Roberto Huerta es profesor de Infantil en uno de los mejores colegios de República Checa

Roberto Huerta García lleva cuatro años en Praga.
Roberto Huerta García lleva cuatro años en Praga.
Roberto Huerta García lleva cuatro años en Praga.

A.R.E. La enseñanza es la pasión de Roberto Huerta García, un onubense de 32 años, natural de Huelva capital, que desde 2013 reside en Praga (República Checa) por motivos laborales. Allí está viviendo una experiencia única, una de las etapas más bonitas de su vida según reconoce, que está disfrutando y aprovechando al máximo.

Roberto se crió en la barriada del Pinar, donde siempre había residido hasta que le llegó la oportunidad de mudarse a Praga. Estudió en el colegio Juvenal de Vega y cursó los estudios de ESO y Bachillerato en el IES Fuentepiña. «Siempre he estado ligado a Huelva y su provincia», reconoce, y añade: «además mi madre nació y creció en una pequeña aldea llamada Las Delgadas, cerca de Riotinto. Vaya donde vaya siempre presumo de sierra y costa con orgullo«.

Roberto es profesor de Infantil en un colegio checo.
Roberto es profesor de Infantil en un colegio checo.

Roberto estudió Informática durante tres años, aunque al final quiso enfocar su carrera profesional a la enseñanza. En 2011 se graduó en Educación Primaria por la Universidad de Huelva, lo que le dio la oportunidad de hacer las prácticas como profesor en el colegio del que anteriormente había sido alumno. «Fue una experiencia muy emotiva en la que compartí profesión con los que fueron mis docentes», recuerda.

Más tarde cursó el Máster de Gestión Integral de la Convivencia Escolar y, a posteriori, el de Comunicación y Educación Audiovisual, en el cual conoció a la persona con la que ahora comparte su «vida y locuras», María Sández.


Puerto de Huelva

Con su pareja, María, a la que conocía mientras hacía un Máster.
Con su pareja, María, a la que conoció mientras hacía un Máster.

Hace cuatro años tuvo la oportunidad de hacer unas prácticas Erasmus en Praga: seis meses en el colegio internacional Panda Learning Center. Con el incondicional apoyo de su familia, logró cumplir uno de sus mayores sueños y marcharse a República Checa, donde lleva ya cuatro años como él mismo nos cuenta:

– ¿Por qué decidiste irte fuera? ¿y por qué Praga?
– Aunque la oportunidad y decisión me llegó tarde, uno de los objetivos en mi vida siempre fue conocer diferentes culturas y estilos de vida. Praga, en principio, parecía que se ajustaba a lo que iba buscando. Además, sin saberlo, conocí la ciudad más bonita y encantadora que hasta ahora he pisado.

El onubense con algunos de sus amigos de Praga.
El onubense con algunos de sus amigos de Praga.

– ¿Cómo fueron tus primeros días en Praga?
– La adaptación a la ciudad y la cultura no me fue difícil, es más, la falta de idiomas la hizo incluso divertida. Solo el caos y estrés de encontrar piso los primeros días fue lo único que recuerdo de forma negativa, pero debido a la demanda que existe en este país es una cuestión que debes aceptar. En cierto modo tuve suerte.

– ¿Falta de idiomas? ¿Cuál era tu nivel al llegar? 
– Mi nivel de inglés al llegar a República Checa era inexistente. La asignatura de inglés siempre fue un problema para mí en mis años de estudiante y, al llegar aquí, lo pude corroborar. Y aunque mi nivel ha mejorado, sigo trabajando día a día para continuar mejorándolo y poder llegar al nivel que la escuela merece.

La enseñanza es su gran pasión.
La enseñanza es su gran pasión.

– Háblanos de tu trabajo en Praga.
– El colegio donde hice las prácticas pensó que podría ser un buen complemento para la plantilla de profesores que tenía y decidió ofrecerme un puesto. Para mí es como un sueño, ya que trabajo en uno de los mejores colegios de República Checa y un ejemplo de lo que debe de ser un colegio. Si describiera cómo debe de ser el colegio perfecto, creo que se parecería mucho al colegio Panda Learning Center.
Aunque mis estudios están relacionados con la educación Primaria, ejerzo de profesor de Infantil. Al llegar al colegio, debido al número de profesores en prácticas y debido al nivel de inglés que tenía, se decidió que estuviera en Infantil. Cuando los profesores en prácticas terminaron, pedí al colegio continuar en Infantil, esta rama de la docencia me apasiona tanto, o más, como la de Primaria.

En el colegio donde trabaja junto a su compañera Andrea.
En el colegio donde trabaja, junto a su compañera Andrea.

– ¿Cuánto tiempo llevas en el colegio?
– Actualmente empiezo mi quinto curso lectivo y segundo año trabajando con Andrea, una profesora muy cualificada de la que estoy aprendiendo mucho. Juntos trabajamos en el primer nivel del colegio con edades comprendidas entre los 2 y 3 años, un nivel en el que se puede ver perfectamente la progresión de unos niños que empiezan a relacionarse con sus iguales.
Debido a que los niños de mi clase terminan a las 13:30 todos los días, también me encargo los miércoles de ir a gimnasia con los de Primaria e impartir español como tercer idioma los viernes a tercero, cuarto y quinto curso.
Gracias a la gran plantilla de profesores que existe en el colegio puedo aprender cada día sobre la profesión de docente.

Roberto está muy contento con su vida en Chequia.
Roberto está muy contento con su vida en Chequia.

– ¿Son muy diferentes Praga y España en estilos de vida?
– Son polos opuestos: costumbres, clima, personalidad de la gente… Distinta forma de ver la vida que si aceptas y sabes adaptarte puede ser muy enriquecedora. Toda cultura tiene sus puntos negativos y positivos, simplemente hay que respetarlos.
Como ciudad, Praga es espectacular, la vida que tiene esta ciudad es increíble. Todo tipo de eventos, lugares, rincones. Tienes alternativas de ocio en todo momento, una ciudad que hay que visitar alguna vez en la vida.

– ¿Te relacionas con la población nativa o con españoles que viven allí?
– Debido a la multiculturalidad que confluye en esta ciudad, tienes la opción de poder conocer a personas de todas partes del mundo y, aunque en un principio tienes la idea de no querer relacionarte con españoles para evolucionar en el idioma, después la realidad no es la misma. Necesitas de personas en tu vida con tus mismas costumbres y forma de vida para seguir estando completamente a gusto. En ese sentido, me considero muy afortunado porque he tenido la suerte de conocer a personas que han logrado llenar el vacío que causa el alejarte de tus seres queridos.

Con sus compañeros de trabajo en un teambuildin.
Con sus compañeros de trabajo en un team building.

– ¿A qué costumbres te ha costado más trabajo adaptarte?
– Sin duda a los horarios de las comidas. Normalmente hago el almuerzo entre semana en el colegio a las 12:00 y las cenas se suelen hacer sobre las 20:00 aproximadamente. Muy diferente a lo que habituaba a hacer en Huelva.

– Cuéntanos alguna anécdota que te haya ocurrido durante tu estancia.
Tanto ha sido el cambio en mi vida que aquí es donde he visto por primera vez la nieve, con lo que ello conlleva: si haces el ángel, te mojas, o si perfeccionas una bola de nieve, se hace dura y hace daño…

Roberto con sus padres, hermano, cuñada y su pareja, María, cuando fueron a visitarlo a Praga.
Roberto con sus padres, hermano, cuñada y su pareja, María, cuando fueron a visitarlo a Praga.

– ¿Cuáles son tus planes futuros?
– María, mi pareja, y yo somos felices, podemos viajar todo lo que no hemos viajado durante nuestras vidas y cada día sigo aprendiendo. Mientras eso no cambie, seguiré disfrutando de esta maravillosa experiencia.

– ¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
– Mi familia y amigos, mi único objetivo es que todos puedan disfrutar de esta ciudad como yo lo estoy haciendo y cada vez que voy a Huelva les insisto para que vengan. Poquito a poco lo voy consiguiendo. Uno de los momentos más felices en esta experiencia fue cuando vino mi familia a conocer la ciudad que me ha acogido.

Huerta con sus amigos de Huelva Rubén y Jesús, que fueron a visitarlo a Praga.
Huerta con sus amigos de Huelva, Rubén y Jesús, que fueron a verlo a Praga.

– ¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? 
– Sin duda, te aporta unos valores y una forma de ver la vida que solo concibes si vives fuera. Es la experiencia más enriquecedora de mi vida.

– Para terminar: un mensaje a los onubenses.
– Podemos estar orgullosos de nuestra provincia, su gastronomía y de lo valorada que está fuera de nuestras fronteras. Muchas gracias.

– Gracias a ti Roberto.



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