Redacción. El Festival de Teatro y Danza Castillo de Niebla trasladará a los espectadores del sábado 5 de agosto toda la belleza y poética del verso del siglo XVII con un envoltorio propio de los locos años 20 y con guiños al siglo XXI. Los responsables, Teatro Morboria y la obra ‘El lindo don Diego’, espectáculo seleccionado por los socios del Festival para que forme parte de la programación oficial de su XXXIII edición, entre las tres propuestas por la organización.
Teatro Morboria es una de las compañías más significativas del teatro independiente español, con una trayectoria de tres décadas en los escenarios, y que el pasado verano actuó por primera vez en las tablas de Nieblas con la obra ‘El Burgués Gentilhombre’, de Moliére, cosechando gran éxito de crítica y público.
Ahora vuelven para recrear una época que ha llegado a nuestros días como momento único en la historia, entre otras razones “por la capacidad de los jóvenes porque de los años 20 a los 30 para olvidar tiempos de guerra y entregarse con desenfreno a la diversión del juego y al frenesí de la vida”.
La compañía, que ha pasado con gran éxito por los Festivales de Cáceres, Chinchilla, Olmedo y Almagro, sitúa la época de su ‘Lindo don Diego’ entre los años 20 y 30 del siglo XX. La acción se desarrolla en Madrid en un conocido hotel de la capital. En el Morboria Club, célebre sala de postín a la vanguardia de la modernidad madrileña, se dan cita los personajes de la comedia, frecuentada por actores, músicos, pintores y lo más granado de la alta sociedad, famoso por sus eróticas actuaciones de variedades, su orquesta de jazz, su piano bar, sus maravillosos cócteles y las apariciones estelares de la fascinante y enigmática bailarina de los pies desnudos, la gran Tórtola Valencia. Musa de artistas modernistas que cayeron bajo su embrujo, Rubén Dario, Pio Baroja, Valle Inclán, Ignacio Zuloaga, Jacinto Benavente… Música que llega de lejos con aire fresco y olor a modernidad, jazz y rhythm’and blues…
La máscara que la sociedad de la época impone a la gente desaparece en estos locales y se muestra tal y como es y sin complejos, homosexuales, gays y lesbianas. mujeres y hombres, actores, actrices, transformistas, banqueros y cantantes viven su sexualidad con plenitud y sin miedo.
Morboria también hace un homenaje a través de las actuaciones del club a algunas de esas figuras que, debido a las condiciones históricas de nuestro país quedaron en el olvido, pese a la importancia que tuvieron en España y en el extranjero, como es el caso de la bailarina Tórtola Valencia.
Editada en 1662, ‘El lindo don Diego’ destaca por su gracia y potencia cómica y por la atmósfera ligera y festiva. Pertenece al género de las comedias de figurón y describe un carácter, don Diego, vanidoso, fatuo y presumido, que es el factor desencadenante de la celebrada comicidad de la obra y al mismo tiempo de su propio ridículo caricaturesco.
Un equipo de quince artistas da vida a esta nueva versión de ‘El Lindo don Diego’, buscando toda la comicidad de las situaciones que propone la obra, añadiendo el ambiente y la música en directo de un club y buscando el juego dramático, la expresividad, la plasticidad , el ambiente y el color tanto en la ambientación y vestuario como en la iluminación.
Una propuesta estética cercana al cómic y a las viñetas de tebeo con una caracterización exagerada y expresionista tanto en maquillaje como en interpretación, buscando la exageración y el esperpento. Teatro dentro del teatro , música y danza…
Los espectadores son recibidos en la sala por acomodadores y trabajadores del club, cerilleras, camareros que les darán la bienvenida y trataran como asiduos clientes. La cuarta pared se rompe en diversas escenas y los actores entablan conversación con el respetable.
Sobre el argumento y el autor. Don Diego y don Mendo llegan a Madrid requeridos por Don Tello su tío, para tomar como esposas a sus primas doña Inés y doña Leonor. Don Juan, enamorado de Inés se entera de los proyectos de don Tello de casar a su hija con su sobrino don Diego, un rival estúpido fanfarrón y petulante. Con la ayuda de Mosquita, su amiga y confidente tejen un enredo para que el Lindo rechace a doña Inés por emparentar con una rica condesa viuda, interpretada con maestría por el simpar Codorniz criado y transformista amigo de la pareja.
Agustín Moreto, dramaturgo y poeta nacido en Madrid en 1618, de padres milaneses. La posición acomodada de su familia, que contaba con varias casas en propiedad en la madrileña Red de San Luis y en la calle Barquillo, le permitió cursar estudios en la prestigiosa Universidad complutense donde alcanzó su graduación de arte. Pronto figuró entre los poetas de la corte de Felipe IV, para el que compuso diversas fiestas reales.
De las ochenta y cuatro obras que se le atribuyen, hay comedias, algunas escritas en colaboración, entreméses algún baile y loa y un único auto sacramental. De su conjunto de piezas destacan dos joyas, ‘El lindo don Diego’ y ‘El desdén, con el desdén’.
La crítica siempre ha destacado la propensión de este autor a la refundición de intrigas y plagios de algunos pasajes en muchas de sus mejores comedias pero, según los críticos actuales han ido profundizando en el estudio del teatro áureo, se destaca su habilidad para combinar y el resultado final de sus comedias. La demanda continua de nuevas obras por parte del público de la época hizo que los autores se sometieran a un proceso de producción en serie, se inspirasen en fuentes dispares y fuesen expertos en la refundición. Todo estaba permitido con tal de que la copia superase al original, a veces no como plagio sino como homenaje a un autor admirado como es el caso de Lope.