Ana Rodríguez. Los avances de la ciencia y su aplicación a la medicina han logrado incrementar la esperanza de vida en los países desarrollados. Que la población envejece en ellos es un hecho; un hecho que conlleva una serie de ventajas e inconvenientes. Un claro ejemplo de los segundo es el Alzheimer, una enfermedad que muchos llaman la epidemia del siglo XXI y cuya población de riesgo se encuadra a partir de los 60 años.
Aunque el Alzheimer sea la más conocida, existen otras patologías que suponen un menoscabo en las funcionalidades cotidianas de quienes las padecen. Hablamos de las demencias, como la demencia frontotemporal, por cuerpos de Lewy, etc. Un espectro de problemáticas asociadas al deterioro cognitivo grave que, a buen seguro, todos nos hemos preguntado alguna vez si las padeceremos en algún momento de nuestras vidas.
A la cuestión de si cualquier persona puede padecer una demencia, la respuesta del doctor Juan Manuel Oropesa, responsable de la Unidad de Neurología de los Hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena de Huelva, es sí. «Hay pocos casos genéticamente determinados -la enfermedad se presenta de forma precoz en estos casos-. En la mayoría de los pacientes, la demencia tiene un origen multifactorial: factores genéticos, ambientales, personales, etc.», admite el especialista.
En este punto, es necesario pararse un poco en el concepto mismo de demencia y distinguir entre ésta y un deterioro cognitivo más leve. Según explica el doctor Oropesa: «cuando hay un menoscabo en diferentes funciones mentales, pero que no provoca una pérdida de la funcionalidad del paciente en el día a día, hablamos de un deterioro cognitivo. Éste puede dar lugar, por ejemplo, a una afectación en la atención, en alguna capacidad intelectual, la memoria, el cálculo etc. Este deterioro suele ir asociado a un problema emocional. Se ve en pacientes deprimidos, por ejemplo, y puede ser reversible».
Pero la demencia es otra cosa. Una demencia altera la vida cotidiana de quien la padece porque sí lleva aparejada un menoscabo sobre las funcionalidades del paciente: no poder ducharse, llegar al baño, comer solo… Existe un perjuicio que afecta a su día a día. La demencia, en la mayoría de los casos, está provocada por patologías degenerativas y la más frecuente -dos de cada tres casos-, como ya se ha mencionado, es el Alzheimer.
En la provincia de Huelva 5.000 personas están diagnosticadas de alguna demencia, 4.000 de ellas de Alzheimer. Como explica el doctor Oropesa, el dato «es alarmante, pero el primer factor de riesgo es la edad y tenemos una población muy envejecida. Por tanto, conforme la esperanza de vida se amplía, nos encontramos con más población de riesgo y es normal que el número de personas con demencias se incremente. Aunque no hay una edad puramente establecida, por encima de los 60 hay más riesgo. Los pacientes con 90 años tienen un 40% de riesgo de tener demencias como el Alzheimer».
Ante esta triste realidad, la duda es ¿se puede prevenir o retrasar la aparición de la demencia? Afortunadamente, así es. Y con este objetivo, el Hospital Infanta Elena y la Asociación de Alzheimer han elaborado un decálogo con medidas de prevención primaria, fruto de las conclusiones del IX Encuentro sobre la demencia celebrado a finales de 2017. Este documento es un conjunto de buenas prácticas, de consejos y recomendaciones sencillas y factibles que pueden ayudar a la población a reducir la aparición de la enfermedad.
El decálogo aconseja no fumar ni tomar alcohol; mantener un peso adecuado y vigilar el sobrepeso; practicar ejercicio de manera habitual; seguir una dieta completa y equilibrada; realizar actividades que estimulen nuestro cerebro; vigilar los niveles de colesterol; controlar la tensión arterial; dormir al menos siete horas; mantener una vida social activa y controlar los niveles de glucosa para prevenir complicaciones cardiovasculares.
Según explica el doctor Oropesa: «al igual que para evitar un infarto se recomienda realizar actividad física, ésta también vale para prevenir la demencia. En el decálogo aparecen medidas que mucha gente piensa que son cardiosaludables, pero es que también están relacionadas con factores de riesgo presentes en las demencias. No son factores únicos, hay más implicados, pero éstos son los podemos controlar. La patología vascular es una forma de degenerar el cerebro. Se adquiere con los malos hábitos de vida. Le hacemos un daño crónico al organismo que facilita que aparezcan los cambios que se pueden ver en demencias como el Alzheimer».
Para evitar que esto ocurra, la prevención debe enfocarse principalmente a los más jóvenes, a fin de que adquieran hábitos de vida saludables que sirvan para evitar o prevenir el desarrollo de una demencia o que la agresividad de ésta sea menor.
El estrés tampoco es positivo. La aceleración con la que afrontamos el día a día no es en sí misma un factor de riesgo, pero sí lo son los hábitos que lleva aparejados, como comer mal, dormir poco, la vida sedentaria…
En cualquier caso, siempre que detectemos un deterioro cognitivo relevante (problemas de memoria, cálculo, programación, etc.) es importante acudir al neurólogo, pues sólo estos especialistas sabrán diferenciar entre un problema menor y la posibilidad de estar ante los primeros síntomas de una demencia. En este sentido, en las consultas de medicina de familia hay establecido un protocolo para estos casos, el cual es objeto de revisión continua para implementarlo con los nuevos avances que se van conociendo.
Por otro lado, cuando la demencia ya está diagnosticada y se establece un tratamiento, en Huelva se implantó, a mediados de 2017, un novedoso modelo de atención para afrontar posibles complicaciones futuras. Un protocolo a seguir que es fruto de una jornada de trabajo conjunto entre profesionales de los hospitales Infanta Elena y Juan Ramón Jiménez, el movimiento asociativo provincial, cuidadores y los propios pacientes.
El diseño de un modelo de atención a un colectivo con una patología concreta mediante la consulta directa a las personas implicadas de sus necesidades reales, es un sistema de trabajo «muy británico» en el que el doctor Oropesa tiene experiencia. Más de un centenar de personas acudieron a esta jornada, publicitada en medios de comunicación, cuyo resultado ha sido la incorpora de la figura de una enfermera de referencia exclusiva para los pacientes de Alzheimer ya diagnosticados.
En concreto, se trata de un enfermera que realiza la función de enlace entre los pacientes y la Unidad de Neurología. A través de un número de teléfono, al que el colectivo puede llamar de 9.00 a 14.00 horas, enfermos, cuidadores y familiares tienen contacto directo con esta sanitaria y le pueden plantear consultas en torno a problemas de trastornos conductuales, cambios en la medicación, alimentación y otra serie de incidencias cuya atención requiere de una respuesta rápida.
La enfermera recepciona las consultas y, bajo la tutela de la Unidad y en colaboración con el resto de servicios hospitalarios, se lleva a cabo la derivación correspondiente para que el paciente sea atendido lo más rápido posible sin necesidad de ingreso o de sucesivas visitas al neurólogo en periodos de estabilización de la enfermedad.
Desde que se implantó este modelo de atención a los enfermos de Alzheimer el pasado mes de junio, el teléfono de atención ha recibido más de 1.500 llamadas y realizado unas 800 intervenciones. Además, la Unidad de Neurología ha recibido numerosas felicitaciones, tanto de particulares como de la Federación de Asociaciones de Familiares de Enfermos de Alzheimer y Otras Demencias de Huelva, que están encantados con la iniciativa.
Pero, a pesar de que se mejore la atención a los pacientes, la verdadera gran noticia sería que los avances en investigación dieran con nuevos fármacos más efectivos que permitieran frenar el avance de la enfermedad. En este sentido, el doctor Oropesa reconoce que «hay muchos ensayos sobre determinadas moléculas que se están probando en enfermos de Alheimer y que van a llegar a medio plazo, es decir, entre 25 y 50 años. En Andalucía hay buena investigación del Alzheimer, pero requiere tiempo encontrar fármacos que frenen la enfermedad y también dependerá de la inversión que se haga en I+D a nivel mundial. En cualquier caso, son fármacos bastante prometedores«.
En suma, y como dice el refrán, más vale prevenir que curar. Seguir los diez pasos del decálogo puede ayudarnos, no sólo a conseguir vivir de manera sana, sino a mantenernos alejados durante más tiempo de la sombra de la demencia.
1 comentario en «La demencia, una oscura sombra que la Unidad de Neurología de Huelva invita a mantener alejada siguiendo 10 hábitos saludables»
Me parece una labor importantísima, sobre todo en una población que envejece de manera longeva, que además de la investigación, todos estos profesionales se formaran también en habilidades sociales, las cuales por propia experiencia de familiares con este tipo de enfermedades, he comprobado que no están muy bien desarrolladas en algunos casos. Tratamos con personas y con la dignidad de las personas, esto a veces se olvida por encabezar una publicación o buscar el reconocimiento profesional entre colegas.