M. P. D. A sus 32 años, el artista moguereño Fran Cabeza Gómez está considerado uno de los valores más reconocidos del panorama pictórico andaluz. Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, su buen hacer en la creación pictórica se ha visto reconocida en numerosas ocasiones, habiendo obtenido más de quince premios, entre los que se encuentran el ‘Club del Arte Paul Ricard de Pintura’ en su VI edición en el año 2009 y el premio ‘Huelva Joven’, en la modalidad de Arte, del Instituto Andaluz de la Juventud (IAJ) un año después. Reconocimientos que avalan su destacada trayectoria, como demuestra en cada una de sus exposiciones, como así sucedía el pasado 11 de julio durante la apertura de la programación ‘Luna de Verano 2018‘ de Moguer, cuando se inauguraba su última muestra en el Teatro Felipe Godínez de la localidad moguereña bajo el título ‘Lo que el ojo no ve’.
Una muestra que fue inaugurada con la presencia del alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar, la concejala de Cultura de Moguer, Lourdes Garrido, la amiga y presentadora del artista María José Pérez y el propio Fran Cabeza, en un acto que contó con un importante respaldo de público. Se trata, por tanto, de una ocasión única para acercarnos en primera persona a este artista, que llena de sensibilidad, emoción y un colorido muy especial cada una de sus obras.
-Fran comencemos por el principio. ¿Cómo surge tu interés por la pintura?
-Siempre había dibujado y pintado desde muy pequeño y, de hecho, de niño me regalaban cosas de pintura, tanto por Reyes como por el cumpleaños. No recuerdo ningún momento en el que me alejase de la pintura. Siempre tuve una relación de descubrimiento, muy cercana e intuía cada día más que mi futuro estaría totalmente aliado a este mundo de las artes plásticas. Desde que tengo uso de razón he dibujado y de modo profesional, ya en la Licenciatura de Bellas Artes en Sevilla, lo primero fue meterme horas y horas en el estudio, visitar museos, galerías y, así, hasta la actualidad.
-¿Cómo te has formado en este ámbito?
-Estudié bachiller artístico en Huelva, en la Escuela León Ortega, y, posteriormente, ingresé en la Universidad de Sevilla Santa Isabel de Hungría de Bellas Artes. En ésta realicé dos especialidades, pintura y, seguidamente, la Licenciatura en Diseño y Grabado. Además, durante mi formación académica, me he presentado a numerosos concursos de pintura planteados como reto y, de hecho, el interactuar en vivo con otros artistas me ha hecho crecer personal y profesionalmente, completando mi formación.
-Ahora vuelves a exponer en Moguer, en el Teatro Felipe Godínez, con la colección titulada ‘Lo que el ojo no ve’. ¿Qué destacarías de esta muestra?
-Considero la pintura no como una profesión, como puede ser la de un ingeniero. Pienso que la pintura es, más bien, una manera de ser, una manera de relacionarse con el mundo. Es una cosa que te llena la vida, que te relaciona con la naturaleza. Es una exposición centrada en la naturaleza animal, vegetal y paisajista vista desde una perspectiva que el ojo a simple vista no percibe, intentando sacar la belleza interior de cada elemento, hasta encontrarles el alma.
-Para ti, exponer en tu pueblo siempre es especial…
-Intento todos los años traer parte de mi obra a Moguer, la ciudad que me ha visto crecer y que ha admirado mi pintura desde mis inicios. Es muy emocionante ver cómo mi pueblo me apoya incondicionalmente durante mi trayectoria. Exponer aquí es algo que no quiero perder, es encontrarme conmigo mismo, con mis orígenes. Es una forma de agradecer a Moguer todo lo que me ha dado.
-¿Tienes alguna otra idea para el futuro?
-Estoy inmerso en un proyecto que me tiene muy ilusionado: abrir una academia de pintura en Moguer. El objetivo es intentar transmitir mis conocimientos y técnicas a todo aquel que ame el mundo del arte, tanto pequeños como grandes, enseñándoles desde mis conocimientos a iniciarse o a avanzar en la pintura, expresando con ella su mundo interior. El arte tiene que llegar al corazón siempre, más que a la vista.
-¿Algún sueño que te gustaría conseguir?
-Mi sueño es crecer constantemente, investigar nuevas técnicas y, sobre todo, trabajar y trabajar evolucionando día tras día en el arte. Y, cuando te llegue alguna oportunidad, dar todo lo que esté en tu mano. Con conseguir que la gente se emocione con mi trabajo y me valore como artista soy feliz. Mi mayor sueño es poder dedicarme y vivir de lo que más me gusta, la pintura.
-¿Algún mensaje final para los moguereños?
-Quiero que sepan que gran parte de mi obra está dedicada a ellos y ha sido pintada pensando en Moguer, pueblo que siempre ha creído en mí como artista y al que le debo mucho de lo que soy. Por ello, invito a todos mis paisanos a conocer mi exposición en el teatro Felipe Godínez, que estará expuesta hasta el 10 de septiembre.