Benito A. de la Morena.
Un amigo mío, de excelente pluma, gran elocuencia y sentido común, José María Montero, escribe sobre las supuestas intenciones de Trump al negarse a continuar con el compromiso de París sobre el cambio climático, y da razones de peso que a mí me convencen, como que ello es “un simple gesto de fuerza dirigido a sus votantes y al oscuro lobby de los negacionistas… pues la realidad es que está obligado a permanecer hasta finales de 2019 tras la firma del acuerdo con Obama… tiempo suficiente para controlar, desde dentro, cualquier movimiento de la UE”
Estas y otras perlas pueden disfrutarlas en su blog
https://elgatoeneljazmin.wordpress.com/2017/06/02/el-mundo-sin-trump/
Ante su profunda reflexión, que yo considero muy cercana a la realidad, me he animado a opinar en “abierto” sobre el tema, para añadir que la actual posición político – económica de este particular personaje llamado Donald, se enmarcan dentro del delicado proceso sobre alianzas para el control del “orden mundial”, al margen de posturas puntuales como la del cambio climático.
Pienso que Trump va más allá y su objetivo es volver a marcar esa primacía de fuerza americana que, antaño, caracterizó a los dos bloques, pero ahora ya hay tres, pues los chinos han aparecido en escena y Europa Unida sería el cuarto bloque, algo que no interesa, quizás de ahí también el despegue progresivo del Reino Unido con su torpedeo constante a la UE.
Los bipartidismos han sido y son un chollo para organizar el menú a medio plazo, pues si bien no admiten decisiones unilaterales, pues ello conllevaría a dictadura, es evidente que se cocina más fácil entre dos que entre cuatro, véase el caso de España, pero esa es la democracia en su amplio sentido, guste más o guste menos.
Este boicot de EEUU a los acuerdos de Paris sobre posturas a adoptar para intentar prevenir los efectos de un posible cambio climático, que muchos apuntan que está en periodo de desarrollo, pero con posibilidad de poder ser controlado con determinadas medidas de prevención ambiental, es lo que pone en duda el Gobierno de Trump y alega que ello conllevaría un apoyo indirecto al desarrollo de otras potencias como China, debilitando el poderío de USA, y mantiene que ellos pueden aportar medidas anticontaminantes sin necesitar integrarse en grupo alguno, a través de un desarrollo tecnológico propio que podría incrementar la I+D americana con la consiguiente generación de puestos de trabajo, algo que fue bandera de su campaña presidencial. Vamos, que mejor se viaja solo… por eso de las decisiones unilaterales.
Es evidente que la UE no ha avanzado todavía demasiado en casi nada que tenga que ver con la unidad de criterio y el tiempo pasa sin que los gobiernos europeos se pongan de acuerdo, como es el caso de la inmigración actual, pero ese es otro tema.
Volviendo a Trump, creo que su decisión de “apartheid” justifica mi sospecha de que pretende restaurar esa dependencia de la UE, que siempre conllevo mantener una alianza con USA y que luego revertía en acuerdos económicos que la favorecían, que es, al fin y al cabo, una forma de controlar a un país, algo a lo que nos han tenido muy acostumbrados las grandes potencias, USA en Latinoamérica; Rusia en Europa Oriental; Reino Unido, Francia, Alemania y España en África, y ahora los chinos por todo el orbe, etc…
Recuerdo, como anécdota, que, en mi lugar de trabajo, desde USA se nos cedía material como radares, telemetrías y otros sistemas de primor tecnológico, pero todos los componentes de reposición debíamos comprárselos a ellos, con lo que la dependencia optativa era total, léase entre líneas lo mismo para aviones de combate, aviones comerciales y un sinfín de productos de procedencia americana que conlleva dependencia y sumisión prácticamente total. Casi todo, menos el Seat 600, era de procedencia norteamericana.
Evidentemente, si la UE logra su emancipación, aparecerá un cuarto poder que no interesa a ninguno de los dos bloques actuales, pues no debemos olvidar que Rusia hace algo parecido en la otra orilla.
Ya se ha salido UK, Suiza no ha entrado nunca por eso de ser un “paraíso” consentido, Noruega está a medias y parece ser que si hubiera ganado Le Pen en Francia y la ultraderecha en Austria, se podrían haber salido provocando una estocada casi moral a este brillante objetivo de la Europa Unida en la que yo creo pero que, según mi criterio, no interesa a los dos grandes bloques.
Demasiado aventurar si el supuesto apoyo de Putin a Le Pen y a Trump no ha tenido que ver con esto, pero la imaginación es libre y confío en el buen juicio de los lectores.
2 comentarios en «La otra cara del dólar USA»
Buena reflexión amigo Benito, el asunto esta en mantener los dos bloques, pero ya hay un tercero en discordia y pisando fuerte.
Lástima de nuestra UE, que es cualquier cosa menos unión, y encima teníamos un submarino a favor del 7º de caballería, y los indios como de costumbre a la reserva.
Americanos, rusos, CIA, elecciones, vaya ensalada, solo falta el aceite y la sal.
El 600 nuestro orgullo, porque el jamón ya nos lo han copiado.
En Azotas tenemos una norma de funcioamiento:
Tres ámbitos están fuera de nuestras opiniones, que no de nuestras apetencias.
Religión, Política y Fútbol.
Pero, de vez en cuando, un amigo pone sobre la mesa una reflexión con enjundia y sentido común.
Nosotros ponemos mesa y mantel, que la reflexión que hace Don Benito hay que saborearla despacio.
Gracias por existir, Sr de la Morena.