Miguel Mojarro.
Pues, en aquel tiempo, en algunos casinos de Huelva y otros que no son de aquí, estaba generalizada la costumbre (Bendita) de celebrar acontecimientos privados en sus salones, que eran lugares de postín y con enjundia.
Así, fiestas patronales, locales, costumbristas, conferencias, debates, … y bodas. Poco a poco se han perdido tales costumbres, que daban vida a los Casinos y prestigio a los celebrantes.
Algunos casinos, por mor del afán de recuperación de valores, se suben al pescante del carro de la calidad social y afrontan tareas que no son fáciles, pero sí gratificantes e inteligentes. Por ejemplo, el Casino “De Arriba” de Cortegana, que está dando pasos de gigante hacia la recuperación de una historia protagonista.
Vecino de aquel otro casino, ya desaparecido, en el que corcheros y artesanos compartían carnet de socio, que para eso los casinos de Cortegana han sido siempre varios, bien avenidos y rivales en afanes estéticos.
El Casino De Arriba de Cortegana, se planta e inicia la andadura por los recuerdos y por lo que en su día fueron hábitos en la sociedad serrana: Bodas vestidas de acontecimiento, adornando los salones y recordando el papel de protagonista social que los casinos siempre tuvieron.
Una amiga, Rebeca, se planta vestida de lujo en salones que siempre fueron un lujo. Y que llevan camino de volver a serlo, porque una directiva ha decidido ser directiva y volver la espalda a otros intereses menos nobles. Y nada mejor que una boda, para gritar el deseo de traer la Historia propia a un hoy prometedor.
Y Rebeca llenó los espacios bellos, de un salón bello, en un Casino bello. Uno de los más bellos. Porque bello es su porte exterior, bello su zócalo de azulejos y bello el salón más atractivo para leer paseando.
Rebeca llenó de Historia el espacio y escribió una importante página en la vida de la Sociedad Gran Casino. Mientras, su padre y amigo nuestro, Sebastián, sentía el doble placer de ver a su hija protagonista en el Casino que ha formado parte de su vida más recordada.
En nuestro libro “Casinos de Huelva” encabezábamos el capítulo de la Sociedad Gran Casino, con una definición que nos parece rigurosa: “Estética y bienestar”. Ahora podemos añadir otro valor: Coherencia con la Historia.
Cortegana, para nuestro equipo, es una bombonera de valores estéticos e históricos desde que iniciamos nuestro trabajo de investigación en uno de sus magníficos casinos. Posteriormente, se amplió la admiración y el vínculo con las gotas de historia que rezuman de su Castillo, desde lejos y entre sus muros, magníficamente usados por la Asociación Amigos del Castillo, como marco admirable de eventos culturales. Allí conocimos a Sebastián, con el que tenemos firmado un convenio de amistad de las de antes. Y ahora, su hija Rebeca sigue los pasos de su padre (Y de su abuelo), poniendo una pica (bella) en uno de los salones más intensamente deseable de los Casinos de Huelva.
De raza le viene al galgo. Porque Rebeca es hija y nieta de amantes de un cine que también es historia de Cortegana. Hay un rincón junto a la Iglesia de Cortegana, que está prácticamente forrado de imágenes magníficas y bien seleccionadas, de hitos y figuras de un cine que llenaba nuestros sábados y domingos. Allí, dos generaciones de “Los Martín”, enlazan el amor por el cine clásico con el placer de las manguaras en el “Casino de Arriba”.
Y la tercera generación de estos valores, Rebeca, tiene la ocurrencia de celebrar su boda en este Casino. Placer para Sebastián, satisfacción para Rebeca y honor a la historia casinera de Cortegana.
Desde Azoteas, lo decimos alto (Lo rogamos): La poltrona presidencial de estas sociedades privadas (Los casinos) son lugar de construcción de futuro y recuperación de valores históricos. Como hacen los directivos de este casino magnífico hijo de una historia que no debe olvidarse.
Bien por ellos. Y por Rebeca.
Equipo Azoteas
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