HBN. En los últimos años, Huelva es la provincia española que más frutos rojos exporta a Europa y es el centro de producción de fresas más importante de España y del continente, solo superado a nivel mundial por Estados Unidos. En el año 2017, la provincia onubense concentró más del 90% de las fresas que se exportaron desde España, principal país exportador de fresas del mundo.
La tecnología, pese a que la mayoría de las personas no la asocia con el sector agrícola, es la clave de este éxito. ¿Hasta qué punto se conocen las innovaciones que hacen posible el liderazgo onubense en berries? ¿Cómo se han alcanzado índices tan altos de producción de arándanos, fresas, frambuesas y moras en tan poco tiempo? ¿Qué más aporta la I+D a la agricultura de la provincia? ¿En qué medida la innovación tecnológica ha influido en la producción de los frutos rojos de Huelva?
Son cuestiones de vital importancia en el sector, tal y como se ha puesto de manifiesto este miércoles, 24 de enero, durante la visita organizada por la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) a las instalaciones que la empresa viverista Planasa tiene en Cartaya de cara a la campaña 2018. Una visita que ha contado con la presencia de Rodrigo Sánchez de Haro, consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de Andalucía; Antonio Villarroel, secretario general de Anove; Elena Sáenz García-Baquero, directora de Anove; y Federico Crespo, director general Europa de Planasa; entre otros representantes del sector.
En las palabras de bienvenida a las instalaciones, Federico Crespo, director general para Europa de Planasa, explicó que la mejora vegetal de plantas –también denominada obtención vegetal– “es una actividad imprescindible y con una enorme trascendencia económica, altamente tecnológica y basada en la investigación y desarrollo de nuevas variedades vegetales, gracias a la cual se puede dar respuesta a la demanda de los consumidores respetando al mismo tiempo la sostenibilidad económica, medioambiental y social de toda cadena alimentaria”. Por ejemplo, gracias a la obtención se están logrando variedades de mayor sabor y durabilidad, lo que permite tener frutos rojos en el mercado durante 9 meses al año.
El mercado demanda juego limpio. Durante el acto se expusieron datos que evidencian que Huelva se ha consolidado ya como la provincia española que más frutos rojos exporta y el centro de producción de berries más importante de Europa. Elena Sáenz, directora de Anove, explicó que casi el 80% de los frutos rojos producidos en España se dedica a la exportación y es precisamente Huelva la provincia que, con diferencia, lidera las exportaciones, con el 91% de las ventas, un porcentaje que ha crecido el 3% el año pasado.
Pero también mostró su preocupación ante la proliferación de pequeños viveros que reproducen de forma ilegal variedades protegidas de plantas. “Los mercados internacionales están demandando una trazabilidad clara y transparente del producto, que las prácticas ilegales no pueden aportar”. Por eso –señaló Elena Sáez– el uso de material vegetal sin certificar o producido clandestinamente ocasiona serios perjuicios económicos al sector: “Además –añadió la directora de ANOVE– cuando no se respetan los derechos de propiedad intelectual y se reproducen o comercializan ilegalmente plantas, se genera una competencia desleal contra los agricultores y viveristas legales y se amenaza la investigación lo que a medio plazo compromete gravemente el futuro de nuestra agricultura”. Al carecer de los necesarios contrales sanitarios, las plantas reproducidas ilegalmente pueden ser un foco de transmisión de enfermedades y acabar afectando negativamente a la seguridad alimentaria.
El papel decisivo de los obtentores vegetales. Las empresas obtentoras hacen un importante apuesta por la inversión en I+D+i, dedicando a ello entre un 20% y un 25 % de su facturación anual. De hecho, las 6 empresas que asociadas a ANOVE se dedican a los frutos rojos cuentan con 7 centros de investigación en España. La I+D del sector de los frutos rojos que se realiza en Andalucía, se concentra también en Huelva, provincia con las condiciones técnicas idóneas de clima, suelo y agua para favorecer y dinamizar el cultivo de estas especies. Pero el desarrollo de los cultivos de arándanos y frambuesa en Huelva se deben principalmente a la innovación varietal, gracias a que la investigación genética ha permitido adaptar diferentes variedades a las condiciones agroclimáticas onubenses.
La superficie de frutos rojos en la provincia de Huelva se ha incrementado en la presente campaña un 11%, pasando de 10.030 a 11.145 hectáreas. Huelva produjo la temporada pasada más del 90% de las fresas que exportó España, principal país exportador del mundo. Por lo que se refiere a los arándanos, el aumento de superficie se debe principalmente a la plantación de nuevas variedades extra tempranas destinadas a cubrir los primeros meses del año en los mercados europeos. De este modo, la investigación de los obtentores vegetales y la apuesta de los productores onubenses por la diversificación de cultivos están garantizando la presencia de frutos rojos de Huelva en los mercados del continente durante nueve meses al año.
Una jornada en la que el consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, ha subrayado la apuesta decidida por la I+D y por la búsqueda de nuevas variedades como una de las razones por las que los frutos rojos se erigen en un “incuestionable” motor económico de la provincia de Huelva y en “punta de lanza” de la agricultura andaluza. Sánchez Haro ha destacado el “argumento sólido” de la capacidad del sector para exportar fresas, frambuesas y arándanos saludables, de la máxima calidad y de gran valor añadido entre enero y noviembre de 2017 por un importe superior a los 900 millones de euros, un 3% más que la cifra récord firmada en el mismo periodo del año anterior.
Sánchez Haro ha puesto de relieve que 9 de cada 10 euros que recibe la balanza comercial española por la venta de frutos rojos en los mercados internacionales tienen su origen en Huelva, “con unos productores comprometidos con la excelencia que demandan los consumidores”. La resistencia a enfermedades, la productividad, la sostenibilidad, la diversidad de tamaños y formatos, el color y el sabor y la seguridad alimentaria son, en este sentido, a juicio del consejero, “rasgos diferenciadores de los frutos rojos onubenses”. Un punto en el que ha hecho mención al importante papel que juegan entidades obtentoras como Planasa a la hora de afrontar esos “retos constantes” a través de la innovación y la investigación con nuevas variedades. No en vano, como ha continuado, el sector productor de semillas y plantas de vivero es el que más recursos y personal destina a ello, al invertir, en algunos casos, hasta el 30% de sus ingresos. “Es la industria que más apuesta por la I+D”, ha concluido.
Apoyo del Ifapa. La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, en palabras de Rodrigo Sánchez Haro, no es ajena a la trascendencia de la labor de investigación. Desde este departamento, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de Andalucía (Ifapa), se lleva a cabo una amplia diversidad de proyectos que abordan desde aspectos como la mejora de la calidad nutritiva, organoléptica y vida post-cosecha, hasta la optimización del uso del agua mediante distintas estrategias de riego, sin obviar los sistemas de cultivo sostenible y de mejora de la calidad y la productividad. De igual modo, el responsable del ramo ha puesto el acento en el Banco de Germoplasma de fresa, que, único en España, mantiene más de 500 entradas de este cultivo y emerge como uno de los mayores referentes de Europa.
La investigación, no obstante, según ha remarcado Rodrigo Sánchez Haro, viene seguida de la necesaria transferencia del conocimiento generado al campo, “para hacerlo útil y que redunde en innovación y en competitividad”. Así, ya sea de forma directa por parte del Ifapa o mediante la suscripción de convenios de colaboración con el propio sector, en la actualidad están en ejecución iniciativas conjuntas bajo un presupuesto de más de 300.000 euros. Asimismo, el cultivo de los frutos rojos tiene a su disposición el potencial de las instalaciones del instituto, como es el caso de la finca experimental El Cebollar, ubicada en el término municipal de Moguer y donde se llevan a cabo distintos ensayos con las distintas berries.
Además, los participantes en la visita tuvieron ocasión de conocer las principales líneas de investigación en la que las empresas obtentoras están trabajando en estos momentos, y que dan lugar a tener cada vez más variedades en el mercado, variedades que tiene una vida útil mayor, son más resistentes al transporte, tiene un sabor mayor y una mayor firmeza, entre otros avances.
Anove y Planasa. La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) es la asociación que agrupa a las compañías y centros públicos dedicados a la generación de valor añadido en el sector agroalimentario a través de la investigación, el desarrollo y la explotación de nuevas variedades vegetales. (www.anove.es)
La misión de Anove es representar en España al sector de la obtención vegetal promoviendo la defensa de sus intereses y el conocimiento de su actividad, apoyando la innovación y el desarrollo de la agricultura. Anove trabaja por una agricultura innovadora, competitiva y sostenible, que valore y tenga pleno acceso a la mejora vegetal, contribuyendo con ello a la seguridad alimentaria y el desarrollo económico de la sociedad.
En la actualidad, Anove está conformada por 55 entidades y se estructura en cuatro áreas de actividad: cereales; hortícolas y ornamentales; frutales y berries; maíz, oleaginosas y cultivos industriales. De esta forma se permite la discusión de problemas específicos de cada tipo de cultivo y la definición de estrategias. La investigación y el desarrollo de nuevas variedades vegetales es una actividad de enorme trascendencia para el desarrollo agrario y económico de la sociedad, base de la innovación tecnológica de la que depende toda la cadena alimentaria.
En los últimos 50 años se ha producido un aumento medio del 30-60%, según las especies, en los rendimientos de las cosechas como consecuencia de la mejora genética realizada por los obtentores vegetales. En algunos casos como el tomate, ha llegado a ser del 1.000% debido a los híbridos de alto rendimiento.
Plantas de Navarra, SA (Planasa), por su parte, puso en marcha un centro de I+D en Cartaya en 1986 para contrarrestar la dependencia absoluta que tanto los viveros como el propio sector fresero de Huelva tenían del producto varietal que generaba la Universidad de California. Tres años después, el programa de mejora genética dio lugar a la primera variedad cien por cien española, denominada Tudla, que se desarrolló comercialmente entre 1991 y 1997 y supuso la venta de más de 300 millones de plantas.
Puedes ver con más detalle la visita realizada a Cartaya en la siguiente galería gráfica: