Rosa Mora. «Cada paciente es una batalla, yo soy optimista con cada una de ellas. Mientras los pacientes continúen luchando, nosotros iremos de la mano», contaba a Huelva Buenas Noticias la doctora onubense Victoria Aviñó durante la entrevista que nos concedió el pasado año cuando nos interesamos por su trayectoria como médico e investigadora. Una trayectoria en la que ya entonces destacaba el Premio de Investigación Médica que le concedió en 2015 la Fundación Ángel Muriel por su proyecto ‘Estudio epidemiológico del cáncer colorrectal (CCR) en la provincia de Huelva en el año 2014′.
Después de años de arduo trabajo, y tras el respaldo y confianza que depositó en ella la citada Fundación otorgándole el tan prestigioso reconocimiento, la médico almonteña, doctora en la Unidad de Oncología del Hospital Juan Ramón Jiménez, ha presentado recientemente los resultados de un estudio pionero que revela la tasa de incidencia de cáncer colorrectal en nuestra provincia, en sus municipios y la relación según género, grupos de edad, factores de riesgo. En la misma línea, la investigación describe un volumen importante de los pacientes onubenses diagnosticados de cáncer colorrectal durante seis años, un total de 1.295, detallando datos sociodemográficos, relación con exposición a factores de riesgo y características propias de la enfermedad neoplásica.
«Creemos que el conocimiento de estos datos, incluyendo la demora para todos los estadios de las tres áreas asistenciales de nuestra provincia -Hospital Juan Ramón Jiménez, Hospital Infanta Elena y Hospital Riotinto- puede ayudar a mejorar la planificación sanitaria y a adecuar la gestión de recursos disponibles para mejorar el circuito asistencial y la calidad asistencial del paciente oncológico con diagnóstico de cáncer colorrectal». De todo ello, así como de la importancia de prevenir y diagnosticar a tiempo nos habla la Doctora almonteña en esta entrevista:
– ¿Por qué de su interés por realizar este estudio?
– La idea del desarrollo del estudio surgió tras la percepción que tuvimos en el Servicio de Oncología Médica del Hospital Juan Ramón Jiménez de que en un determinado periodo tuvimos un incremento en la incidencia y la mortalidad de pacientes diagnosticados de carcinoma colorrectal en nuestra provincia con respecto los casos tratados y diagnosticados en años previos. Tras esta percepción, quisimos conocer datos relativos a la demora temporal, desde que el paciente percibía el síntoma de alarma achacable a esta enfermedad, hasta el momento en el que se obtenía el diagnóstico y se iniciaba el primer tratamiento. Nos dimos cuenta de que no disponíamos en nuestro medio ni en nuestra comunidad autónoma de estudios que hicieran mención a dichos valores.
Por ambos motivos, esa sensación de más casos y más mortalidad y la escasa información del circuito asistencial en estos pacientes, planteamos este estudio, que titulamos ‘Características epidemiológicas y clínicas del cáncer colorrectal en Huelva entre los años 2009 y 2014’. Pretendíamos verificar las impresiones que teníamos desde nuestra Unidad y, por otro lado, queríamos caracterizar nuestros casos en cuanto a su proceso diagnóstico y terapeútico, conocer su realidad asistencial y detectar, en caso de que existiera, posibles errores en estos circuitos, que nos permitieran en un segundo tiempo, llevar a cabo medidas para intentar corregirlos.
– ¿Cómo se ha llevado a cabo?
– El proyecto fue premiado en 2015 por la Fundación Ángel Muriel, una de las asociaciones contra el cáncer de las que disponemos en nuestra provincia, y que brinda desde su origen un apoyo constante e incondicional a las mejoras en el campo de la investigación y a los avances terapéuticos dentro de la oncología. Nuestro proyecto se premió en la primera convocatoria como premio nacional en el ámbito del estudio oncológico. Contamos con colaboradores dentro del Registro Poblacional de Cáncer de nuestra provincia y compañeros de los servicios de Digestivo y Coloproctología. La recogida de datos la realizamos entre marzo de 2016 y 2017, la depuración e informatización entre mayo y junio, el análisis estadístico en junio y la interpretación entre julio y agosto. Las redacciones iniciales en septiembre y octubre, y actualmente estamos pendientes de publicación.
– Una intensa labor la realizada…
– Así es, pero después de dos años de duro trabajo podemos decir que a día de hoy nuestro proyecto es un estudio real. Un estudio que aporta resultados y datos sobre un volumen importante de pacientes de toda nuestra provincia diagnosticados de cáncer colorrectal durante seis años, concretamente 1.295. Incluimos muchos pacientes y muchas variables de un periodo temporal amplio, cuyos resultados nos ayudan a conocer la situación real de esta neoplasia en nuestra provincia. Tengo que agradecer el apoyo moral y los medios económicos que nos ofrecieron desde la Fundación Ángel Muriel tras premiar el proyecto. Agradecer también a todos mis colaboradores en especial a María Luisa Fajardo, epidemióloga en nuestro registro poblacional de cáncer y a Juan Bayo y Matilde Bolaños, compañeros de mi servicio de Oncología Médica. Sin el apoyo continuo de todos ellos, el estudio no sería hoy una realidad.
– ¿Qué conclusiones destacaría?
– El objetivo principal del estudio fue conocer la tasa de incidencia de cáncer colorrectal en nuestra provincia , en sus municipios y la relación según género, grupos de edad, factores de riesgo… Hemos demostrado que aunque nuestra tasa presenta en toda la provincia un incremento anual progresivo para ambos sexos, como ocurre para la mayoría de las neoplasias a nivel nacional, nuestra tasa es inferior a la española y a la europea, salvo para un año en concreto y para varones donde sí superamos la tasa europea.
Hemos corroborado un incremento progresivo de la mortalidad para cáncer colorrectal en nuestra provincia. Esto ya fue publicado por el Centro Nacional de Epidemiología (Instituto de Salud Carlos III). En esa publicación se mostraba la tasa de mortalidad por cáncer de colon, utilizando la fuente de tendencia de mortalidad de ARIADNA para cáncer y otras patologías entre los años 1975-2014. Mostraba cómo a diferencia de lo que ocurría a nivel nacional y en el resto de provincias andaluzas, donde veíamos que esta tasa se estabilizaba y descendía para cáncer de colon, en nuestra provincia mantenía un crecimiento exponencial. Con nuestro estudio hemos detectado un alarmante pico de mortalidad en un año. Coincide con el año de mayor incidencia, fallecen más de la mitad de los pacientes que diagnosticamos de cáncer colorrectal, y la mayoría fallecen durante el primer año de seguimiento, afectándose de una manera más llamativa un distrito sanitario frente a los demás. Consideramos que un punto de tal calibre, en una provincia tan pequeña como la nuestra, supone tal impacto, que va a condicionar que nuestra tendencia de mortalidad continúe incrementándose durante bastantes años más, a pesar de que, en los años posteriores a ese pico máximo, y en los actuales, el índice de fallecidos, haya descendido, incluso se haya normalizado con respecto a los reportes nacionales.
– Datos que le han permitido realizar un radiografía muy completa de los casos diagnosticados.
– Así es, como objetivos secundarios, hemos descrito de todos nuestros casos diagnosticados: datos sociodemográficos, relación con exposición a factores de riesgo y características propias de la enfermedad neoplásica. En cuanto a la edad al diagnóstico destacamos cómo en nuestra provincia tenemos un porcentaje de pacientes diagnosticados por debajo de los 65 años superior a los porcentajes reportados por otras series españolas. Además, demostramos que para este grupo diagnosticado en edades tempranas e intermedias, existe una fuerte relación estadísticamente significativa con el consumo tabáquico.
En cuanto a la localización tumoral subrayamos cómo tenemos un porcentaje superior de cánceres izquierdos (incluyendo desde recto hasta ángulo esplénico), siendo este porcentaje superior al de otras series españolas y europeas, y como en las mujeres, la localización rectal se incrementa año a año suponiendo más del 30% para el último año incluido. Esto es importante porque sabemos que ésta es la localización que se relaciona en mayor medida con el consumo tabáquico.
En cuanto a los síntomas de alarma para esta neoplasia, destacamos cómo en nuestra provincia más de la mitad de los pacientes de nuestro estudio, debutaron con sangrado. Demostramos una relación estadísticamente significativa entre síntoma de alarma y estadio tumoral, siendo el sangrado el más frecuente en todos los estadios. El porcentaje de pacientes que debutan con sangrado es superior en nuestro estudio al reportado en otras series nacionales. Además de la caracterización global de los pacientes, y para el último año incluido, calculamos la demora. Esta demora es el tiempo que trascurre desde que el paciente percibe el síntoma de alarma achacable al tumor hasta que se diagnostica y se instaura el primer tratamiento. Es importante conocer y diferenciar estos 3 tiempos en nuestro medio, ya que, su suma determinará en gran medida la situación clínica del paciente y podrá condicionar el estadio tumoral, así como, limitar el tipo de primer tratamiento que realicemos, y además lógicamente, el retraso en cada uno de estos tiempos requerirá medidas de resolución distintas. Hemos obtenido una demora global y específica para cada uno de los tiempos y una demora global y específica para cada una de las tres áreas asistenciales de las que disponemos en nuestra provincia, atendidas en tres hospitales públicos distintos.
Destacamos cómo el primer tiempo, desde que el paciente percibe el síntoma de alarma (sangrado, dolor abdominal, alteración en tránsito intestinal, pérdida de peso…) hasta que consulta, es el que supone una mayor demora en las tres áreas. También hemos detectado como existe una gran variación en cada uno de estos tiempos para cada uno de los tres hospitales de nuestra provincia.
– Estos días se anunciaba que la Junta va a implantar el cribado de cáncer de colon en los centros de salud, ¿Cómo valora esta medida? ¿Qué supondrá?
– Sabemos que para el diagnóstico temprano del cáncer de colon, disponemos de una técnica que ofrece resultados claramente positivos y que es útil para el diagnóstico de los pacientes en fases precoces. Esta técnica se denomina Test de Sangre Oculta en Heces (SOH). Es un test sencillo que consiste en la recogida de una muestra de heces que indique si ésta presenta o no restos hemáticos. Se realiza en la población de riesgo [pacientes con más de 50 años]. Si esta prueba es positiva debe completarse el estudio con una colonoscopia que indique presencia de neoplasia colónica o de patología benigna que justifique le sangrado.
Se estima, que su realización cada 2 años en población de riesgo, puede reducir en un tercio la posibilidad de morir por cáncer de colon. Hasta la fecha, los ensayos clínicos realizados, avalan su eficacia para el cribado colorrectal, y demuestran como este test disminuye la mortalidad por este tumor en un 15-33% en cuanto a riesgo relativo de muerte anual y en un 3% en la muerte total por cáncer de colon. De manera que este programa de cribado en la población asintomática ha demostrado no solo ser coste-efectivo sino también reducir la mortalidad.
Se considera por tanto la mejor estrategia para el cribado poblacional aunque es cierto que su sensibilidad es limitada (no supera el 50%) y el valor predictivo positivo es bajo (10-18% para el diagnóstico de cáncer y 21-38% para el diagnóstico de adenomas mayores de 10mm). Esto significa que la mayoría de los pacientes con este test positivo finalmente no sufrirán un cáncer y sí otra patología benigna que justifique el sangrado.
Creo que su implantación en nuestra provincia, donde además, como hemos visto en nuestro estudio, el síntoma de alarma principal es el sangrado – superior al reportado por otras series españolas- va a suponer una clara mejora, y es fundamental para que podamos enfrentarnos y conseguir vencer a esta neoplasia con una importancia creciente en la actualidad.
– Como oncóloga, ¿Qué recomendaciones le daría a los onubenses?
– Les diría que el cáncer de colon es a día de hoy la neoplasia más frecuentemente diagnosticada en nuestro país y la segunda causa de muerte por cáncer. Esto es algo dramático porque sabemos que va aumentando en incidencia, prevalencia e importancia. Pero también sabemos que es una neoplasia que podemos prevenir y diagnosticar a tiempo. Para prevenirla debemos modificar nuestros factores riesgos y llevar una vida saludable, realizando una dieta sana, rica en fibra y baja en grasas, realizando ejercicio de forma regular, siguiendo una vida activa, evitando el sedentarismo, la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol. Siguiendo estas pautas reducimos en un 30% el riesgo de desarrollar este tumor a lo largo de nuestra vida.
Sabemos por nuestro estudio que tenemos un porcentaje elevado de pacientes jóvenes con este diagnóstico en nuestra provincia y que tienen una fuerte relación con el tabaco, esto debe evitarse. Debemos potenciar las campañas antitabaco y concienciar a nuestra población de la relación del tabaco con múltiples neoplasias entre otras con esta. Conocemos los síntomas de alarma para diagnosticar este tumor en una fase temprana, sabemos que en nuestra provincia la mayoría de los pacientes se diagnostican tras sangrado, es el síntoma más fácil en cuanto a detección, si además tenemos en cuenta que el primer tiempo hasta que el paciente consulta, es el que supone una mayor demora en los tres hospitales de nuestra provincia, creemos fundamentales las campañas de difusión sobre estos síntomas,para intentar reducir en lo máximo que podamos este primer tiempo. Por otro lado, estamos esperanzados en el cribado mediante el Test de Sangre Oculta en Heces. Creemos que va suponer un antes y un después para estos pacientes en nuestra provincia.
– A nivel personal, ¿Satisfecha con el estudio?
– Creo que hablo por todos los colaboradores si digo que realizar un estudio que ayude de alguna manera a mejorar el día a día de nuestros pacientes y de nuestra población es la mejor recompensa que podemos obtener. No disponemos de estudios epidemiológicos similares en nuestro medio. Creemos que puede servir de base para compararnos con otras provincias y otras comunidades cuando publiquen estudios epidemiológicos similares, y para compararnos con nosotros mismos cuando analicemos algunas de las variables incluidas en el futuro. Aporta muchos datos sociodemográficos, clínicos y diagnósticos de pacientes diagnosticados de cáncer colorrectal en nuestra provincia, incluimos a todos los pacientes que padecen esta neoplasia en todos los estadios, de las tres áreas asistenciales de nuestra provincia -Hospital Juan Ramón Jiménez, Hospital Infanta Elena y Hospital Riotinto- y de un período temporal amplio. Todo esto condiciona un tamaño poblacional elevado y una gran potencia e integridad en los datos obtenidos. Creemos que el conocimiento de estos datos, incluyendo la demora para los tres tiempos en los tres hospitales, puede ayudar a mejorar la planificación sanitaria y a adecuar la gestión de recursos disponibles para mejorar el circuito asistencial y la calidad asistencial del paciente oncológico con diagnóstico de cáncer colorrectal.
Tenemos que agradecer a la dirección del Hospital Juan Ramón Jiménez, con la cual compartimos algunos resultados del estudio, que a lo largo del año pasado pusieran en marcha muchas medidas con el objetivo de reducir la demora de estos pacientes y mejorar su calidad de vida. Implicaron a muchos servicios y se desarrollaron medidas orientadas a mejorar la prevención y el diagnóstico precoz con campañas de difusión para informar a la población, prácticamente se duplicaron las endoscopias como recientemente ha salido publicado, los informes anatomopatológicos, las intervenciones… Muchas medidas entre las cuales quedaba pendiente el screening mediante la detección de sangre oculta en heces que como comentamos anteriormente y como ha anunciado la Junta se inicia ya en nuestra provincia.
Por nuestra parte, tenemos el compromiso paralelo de volver a medir la demora para cuantificar las mejoras obtenidas. Por otro lado, tenemos abierto un subanálisis para aclarar lo ocurrido en ese año donde tuvimos un pico de mortalidad tan elevado que como comentamos anteriormente, consideramos la causa principal de que nuestra tendencia continúe incrementándose en la actualidad a pesar de que en los años posteriores sí se haya reducido el índice de fallecidos. Por último, quiero volver a dar las gracias a la Fundación Ángel Muriel, a los colaboradores del estudio, a mis compañeros de oncología, a mi familia y a todas las asociaciones contra el cáncer, sin su apoyo, nuestro papel como oncólogos sería mucho menos relevante y nuestro principal objetivo, que es mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes y de sus familiares, sería mucho más difícil de conseguir.