A.R.E. La información meteorológica se ha convertido en un contenido que consultamos cada día. Temperatura, sensación térmica, precipitaciones, olas de calor… son conceptos muy familiares que, sin darnos cuenta, condicionan nuestras decisiones, como qué ropa nos pondremos y si haremos o no esa escapada porque dan hay altas probabilidades de lluvia.
José Antonio Gómez Domínguez es una de las personas que hacen posible que tengamos esa información al alcance. Este onubense es funcionario interino en la Agencia Estatal de Meteorología, en concreto es observador de Meteorología desde 2009, siendo su responsabilidad enviar partes meteorológicos para el tráfico aéreo, además de realizar observaciones sinópticas a horas determinadas para el estudio del clima y la atmósfera.
Su interés por este tipo de temas, que lo llevó a presentarse a las oposiciones para trabajar en la Agencia, podría decirse que es innato. Desde pequeño, recuerda que la Meteorología, junto con la Astronomía y, en general, la observación de la naturaleza, siempre le llamaron la atención. «Mi abuela vivía en un ático en Las Colonias, y yo aprovechaba para observar el movimiento mensual y anual de la Luna y algunas estrellas. Tengo apuntes con 10 años de dichos movimientos. Me encantaba la Geografía y miraba mapas con seis o siete años, que fue a la edad que me compré mi primer pequeño telescopio. Contemplaba el movimiento de las nubes y otros muchos detalles del mundo que nos rodea», afirma Gómez Domínguez.
Así pues, lo de pasar horas muertas mirando al cielo no es nada nuevo para José Antonio, cuya trayectoria siempre ha estado muy ligada a su tierra. El onubense se crió en La Orden, donde estudió en el C.P. Martín Alonso Pinzón. Tras terminar COU, estuvo trabajando y también realizando el Servicio Militar, por entonces obligatorio, lo que atrasó su ingreso en la Universidad de Huelva. Empezó la carrera de Magisterio por Música, aunque sólo concluyó un año porque ya desde los primeros meses de estudio se hizo cargo de una estación meteorológica que había en el Campus.
Como recuerda Gómez, «hice el proyecto para la sustitución de la garita meteorológica y todo su instrumental, para lo que recibí la ayuda del Departamento de Ciencias de la UHU, gracias a una buena profesora y a pesar de que yo estaba en el de Educación. Durante dos años fui el encargado de la instalación y registro de datos. Esos dos años me dieron un pequeño empujoncito para, tiempo más tarde, ser interino, pues conseguí puntos muy valiosos que sumaron cuando me presenté a la oposición del Aemet, que era uno de mis sueños, mi vocación. Fue un logro conseguir plaza, aunque no fuera fija».
Durante un tiempo compatibilizó trabajo y estudios, pero al año dejó la carrera y entró como empleado en el sector agrícola y, más tarde, en el industrial, haciendo un grado técnico en operaciones de planta química cuyas materias le sirvieron de base para prepararse las oposiciones.
Al final, fue en 2009 cuando José Antonio empezó su trayectoria como observador meteorológico en la Aemet. Primero estuvo destinado en Almería, en dos ocasiones, y luego ha pasado por Melilla, Badajoz, Jerez de la Frontera y, en la actualidad, desempeña sus funciones en la localidad gaditana de Rota.
Sus cometidos son diversos, pero los principales pueden resumirse en dos: enviar cada media hora, sin ningún tipo de retraso, el parte aeronáutico METAR, vital para la navegación aérea y la toma de decisiones de tripulaciones; y por otro, elaborar el informe de la observación sinóptica, que es el conjunto de medidas de diferentes variables meteorológicas que se realizan a nivel de superficie a determinadas horas: temperatura, humedad, presión, dirección y velocidad del viento, nubosidad y tipo de nubes, visibilidad, etc.
El observador meteorológico también atiende las llamadas de la torre de control, o de tripulaciones que se acercan por el Observatorio para pedir mapas, especialmente de viento, a diferentes niveles de vuelo de cualquier parte de Europa, y a veces de otros lugares del mundo. Los días de lluvia o niebla, la situación se puede complicar y multiplicarse sus tareas, aunque reconoce que su vocación siempre hace que el trabajo sea agradable.
Por otro lado, el onubense sigue preparándose las oposiciones de la Aemet para conseguir su plaza fija, a la par que se encarga por afición desde 2006 de dos estaciones meteorológicas, una automática en Gibraleón, en la zona de La Colmenilla, que requiere de mantenimiento, y otra manual, con una garita de madera, situada en Santa Bárbara de Casa, a los pies de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Preguntamos a José Antonio algunas curiosidades meteorológicas:
– Parece que es en el único onubense en la Aemet… ¿a qué cree que se debe este hecho?
– Huelva es una provincia poco poblada si exceptuamos la costa. Hay menos gente informada de que existen tales tipo de oposiciones, aunque si es verdad que el nivel de formación entre los jóvenes y no tan jóvenes en nuestra provincia es alto, gracias a nuestra Universidad, solo falta tener mucho ánimo. En la última convocatoria, en Madrid, el pasado octubre, para 30 plazas se presentaron más de 1.200 personas.
– Conoce bien el Observatorio de Huelva y su historia. Háblenos de ella.
– El Observatorio de Huelva abrió sus puertas en el lejano mes de octubre de 1902, en el actual Instituto Rábida, hasta 1951, que se decide pasar al techo del Ayuntamiento. En este sentido fue un emplazamiento desafortunado, ya que la organización meteorológica mundial tiene unas normas, a la hora de medir las diferentes variables meteorológicas, y una de estas normas es estar fuera de la influencia de objetos que transmitan calor, fundamentalmente estar fuera de las ciudades.
Desde 1951 hasta abril de 1984 permaneció en el Ayuntamiento. Fue esta última fecha, cuando el Observatorio pasó a su actual emplazamiento, cerca del Hospital Infanta Elena. Ya lleva funcionando de forma ininterrumpida más de 33 años allí. En total 115 años de historia, con varias nevadas, y temperaturas desde -5,8ºC hasta 43,8ºC (44,3ºC el mismo día en otra garita, no se hizo oficial).
– De todo lo que ha visto desde que entró en la Agencia, ¿qué es lo que más le ha impactado?
– En general, la moderna instrumentación, pero sobre todo poder ver archivos de hace más de 100 años y ver partes de esa antigüedad. Me imagino aquel observador apuntando la temperatura de un día de invierno de 1907, por ejemplo, y me resulta fascinante.
– Usted que puede comparar, ¿suelen ser fidedignas las informaciones que se ofrecen del tiempo?
-En el mundo de la meteorología hay una sobreinformación grandísima. Los periodistas no pueden ni tienen porqué saber de todo. A veces se dan datos que bien son erróneos o de estaciones que no están bien colocadas. Yo para eso he tenido esmero, e intento cumplir como lo suele hacer Aemet: ante cualquier obstáculo para poder realizar bien las mediciones, prefiero no hacerlas.
– ¿Se están notando los efectos del cambio climático en los datos que recogéis?
– No soy climatólogo para poder responder esa pregunta con certeza. Cuando se habla del cambio climático, se afirma como un hecho y por culpa de la mano del ser humano, cuando aún nos faltan datos. No quiero decir que no exista, simplemente hay que ser un poco prudente a la hora de hacer tal afirmación, o a veces exageración sobre el mismo. En este aspecto, los medios de comunicación tenéis un papel muy importante. En el caso de Huelva y otras ciudades, he podido ver los datos de temperaturas desde que empiezan los estudios y es verdad que antes hacía más frío en invierno y menos calor en verano (aunque siempre lo hizo por nuestro clima). El resto hay que tener en cuenta el cambio de lugar de observación de los diferentes observatorios, e incluso de instrumental, aunque siendo objetivos, la temperatura ha aumentado 1ºC en un siglo en Huelva. Pero también es verdad, que el clima siempre cambió antes de que los seres humanos tuviéramos tanta influencia en el planeta. La dificultad está en saber cuál es la parte de nuestra culpa en dicho cambio.
– ¿Y qué podría decirnos de las recientes olas de calor?
– Esto está relacionado con el debate del cambio climático, magnitud y causas, para mí en parte inciertas aún. Como quiera que sea, la última ola de calor que sufrió gran parte de España, trajo nuevos récords de temperatura y fue precisamente la ciudad más calurosa de España, Córdoba, la que batió su propio récord, pasando de 46,6ºC de julio de 1995, a 46,9ºC del pasado día 13. Curiosamente, el tercio occidental estuvo un poco más al margen, y en el caso de Huelva llegó a hacer más calor en junio que en esta última ola de calor. En este sentido, el interior provincial se comportó muy parecido en ambas olas de calor, tanto en junio como en julio, llegando Aroche a registrar 45,0ºC. En el tema de la información de las temperaturas de la provincia de Huelva, pocas veces veo bien reflejada la realidad de los registros en los medios, sobre todo locales.
– ¿Cómo afecta todo esto a Huelva en su opinión?
– Hace unos 25 años, cuando aún era adolescente, escuchaba que para el día de hoy el nivel del mar habría subido un metro, cosa que no ha ocurrido en absoluto. Hay que tener en cuenta que los patrones geológicos de la costa de Huelva, y sobre todo del estuario del Tinto y del Odiel, es de colmatación de la época Cuartenaria, por lo que en nuestra zona el nivel de mar, incluso con los siglos, va retrocediendo. No obstante, por los hallazgos arqueológicos en nuestra ciudad, se sabe que el agua llegaba hasta la actual calle Concepción. Si el patrón de temperatura sigue ascendiendo, y la mano del ser humano estuviera detrás del cambio en gran medida, sí estaríamos ante un escenario bastante serio. Algunos modelos hablan de hasta 3ºC más para finales de este siglo, lo cual sería una subida enorme de temperatura, y con posibilidad de retorno muy dificultosa. Entonces los veranos que ahora consideramos muy cálidos, serán normales, y tendremos veranos que ahora desconocemos en nuestra ciudad, que recuerdo es la ciudad costera con las temperaturas medias máximas más altas de toda España.
De todos estos interesantes contenidos, el onubense ofrece información fidedigna y contrastada en su cuenta de Twitter, @meteodiel, y en el blog que puso en marcha en 2007 meteohuelva.blogspot.com, nombre que procede del seudónimo que utiliza desde 2004 (MeteoHuelva) en los foros en los que participa.
Por último, cabe destacar que José Antonio es parte de un colectivo que realiza una ardua tarea de recogida de datos, cifras que no sólo ofrecen a los ciudadanos información útil en su día a día, sino que sirven para generar un conocimiento que permitirá prever cambios futuros. Una ciencia imprescindible en la que Gómez se siente orgulloso de representar a Huelva.
2 comentarios en «El observador de Meteorología José Antonio Gómez Domínguez, un onubense cautivado por el cielo al servicio de la Aemet»
Muchas gracias a todo el equipo de Huelva Buenas Noticias, por su interés en la meteorología, hablo de parte de todo el colectivo de aficionados, y profesionales, personalmente. Estupendo artículo de Ana, cordiales saludos.
Buen trabajo, buenas ideas. Muy importante lo de cuidar al máximo la calidad de los datos y muy interesante lo de valorar los datos antiguos, la historia del trabajo de observación y a los que nos precedieron. Me apasionó tener en mis manos cuaderno de observación de tiempos de la guerra civil en el observatorio del Retiro en Madrid .. y personalmente, cuando era observador, me gustaba poner alguna nota cuando parecía más o menos oportuno como añadido en el día de observaciones así como por ejemplo se ha observado tal o cual rapaz proveniente de tal barrio o campo … etc. Me he dedicado bastante tiempo ha la historia de la fenología en España y en particular en AEMET/INM/SMN y es muy importante entender la evolución de una disciplina y la biografía de los que nos precedieron … la historia de los observatorios es muy interesante …. espero que tengas un gran futuro en aemet .. saludos .. Juan Antonio de Cara García (Diplomado y Observador del ACAO de AEMET dedicado fundamentalmente a la fenología)