José Carlos Romero Rodríguez. Hoy me siento frente a mi ventana, el sol entra radiante, hay pájaros que cantan… y a pesar de tanta vida solo hago preguntarme…
Me toca contar la historia de una persona, le llamaremos “J”, la viva imagen de que en este mundo existen muy grandes personas, a “J” le encantaba disfrutar de la pintura con su gran amiga la soledad, le encantaba ayudar a los demás y a eso dedico su vida, sus grandes proyectos, sus puntos de vista y su gran imaginación han terminado hoy. Casi nadie se lo ha podido creer pero es así, ayer noche todos recibimos la triste noticia de que una persona que se ha dedicado a mejorar nuestro mundo ya no está con nosotros.
Es difícil empezar a leer mi post y que de repente te encuentres dentro de la historia pero hace mucho que quería escribir esto, y mi punto de inflexión ha sido esta realidad.
A diario coincido con gente en mi desempeño laboral a los cuales siempre les suelo preguntar ¿Cuál es tu sueño? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Disfrutas con lo que haces? Y te sorprendería lo mal que nos tratamos a nosotros mismos, negando evidencias y haciendo creer a los demás que nuestro sueño es pasar delante de un ordenador tantas horas analizando números. ¿De verdad? Claro que no es verdad, nos da miedo soñar y sobre todo nos da miedo cumplir de verdad nuestros sueños.
Vamos por la vida pensando que el tiempo es ilimitado, que nuestros sueños llegaran y que la inmortalidad es un hecho posible, en un mundo donde la única verdad es que se nos olvida vivir. Continuamente vivimos en el piloto automático, sin pararnos a pensar por un momento… ¿Esto es lo que me gusta? ¿Soy feliz así?… Y por supuesto te aconsejo que si una de estas dos preguntas tiene respuesta negativa, estas en el punto de partida para cambiar definitivamente, no tengas miedo al cambio, al fin y al cabo cambiar es progreso y si cambias y te equivocas puedes volver a cambiar, pero nunca te mientas, la gente va continuamente mintiéndose a sí mismo sobre su felicidad y esto sí que no lo podemos permitir. ¿Sabes lo que responde la mayoría de las personas que se encuentran en una situación terminal a sus últimas voluntades?… Disfrutar de los míos… Lastimosamente es demasiado tarde, te puede pasar como a “J” que no ha tenido tiempo para despedirse pero, tu, y yo, que estamos aquí leyendo y escribiendo estas líneas todavía tenemos algo por lo que poder luchar, por nuestra propia felicidad, por nuestra propia vida y por ayudar a vivir a los demás.
No es tarde, nunca es tarde, nunca es tarde para querer a tus seres queridos, nunca es tarde para disfrutar de un rato entre amigos y tampoco es tarde para hacer eso que siempre has soñado, y no, no es cuestión de dinero porque las mejores cosas que tiene este mundo son gratis; Abrazar a tus padres, besar a tu pareja, coger de la mano a tus hijos, hacer deporte, pasear por la playa… Es gratis. No discutas todos los días, no acumules malas energías, no vivas el sueño de los demás, vive para ti, ama, ríe, canta, salta, vive, solo vive que no es poco y si algún día te ves cerca del final… descansa porque solo quien ha vivido de verdad necesita descansar.
Amigo “J” si solo te queda un poco de luz para iluminarme en mi camino me encantaría que me dieras la respuesta a esta pregunta con la que empezaba mi post… ¿La vida es demasiado corta, o es que nos damos cuenta demasiado tarde que tenemos que vivirla?… Desde el cielo se pinta mejor… A la memoria de Joaquin Martin “Quini”