Mari Paz Díaz. Siendo el galardón musical de mayor reconocimiento, prestigio y cuantía económica de los que se otorgan en la actualidad en España, el Premio Reina Sofía de Composición Musical está destinado a estimular la creación musical para orquesta sinfónica en sus diferentes modalidades y facilitar a los compositores la posibilidad de que su música pueda ser interpretada, escuchada y difundida. Un reconocimiento de carácter internacional que concede anualmente la Fundación de Música Ferrer-Salat, dotado con 30.000 €, además de permitir al ganador estrenar su la obra galardonada en Madrid, de la mano de la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión Española y en presencia de la Reina Sofía. Un honor sólo al alcance de los más grandes.
Un anhelo de muchos músicos que ha sido alcanzado por un onubense. Su nombre es Francisco Martín Quintero (Huelva, 1969), que este año ha conseguido el XXXIII Premio Reina Sofía de Composición Musical por la creación titulada ‘Orografía Sonora’. Una obra para orquesta sinfónica que ha sido estrenada hace unos días, el 13 y 14 de octubre, en el Teatro Monumental de Madrid a cargo de la Orquesta y Coro de Radiotelevisión Española, bajo la dirección de Miguel Ángel Gómez Martínez, y con la presencia de S. M. la Reina Sofía, que hizo entrega del premio al compositor onubense.
Un acto muy emocionante para Francisco Martín, para el que «es un orgullo y un honor entrar en la nómina de los ganadores de este prestigioso premio, que me comunicaron el pasado mes de febrero, aunque ha sido ahora cuando se ha estrenado la obra. En aquel momento fue toda una sorpresa para mí, porque no sabía que se fallaba ese día y me llamó para comentármelo en nombre de la Fundación Benjamin Davis, un compositor norteamericano que da clases en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, al que con los nervios casi que no lo entendía. Y, desde luego, estoy muy feliz por este reconocimiento, que es el más longevo de la música en España».
En concreto, el jurado en esta edición estuvo compuesto por Juan Cruz Guevara, Massimo Botter, Miquel Oliu, Jesús Rueda, y presidido por Benjamin Davies, mientras que en el acto del estreno de la obra y la entrega del premio acompañaron a la Reina Sofía personalidades de la talla del subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, Fernando Benzo; el presidente de la Fundación de Música Ferrer-Salat, Sergi Ferrer-Salat, y el presidente de la Corporación Radiotelevisión Española, José Antonio Sánchez.
«Me encanta que este premio se refiera a la composición, algo que va más allá del simple estreno de la obra. Un estreno que fue muy bien, sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de una composición muy complicada y exigente con 91 músicos. Tuve la suerte de poder asistir a todos los ensayos de la orquesta, también porque me lo pidió el director desde el principio. Y así todas las cosas que iban surgiendo pudimos ir puliéndolas», nos comenta Francisco Martín, que, además, llama la atención sobre el nivel de la Orquesta Sinfónica de RTVE, «una orquesta llena de profesionales extraordinarios. Hay que tener en cuenta que todos los músicos quieren formar parte de ella, teniendo unas oposiciones que son durísimas. Esto se traduce en que todo lo que le pides a la orquesta se resuelve satisfactoriamente, incluso los detalles que no aparecen en la partitura o los pequeños matices -como el golpe de arco. Todo lo cogen sobre la marcha, permitiendo que tengan un sonido muy maleable y siempre atendiendo a las órdenes del compositor y director. Un placer auténtico».
Inspirándose para componer ‘Orografía Sonora’ en los cuentos de Marguerite Yourcenar, La muerte de Marko y La sonrisa de Marko, Martín nos cuenta que llegó a la música contemporánea como una evolución natural, puesto que «cuando vas avanzando en los estudios de música, vas cumpliendo etapas. Al principio, mis primeras composiciones eran de música modal. Pero cuando vas profundizando, tu sensibilidad va cambiando y evolucionando. Te vuelves más sensible, más allá de la música tonal. Ha sido así como mi estilo se ha ido consolidando dentro de esta música, llamada contemporánea. Incluso, con todo el respeto del mundo, he estado en contacto con otros estilos, como el flamenco, la música popular, la étnica o el repertorio vocal de los monjes del Monte Athos en Grecia».
Una inspiración que ha sido todo un acierto, al haber sido valorada por el jurado del Premio Reina Sofía de Composición Musical. «Un galardón al que decidí presentarme debido a que te abre muchas puertas, más aún en el mundo de la música contemporánea, donde hay mucha competencia, siendo muy difícil poder acceder a encargos de orquesta. La única forma de conseguirlo muchas veces es a través de este tipo de reconocimientos, que hacen que se fijen en ti. Era un modo de dar salida a mi trabajo», nos comenta. Y así ha sido. Porque desde que el pasado mes de febrero obtuviera el galardón, a este compositor onubense le han surgido varios proyectos, efectuados por personalidades e instituciones de interés.
De forma paralela al ámbito profesional, el haber logrado el Reina Sofía de Composición Musical también le ha valido para recibir el aplauso de sus familiares, amigos y compañeros de Huelva, una tierra con la no ha perdido el contacto, a pesar de vivir en Córdoba por motivos profesionales, ya que es profesor en el Conservatorio ‘Rafael Orozco’ en la capital cordobesa.
Según nos cuenta, «aunque voy poco a Huelva y llevo catorce años en Córdoba, sigo teniendo a mi familia y mis amigos allí. Realmente tuve que marcharme porque en Huelva no hay conservatorio superior, pero no he perdido mis raíces. Me formé en la música en Huelva, comenzando en El Refugio, en la Ermita de la Soledad, y empecé a tocar en la Banda Infantil de Huelva, para pasar después a la Escuela Municipal de Música y el Conservatorio de Huelva. Hasta los 25 años hice todo lo que pude en Huelva y, lo que no era posible, lo solucioné presentando una solicitud a la Consejería de Educación para hacer en Sevilla las asignaturas que no se daban en la capital onubense. Posteriormente estuve en Barcelona con David Padrós, un compositor con el que finalicé de formarme, para después dar clases en el Conservatorio de Huelva, entre los años 2000 y 2002, pero, como este centro sólo llega al Grado Profesional, para encontrar una salida profesional tuve que salir fuera y me vine a Córdoba».
Entre las felicitaciones que ha venido recibiendo desde que ganó el premio se encuentra una carta remitida por el Ayuntamiento de Villablanca, que se siente muy orgulloso que uno de sus vecinos haya logrado este prestigioso reconocimiento. Y es que, aunque Francisco Martín nació en Huelva, «Villablanca es el pueblo de mis padres, por lo que lo consideramos como nuestro pueblo. Somos cinco hermanos y todos nacimos en Huelva, porque mi padre fue uno de tantos inmigrantes provinciales que llegaron a la capital para trabajar, después de opositar para el Instituto Nacional de Seguridad Social. Así que nací aquí. Primero viví en Las Colonias, para luego trasladarnos a otros barrios, como Pérez Cubillas y el Polígono San Sebastián. Eso sí, mis padres nunca olvidaron el pueblo y los fines de semana siempre nos íbamos para Villablanca, de ahí que siga teniendo una gran vinculación. Por eso estoy muy contento de que ellos lo hayan tomado también como algo suyo y que me hayan felicitado. Muy orgulloso y contento por este gesto que me llena de recuerdos».
Por último, para finalizar, le pedimos a Francisco Martín una reflexión de esta experiencia y nos comenta que, «con todo el respeto, porque espero que no se ofenda nadie, he notado que en Huelva en los últimos años se ha producido una cierta ausencia por parte de las instituciones de la cultura de calidad, haciéndose mucho énfasis en la cultura popular. Es una verdadera pena que nunca se haya tocado nada mío en Huelva, siendo mi tierra. He tenido la suerte de estrenar mi obra en muchos lugares del mundo y en toda España, pero nunca en Huelva. Y no es porque no quiera, porque me encantaría hacerlo, sino porque no he encontrado ningún foro dónde hacerlo. No hay ningún espacio disponible o abierto para la música contemporánea que tenga cierta entidad. Es verdad que en el Conservatorio de Música hay un pequeño ciclo que pone en marcha con mucho esfuerzo Juan José Raposo, pero no hay ninguna disponibilidad de oferta cultural para traer a algún grupo importante, para conciertos de música contemporánea remunerados. No quiero que se quite la cultura popular, que a mí me encanta, pero creo necesario que se complemente con una apuesta por otras manifestaciones culturales. Creo que es algo necesario que sí existe en otras ciudades. Porque, para mí, es muy triste no haber podido estrenar alguna obra mía allí. Y sería un placer y un honor poder hacerlo».
Una trayectoria digna de un gran maestro. Francisco Martín Quintero comenzó su primera etapa de enseñanza musical con los compositores Vicente Sanchís, Manuel Castillo y David Padrós. Perfecciona sus estudios con J. María Sánchez Verdú, J. Manuel López López y Mauricio Sotelo y asiste a clases magistrales con C. Halfter, H. Lachenmann, B. Ferneyhough y S. Sciarrino, entre otros.
Docente desde 1993 en el Aula de Música de San Bartolomé de la Torre y en los Conservatorios ‘Manuel Castillo’ de Sevilla, ‘Victoria Eugenia’ de Granada, ‘Francisco Guerrero’ de Sevilla, Profesional de Huelva y ‘Rafael Orozco’ de Córdoba, imparte diferentes asignaturas del área de Composición, como ‘Armonía’, ‘Contrapunto’, ‘Análisis de la música contemporánea’, ‘Tendencias estéticas de la música del siglo XX’, ‘Comentarios de audición’, etcétera.
Sus obras han sido interpretadas por grupos como Musikfabrik, Trío Arbós, Taller Sonoro, Taima Granada, Trío Morelia o la Orquesta de Cámara Andaluza en Ciclos de conciertos dedicados a la música actual como la Temporada 2008 del CDMD, el Ciclo de Música Contemporánea de Sevilla y Granada (2006 y 2008), el ‘XXV Festival BBK de música actuales’ de Bilbao, entre otros. También ha recibido encargos de grupos como Taller Sonoro y Trío de Arbós y de instituciones como el Auditorio Nacional.
En la actualidad, este onubense se encuentra impartiendo clases de Composición e Interpretación en el Conservatorio Superior ‘Rafael Orozco’ de Córdoba, donde es docente desde el curso 2004/2005. Una trayectoria que ahora se ha visto reconocida con el XXXIII Premio Reina Sofía de Composición Musical. Felicidades.