Antonio Ramos. Todo un éxito de público y de organización resultó el VII Torneo de Rugby Playa de Punta Umbría celebrado este pasado sábado, y en el que volvió a batirse el récord de jugadores con más de 350 deportistas inscritos. Fue un torneo en el que se vivió un doblete sevillano, ya que en la categoría Absoluta se impuso el Cajasol Ciencias en hombres y Cocodrilas en mujeres.
El rugby es un deporte que comienza con un balón, ovalado, y concluye con una sonrisa y un nuevo grupo de amigos. Ese es el mejor resumen que puede darse de la filosofía que impregnó, una edición más, y van 7, el Torneo de Rugby playa de Punta Umbría organizado por el Ayuntamiento de la localidad y el Bifesa Tartessos de Huelva, buque insignia de este deporte en la provincia durante las últimas décadas.
Un total de 32 equipos con más de 350 participantes, en lo que supone un nuevo récord, decidieron sumarse a una fiesta deportiva que ya aparece con una ‘X’ en el calendario de muchos amantes y seguidores de este deporte en la mitad sur peninsular y que supone además, una promoción para las costas onubenses.
El Torneo arrancó a las 10:00 horas con una jornada matinal dedicada plenamente a los más pequeños y también a los más veteranos, a los que crecen con el rugby y los que compiten para no perder ese ‘nosequé’ que tiene este deporte. Fuero 14 los equipos, desde los 8 a los 18 años, los que coparon el cartel infantil del torneo. Hubo vencedores por resultados, como los pequeños linces del Tartessos de Huelva en Sub 12 y Sub 14; el vistoso y entretenido juego de los de Cajasol en Sub 8 y Sub 10; o el increíble espectáculo de los propios onubenses Sub 18, los cuales auguran un futuro ilusionante al primer equipo. Pero sin duda todos fueron ganadores reconocidos, medalla mediante, incluidos los granadinos, extremeños, hispalenses o gaditanos que dieron una exhibición de lo que es el deporte en mayúsculas.
No fueron menos los veteranos, aquellos que superando casi la cuarentena son unos románticos y no desaprovechan la oportunidad de perder un rato de compañerismo. Los ganadores fueron los amigos de La cabra de la legión, seguidos por unos Romanticans onubenses con mucha forma, además de los jugadores del Tartessos y de Ciencias de Sevilla que se sumaron a esta fiesta de mayor edad.
La tarde estuvo dedicada a la competición propiamente dicha, a aquella que da amigos fuera del recinto y rivalidad del máximo nivel dentro de él. La categoría femenina, que crece en calidad año tras año, fue un reflejo de competitividad desde el minuto uno, en gran parte acompañando al poderío de unas Cocodrilas de Sevilla que manejan el oval como quien ha nacido con él, en muchos casos podría decirse que es así.
Las hispalenses se llevaron pleno de triunfos en primera ronda donde las Tartessas y las Squalas de Murcia, una de las sorpresas del Campeonato, poco pudieron hacer. En el cuadro B, las jugadores del Decathlon también tuvieron el dominio; Vallecanas y placentinas lo intentaron, pero la final estaba escrita para los dos equipos hispalenses que saltaron al campo juntas, unidas y saludando a todo el público allí congregado, porque en el campo buscan la victoria; pero fuera de él, el resultado es secundario.
El resultado, no obstante, no dejó dudas, y un 10-3 dio la victoria a las Cocodrilas que lo celebraron, como no podía ser de otra forma, junto a todas sus rivales.
El cuadro masculino, cargado de equipos de primer nivel, también deparó una tarde entretenida y no defraudó. Los hispalenses del San Jerónimo y del Mercenarios no dejaron ápice a la duda y sellaron con trabajadas victorias su pase a las semifinales frente a Plasencia, Coria y Bucaneros que en todo momento dieron espectáculo y calidad.
En el segundo cuadro, Ciencias Cajasol no defraudó y se hizo con el pleno de victorias para pasar a la siguiente fase junto a los anfitriones del Bifesa Tartessos de Huelva, que fueron de menos a más sin que se notase que además de dentro, trabajaron desde fuera para que todo saliese a pedir de boca. Huelva Rugby Unión y Vallecas lo intentaron, pero tuvieron que conformarse con unos meritorios sexto y séptimo puestos.
En las semifinales, el duelo hispalense entre científicos y mercenarios fue para los primeros por un ajustado 4-2 y un espectáculo que sabía a máximo nivel, para saborear. En el segundo choque, los locales del Bifesa Tartessos decidieron jugar su mejor partido y se impusieron al San Jerónimo con juego y vistosidad como revancha al campeonato liguero andaluz donde los hispalenses fueron intratables.
El torneo llegó a su conclusión con un curioso enfrentamiento, que ya se había dado en la primera fase. En aquella ocasión los científicos fueron muy superiores, pero ahora las ternas cambiaron y todo el mundo quiso llevarse una final. La primera parte fue de las más igualadas del campeonato con un solitario ensayo de los hispalenses en un despiste tartéssico.
El Ciencias fue mejor, pero los linces no dejaron de meter miedo y proponer su candidatura al título. En la segunda parte, sin embargo, el aguante onubense se rompió. Así, el Cajasol Ciencias sacó la clase de un equipo que lleva décadas en el rugby y se llevó una séptima edición donde los trofeos y medallas otorgadas en las instalaciones del Mosquito Club fueran sólo la anécdota de la victoria global de deportistas, organizadores y público que vivieron un día para guardar.