Mari Paz Díaz. La música parece permanecer unida a la Sierra de Aracena. Sus paisajes, su bella naturaleza, son propicios para el desarrollo de esta actividad artística, como lo pone de manifiesto la gran cantidad de músicos que han surgido o desarrollado su trayectoria en los pueblos serranos. Ejemplos de este hecho hay muchos, aunque hoy queremos fijarnos en la figura de un intérprete que gracias a su pasión por esta manifestación ha logrado alcanzar grandes cotas en este campo, hasta el punto de haber tocado bajo la batuta de Daniel Barenboim.
Natural de Galaroza, su nombre es Carmelo Sosa Bancalero, un onubense de 34 años que es Profesor Superior de Música en la especialidad de Trombón y Máster en Interpretación Orquestal en la Universidad Internacional de Andalucía-Fundación Barenboim-Said, además de estar al frente de la dirección de la Banda Sinfónica Municipal de Tomares (BSMT). Logros que son el resultado de una intensa trayectoria en el mundo de la música desde niño.
Según recuerda el propio Carmelo, «desde pequeño notaba que me gustaba escuchar a los grupos en el pueblo, fueran del estilo que fueran. Me gustaba toda la música en general. No me perdía ningún concierto. Fue entonces cuando se creó la Banda Municipal de Galaroza, donde empecé a recibir clases de la mano de Manuel Fernández, que fue la persona que me introdujo en la música».
Es muy curioso, además, cómo llegó al trombón, un instrumento que no fue su primera elección, dado que «yo quería coger el tambor y, de hecho, estuve con él durante mi primera semana en la banda, pero cuando llegó el día de acudir a las clases, mi madre me dijo que o dejaba el tambor o dejaba la música, así que tuve que cambiarlo. Luego me dieron la flauta, pero no me gustaba, así que de rebote llegué al trombón. Y desde el primer momento que lo cogí entendí que era mi instrumento«.
A partir de aquí, fue en la misma Sierra donde continuó su formación a través del Aula de Música de Aracena y, sobre todo, al tomar contacto con el músico británico Ian Murray que, por aquel entonces, se fue a vivir a Los Marines buscando el sosiego de la zona y ocupó el cargo de director de la Orquesta de Aracena. Para este cachonero, la figura de Murray fue fundamental para su desarrollo como músico, porque «con él viví muchas anécdotas, me dio clases de forma gratuita y, cuando era director en Aracena, muchas veces me llevaba a mi casa. Y en esas conversaciones me transformó por completo. Era una persona muy abierta y dadivosa, especialmente con los niños. Y en mi caso, me marcó mucho en mi vida musical y personal». Murray falleció en 1996 de forma súbita, cuando el joven tenía 14 años.
Fue precisamente a través de la Banda de Aracena como Carmelo Sosa pudo contactar con la Orquesta Sinfónica de Sevilla, donde comenzó una serie de clases hasta ir ganando su propio espacio. En este escenario también conoció a otros profesores que fueron determinantes para su trayectoria profesional, como ha sido el caso de Francisco Blay, entre otros.
A pesar de su juventud, en el año 2007, Carmelo fue invitado a dirigir la Banda Sinfónica Municipal de Tomares. Tenía tan sólo 25 años, pero «decidí meterme en el proyecto porque se trataba de una banda muy joven, así que me hacía ilusión hacer mi aportación. Y, a día de hoy, estoy muy satisfecho, puesto que, junto a Ian Murray, creo que la otra pieza clave de mi formación me la ha dado esta banda, en la que he tenido la oportunidad de gestionar un grupo humano y artístico. Así que he aprendido mucho en esta faceta», nos cuenta.
Realmente, la invitación para que se ocupara de la Banda Sinfónica de Tomares no fue un hecho casual, sino el resultado del enorme bagaje que le precedía, dado que ya entonces había participado en numerosas orquestas y en conciertos por toda Europa. Entre otras bandas, Sosa ha sido miembro activo de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, miembro invitado en las Orquesta Filharmonía de Galicia, South London Philharmonic, en la Orquesta Ciudad de Granada o la Orquesta Sinfónica de Huelva, entre otras muchas, habiendo trabajado con directores de la talla de Christopher Hogwood, Jesús López Cobos, Christian Badea, Karel Mark Chichon, etcétera.
Especialmente emblemática ha sido su participación en las Orquesta Joven de Andalucía, Nacional de España y, sobre todo, en la West-Eastern-Divan Orchestra, donde estuvo bajo la dirección de Daniel Barenboim entre 2003 y 2014. Tal y como nos explica el propio trombotista, «esta orquesta nació a raíz del foro de debate que se configura en 1999 entre músicos israelitas, palestinos y españoles. Hice las pruebas para entrar y decidieron cogerme. Y, desde luego, el poder tocar junto a Barenboim ha sido una de las experiencias más gratas de mi vida. Es un artista grande en todos los sentidos. Pianista a nivel mundial, director de orquesta, así como una persona que demuestra un tremendo respeto por la música y los músicos. Una exigencia que te hace sacar lo máximo de ti mismo».
Con éstas y otras orquestas, este músico serrano ha llevado a cabo conciertos en festivales y auditorios de España, Francia, Inglaterra, Escocia, Alemania, Italia, Eslovenia, Portugal, Noruega y Marruecos, interpretando las partes solistas en obras de Ravel, Mahler, Schostakovich, Brahms, Beethoven, Strawinsky, Mozart…, y participando en los PROMS y en grabaciones para BBC, Radio France, RTVE, Onda Cero, RAI, Radiotelevisión Eslovena y un largo etcétera.
Una intensa actividad que continúa en la actualidad, puesto que Carmelo Sosa mantiene su carrera siendo un apasionado de la música. Por ejemplo, «recientemente he tocado en un concierto como solista en la Banda de Sevilla, prueba de que hago varios conciertos al año como solista. Todo ello sin olvidar mi papel como profesor, puesto que participo en la formación de jóvenes andaluces en el Conservatorio de Música de Andalucía y en el Conservatorio Superior«, nos comenta. En concreto, entre otros, ha sido profesor asociado de Trombón y de música de cámara en la Academia de Estudios Orquestales Barenboim-Said y profesor en la Orquesta Joven de Andalucía.
Además, Sosa está cada vez más implicado con la música de cámara, tocando el sacabuche, un instrumento antecesor del trombón moderno. En este ámbito, ahora está realizando un máster en Barcelona, donde se está relacionando con profesores de primer orden en este ámbito. Una formación que la está poniendo en práctica siendo miembro del quinteto de metales ‘Andalusian Brass’ y, desde 2004, forma el dúo ‘Aire’ para Trombón y Piano junto a Gabriel Díaz. Como sacabuche es miembro de ‘Ministriles Hispalensis, grupo con el que ha participado en los Festivales de Música Antigua de Sevilla, Cádiz, Huelva, La Laguna (Tenerife), Eslovenia y Noruega. Por último, pertenece a ‘Oniria’ (Daniel Anarte), con el que actúa por todo el territorio nacional.
Su trabajo como miembro de la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla y de director de la Banda Sinfónica Municipal de Tomares le obliga a vivir fuera de la provincia onubense, ya que reside en Tomares. Sin embargo, Carmelo sigue siendo un enamorado de su tierra, tanto que «intento ir cada semana o, como mucho, dos veces al mes para ver a mi familia, que vive entre Galaroza y Aracena. Para mí, el ambiente en la Sierra es extraordinario en todas las épocas del año. Estoy muy a gusto en Tomares, pero necesito volver a la Sierra, especialmente en los momentos de estrés o cuando tengo que preparar algo importante, entonces siempre me voy unos días a ver a mis padres, porque me ayuda bastante».
En definitiva, el ejemplo de Carmelo Sosa Bancalero pone de manifiesto que Galaroza es una localidad llena de artistas, puesto que, como él mismo reconoce, «es un pueblo con mucho arte y mucho talento. Sin ir más lejos, somos varios los músicos que hemos logrado actuar por diferentes países de Europa. Y no podemos olvidar otras facetas, como la industria de la madera o los artesanos. Es un pueblo que merece la pena conocer». Un pueblo donde, además, se siente muy querido y donde siempre recibe el aplauso y el calor de sus paisanos y amigos, sea en el mismo municipio o a través de las redes sociales, esté donde esté.