Carlos Arroyo. Plaza de Toros de la Merced, segunda de abono de las Fiestas Colombinas, con media entrada en los tendidos en tarde calurosa, se lidiaron seis toros de Torrealta, bien presentados, con nobleza y clase en líneas generales, sobresale el segundo de la tarde premiado con la vuelta al ruedo y el encastado tercero, para los diestros,
Sebastián Castella, de añil y azabache, gran estocada, ovación; estocada casi entera, ovación tras petición.
Miguel Ángel Perera, de verde botella y oro, estocada, dos orejas; estocada, dos orejas.
David de Miranda, de grana y oro, pinchazo y estocada, oreja; estocada, oreja
Se desmonteraron Curro Javier al parear al segundo, Manolo Contreras en el tercero y Javier Ambel y Guillermo Barbero en el quinto.
Gran encierro el de Torrealta con dos notas de importante nota el lidiado en el coso de la Merced en la segunda de la Feria de las Colombinas, donde Perera ha colocado el listón muy alto y posiblemente acapare todos los premios en la feria, en su tarde más redonda en Huelva. El extremeño llenó todos los tercios, desde el templado toreo de capa hasta la muleta, donde cuajó dos importantes faenas a dos toros colaboradores de la ganadería de Torrealta, que se presentaba en Huelva. David de Miranda también franqueó la puerta grande de la Merced, a base de corazón y disposición. Sebastián Castella se topó con el lote de menos posibilidades.
El mejor toro de la tarde en calidad fue el segundo y le correspondió en suerte a Miguel Ángel Perera. Desde los lances de salida humilló con recorrido el burel, y el extremeño lo lancea con temple a la verónica. Buen tercio de banderillas a cargo de Curro Javier, que se desmontera. Comienzo tradicional con el pase cambiado por la espalda en el medio del ruedo, y toreo fundamental por ambos pitones con el toro manteniendo la humillación y el recorrido. El toro repite en las telas, y resulta un trasteo ligado, con magníficos naturales de mano baja y profundidad. Con la muleta desmontada, se pasa el toro por ambos lados llevando el delirio a los tendidos. Gran estocada, y dos orejas merecidas, siendo el toro premiado con la vuelta al ruedo. El quinto tiene aún más nobleza pero menos empuje, y el extremeño vuelve a templarlo de salida con el lanceo de verónica acompasado.
Quita por escobinas circulares llevando al toro embebido en las telas ante las ovaciones de un público entregado al diestro. El tercio de banderillas fue espectacular, con una brega de seda por parte de Curro Javier que se debió desmonterar como lo hicieron sus compañeros tras los rehiletes Javier Ambel y Guillermo Barbero. De premio la actuación de la cuadrilla de Perera. En la muleta, mando y temple. El toro tardea algo más y no repite como el primero de su lote, pero Miguel Ángel le da ese tiempo necesario para ir alargando sus embestidas, resultando una faena llena de empaque y torería. Epílogo en el toreo de cercanías tan propio de este torero, que ha dado dimensión de figura en toda la tarde. Otra estocada y otras dos orejas.
El tercer toro fue el otro más destacado del encierro de Torrealta. El más encastado de la tarde, lo recibe a la verónica con gusto David de Miranda. Se desmontera Manolo Contreras en banderillas tras parear con riesgo. Embiste con brío en la muleta del triguereño, que consigue los pasajes más lucidos por el pitón derecho, donde se entiende mejor con él. Remata con manoletinas, y es premiada su actuación con la oreja tras cobrar una estocada al segundo intento. El que cierra plaza es el toro menos enclasado. Se afana el torero onubense, que expone en una faena de riesgo. Le arranca la oreja a base de tesón y de la predisposición del respetable a sacar a hombros a su único matador de toros en activo por la puerta grande.
Castella se llevó el lote con menos poder de la tarde. El primero acusó la falta de fuerzas, y embistió con nobleza en las dos series con que comenzó la faena, pero no duró más y se apagó. Buena clase pero poca duración, abreviando el francés, que cobra una gran estocada de efecto fulminante. Duró algo más el cuarto, un jabonero de bella estampa, pero también muy soso. Aquí sí realizó una faena larga el francés, pero sin resultar ligada ni llegar a los tendidos. Hubo muletazos de calidad, pero no acaba de entrar Castella en el coso mercedario. A pesar de ello, se le pidió la oreja que el palco no concedió.