona, le hablas a tu entorno de Huelva?
Siempre, a todas las personas que me rodean. Todos saben mis raíces, principalmente porque siempre que puedo me escapo al sur.
– ¿Haces alguna actividad relacionada con Andalucía?
Sí, es muy graciosa la historia porque desde bien pequeñita, siempre que veía en alguna fiesta aquí en Barcelona bailar flamenco o sevillanas me quedaba embobada, así que mi madre decidió llevarme a una academia que teníamos cerca de casa y al llegar a la puerta de la academia le dije que no me apuntara, ya que era muy vergonzosa. Al día siguiente me arrepentí y le pedí que volviéramos a ir, pero pasó lo mismo. Mi madre desistió y a los 14 años llegué a casa diciendo que me apuntaba a una academia con dos amigas.
Hacer esta actividad hizo que me acercara más a la cultura de allí y compartiera momentos con personas que sentían lo mismo que yo. A medida que he ido creciendo se me ha hecho más difícil ir a clases o a las actuaciones, por el trabajo y mis responsabilidades. Sin embargo, es algo que me apasiona y termino yendo y disfrutando mucho. Es algo que me llena y no me imagino no pasar, al menos una tarde a la semana, bailando.

– ¿Por qué vuelves siempre a Huelva?
Ahora voy principalmente porque me gusta y para ver a mis amigos. Antes era más una obligación familiar, ya que vivía allí mi abuela, pero ahora que ya no está yo sigo queriendo ir. Antes iba a ver a mi familia aunque al final me llevaba más tiempo con mis amigos y a mi aire. También porque para mí es un sitio que me da paz, después de estar todo el año estudiando o trabajando, es mi lugar de desconexión.
– ¿Y de Barcelona, que es lo que más te gusta?
Barcelona me encanta también, aunque he de decir que no me parece tan especial como Huelva, pero quizás es porque vivo aquí durante todo el año y no le doy la misma importancia. De pequeña, cuando volvíamos de Huelva en el coche siempre decía a mi madre: “Yo he nacido en el sitio equivocado”. Ahora no lo pienso así, era ese pensamiento de una niña pequeña que había tenido la libertad de salir por el pueblo sin ninguna preocupación de los padres y cuando volvía aquí era diferente. Ahora mirándolo con la edad que tengo y con la libertad de entrar y salir, con tu familia, amigos y trabajo pues sí que pienso que me encanta el pueblo, que ojalá pudiera escaparme para todas las fiestas, pero que quizás no me veo viviendo allí. Aquí en Barcelona tengo mi vida, pero no la concibo sin escaparme varias veces al año al sur.

– ¿Qué resaltarías de Huelva y provincia?
Me gusta todo en general, allí me siento en casa, pero sobre todo su gente, su carácter, alegría y forma de vivir hacen que siempre quiera volver. Todo tiene un encanto especial, es muy diferente a otros lugares.
– ¿Mandarías algún mensaje a los onubenses?
Simplemente darles las gracias por hacer a una catalana sentirse onubense también.
Un ejemplo sin duda de lo verdaderamente importante, la unión entre comunidades y el sentimiento de pertenencia más allá del lugar que aparezca en un DNI. En tiempos en los que la política intenta separar pueblos, es muy importante dar relevancia a la esencia, a lo que nos une desde hace tanto tiempo, los lazos existentes entre catalanes y andaluces. Julia es un ejemplo, de los tantos que hay en los diferentes municipios onubenses, de una catalana enamorada de Huelva y que difunde nuestra provincia allá donde va, reproduciendo sus manifestaciones culturales y su modo de vivir.