
Mari Paz Díaz. Están acostumbrados a que sus nombres no sean especialmente conocidos. Es la consecuencia de trabajar tras los focos o, mejor dicho, tras el objetivo de una cámara. Sin embargo, su labor es fundamental para transmitir los acontecimientos que marcan la actualidad, cumpliendo el conocido dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”. Sí, nos referimos a los fotógrafos de prensa, reporteros gráficos o fotoperiodistas, capaces de transmitir con una instantánea mucho más que cualquier texto.

La presencia de fotografías en los periódicos se remonta al año 1880, cuando el diario Daily Graphic de Nueva York lo incluye por primera vez en sus páginas para ilustrar y complementar las noticias o la descripción de un hecho. A partir de aquí, la importancia de la figura del fotógrafo de prensa se incrementa a medida que va creciendo el prestigio de la información gráfica en las publicaciones periódicas, sobre todo a raíz de la aparición de revistas ilustradas como Blanco y Negro o La Esfera, en el siglo XX, o, anteriormente, La Ilustración Española y Americana y La Ilustración Artística, del XIX. Desde entonces hasta ahora, la fotografía periodística ha evolucionado mucho, al hilo de la introducción de las nuevas tecnologías y los propios usos de los medios por parte de los ciudadanos. Eso sí, la labor de estos profesionales continúa siendo vital como narradores visuales de los hechos que son noticiables.

A pesar de ello, sabemos muy poco de los fotoperiodistas que marcaron los inicios del reporterismo gráfico en Huelva. ¿Acaso podemos responder a la pregunta de quiénes fueron los pioneros? Conocer sus nombres, sin duda, resulta una tarea complicada, teniendo en cuenta que en un principio eran pocos los autores que firmaban sus fotografías. Sin embargo, hoy en día podemos identificar a algunos de esos primeros fotoperiodistas onubenses. Y es que, aunque pueda sorprendernos, sus trayectorias pueden ser todo un ejemplo para otros profesionales, teniendo en cuenta que consiguieron que sus fotografías aparecieran en medios de tirada nacional. Todo un mérito, dado que en algunos casos hablamos de los albores del periodismo onubense.

Así sucede con dos pioneros del fotoperiodismo en Huelva: Diego y Augusto Pérez Romero, que, por ejemplo, llegaron a publicar sus fotografías en la prestigiosa gaceta La Esfera (1914 – 1931), una revista gráfica de información general que marcó una época y que está considerada como la mejor de su tiempo. Tal y como puede observarse en la Biblioteca Nacional, según explica Sánchez Vigil –autor de una tesis doctoral sobre la documentación fotográfica en España-, esta revista “fue un catálogo de obras de arte en el que colaboraron los mejores ilustradores del primer tercio del siglo XX, y al mismo tiempo un álbum de piezas literarias firmadas por periodistas y escritores de prestigio”, entre los que se encontraron Benito Pérez Galdós, Ramón Pérez de Ayala, Miguel de Unamuno o Juan Ramón Jiménez.

El éxito de La Esfera se debió, en parte, a que sus editores eran los responsables de gacetas ilustradas tan consolidadas como Nuevo mundo (1894-1933) y Mundo gráfico (1911-1936), las principales revistas precursoras del periodismo gráfico español, que venían compitiendo en este campo con Blanco y negro (1891).

Hay que tener en cuenta que, como sucede en muchos casos en la actualidad, la prensa de cobertura nacional contaba con profesionales en sus redacciones, pero para informar de noticias de las provincias solía contratar los servicios de reporteros gráficos locales, como sucede con los onubenses Pérez Romero. Una cuestión que no estuvo reñida con la difusión de sus trabajos en la prensa local. De hecho, se conservan algunas de sus fotografías en la Hemeroteca Municipal de Huelva, como sucede con la revista 12 de octubre, Huelva: recuerdo del IV Centenario (1892), donde aparece la firma de Diego Pérez Romero, al que se le debe que realizara los retratos de importantes personalidades de la esfera local de la época, como el alcalde Rafael López Hernández; el gobernador civil de la provincia, Félix J. Carazony; el presidente del Ateneo de Huelva, Pedro Riaño de la Iglesia; o el arcipreste de Huelva, Manuel García Viejo, entre otros.

Pero no serían los únicos onubenses que lograron publicar sus fotografías más allá de la prensa local o provincial. Así sucedió especialmente tras la Guerra Civil (1936 – 1939), cuando se revitaliza el reporterismo gráfico con la aparición de una buena nómina de profesionales en los medios de toda España, convirtiéndose en los mejores testigos gráficos de la actualidad. De hecho, fue entonces cuando comienza a tener relevancia la figura del reportero gráfico, un profesional que sería especialmente estimado en la Transición Democrática. Entre los fotoperiodistas onubenses más destacados de esta época -y quizás más desconocido- se encuentra Serafín Sánchez del Pando Rengel (Huelva, 1918 – Sevilla, 1991), también llamado ‘Sánchez del Pando’ o, simplemente, ‘Serafín’, un profesional cuya obra resulta tan interesante que fue donada por su familia a la Hemeroteca Municipal de Sevilla, donde se encuentran sus fondos, situados entre los años cincuenta y 1981, con más de 57.600 negativos.

No en vano, Serafín contó con una amplia trayectoria profesional, en un principio ayudado por su tío Cecilio Sánchez de Pando, al que sustituye como profesional tras el fallecimiento de éste en Sevilla, en 1950. En concreto, el onubense Sánchez Rengel comenzó como ayudante hasta el año 1949, cuando fue contratado por el diario Sevilla y la Hoja del Lunes, recibiendo encargos ocasionales del diario ABC, así como de varias empresas. En el año 1976, al cambiar la cabecera Sevilla, se marchó a trabajar al periódico Sur/Oeste, tal y como recoge Alfonso Braojos en el artículo ‘La fototeca municipal: La historia reciente de Sevilla en imágenes’. En sus comienzos, este fotoperiodista de Huelva utilizó el nombre de su maestro, Serafín Sánchez del Pando, pasando luego a denominarse Serafín Sánchez Rengel, lo que ha llevado a algún equívoco. En cualquier caso, como muestra el nombre otorgado a su fondo en la Hemeroteca de Sevilla, solía ser conocido simplemente como ‘Serafín’.

La carga expresiva de las imágenes de Serafín fue similar a la de su tío y maestro Cecilio Sánchez del Pando (Sevilla, 1889 – 1950), también de orígenes onubenses, considerado una de las firmas más reconocidas del reporterismo gráfico en España al haber plasmado sus fotografías en las portadas de los principales diarios del país. Una trayectoria envidiable para cualquier profesional de la comunicación al ser uno de los pilares fundamentales del fotoperiodismo de Andalucía.

Por sus orígenes onubenses, merece la pena recordar la trayectoria de este excelente fotógrafo que fue corresponsal en las guerras de África -recogiendo acontecimientos históricos como el Desastre de Annual (1921)-, y la propia Guerra Civil, siendo recordado por ser, junto a Serrano Gómez, el fotógrafo del suceso de Casas Viejas (1933), una colección de imágenes que se conservan en la Diputación de Cádiz y que aparecieron en los diarios ABC, La Unión, El Liberal y en las revistas Mundo Gráfico, Nuevo Mundo y Blanco y Negro, tal y como recoge Pilar García Jiménez en la obra Miradas sobre pasado y presente en el cine español (1990 – 2005)’. Entre otros periódicos, Sánchez del Pando colaboró en la capital hispalense con Fe, El Liberal, Revista Bética, La Unión Ilustrada y Sevilla , así como con La Hormiga de Oro de Barcelona y El Liberal de Madrid. Pero si existe una faceta que fuera recogida por la cámara de este reportero gráfico fue la fiesta taurina.

Según explican Juan Miguel Sánchez Vigil y Manuel Durán Blázquez en la Antología de la Fotografía Taurina: 1839-1939 (Espasa Calpe, 1999), “Cecilio Sánchez del Pando tuvo en los toros la más atractiva de las parcelas de la información gráfica. Cualquier acontecimiento sevillano que tuviera como protagonista al toro contaba con él y con su vieja cámara de cajón”. Siendo así, muchas de estas fotografías se encuentran en la Fototeca Municipal de Sevilla. En cualquier caso, la importancia de la obra de ambos Sánchez del Pando, tanto de Cecilio como de Serafín, ha provocado que los dos aparezcan en obras como La fotografía en España: desde los orígenes al siglo XXI, de Juan Miguel Sánchez Vigil, una enciclopedia sobre el tema.

Tras la Guerra Civil, también encontramos en la prensa de Huelva otros ejemplos de fotoperiodistas que, por su cercanía cronología, todavía son recordados hoy en día. Así sucede especialmente con Diego Calle y Adolfo Rodríguez ‘Rodri’.
En primer lugar, el caso de Diego Calle Sánchez, de nuevo, nos lleva a hablar de una personalidad que logró publicar sus fotografías fuera de las fronteras provinciales, puesto que encontramos algunas de sus instantáneas en publicaciones de tanto prestigio como la revista Blanco y Negro.

También sucede después con Diego Calle Cano, lo que pone de manifiesto que ha sido habitual que en una misma familia o saga se continuara la tradición de la fotografía, como hemos podido comprobar. Una profesión vocacional cuya pasión ha sabido transmitirse de generación en generación.


En cualquier caso, el establecimiento de fotografía de Diego Calle, situado en la calle Concepción de Huelva -junto a otros como Fotos Báez, Monís, Álvarez o Rodri-, siempre ha sido un lugar muy frecuentado por los onubenses al tratarse de un espacio que permitía atesorar recuerdos de un gran valor histórico y sentimental.

Muy conocida en Huelva también es la familia ‘Rodri’, que cuenta con otro establecimiento fotográfico en el centro de Huelva. Una saga familiar iniciada por Adolfo Rodríguez Alfaro ‘Rodri’, que trabajó en diferentes publicaciones periódicas onubenses, como sucedió con la revista Huelva Ilustrada, aunque fue especialmente conocido por ser el reportero gráfico del diario Odiel (1937 – 1984), única cabecera diaria de Huelva durante décadas.

Como reportero gráfico exclusivo de Odiel, ‘Rodri’ se convirtió en «el cronista gráfico de la moderna historia de Huelva», tal y como recoge el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF), puesto que «cubre todos los acontecimientos de la ciudad, cualquiera que fuese el origen de los mismos». Una referencia, por tanto, cuando se habla de periodismo y de fotografía, tanto que en muchas ocasiones ha sido considerado el primer reportero gráfico de la Historia de Huelva. No en vano, sus fotografías son documentos de un enorme valor.

Una trayectoria periodística en el mundo de la fotografía que fue seguida por su hijo Pedro Rodríguez González ‘Rodri’, más conocido en la actualidad por haber sido alcalde de Huelva durante dos décadas. Rodríguez González ejerció de fotoperiodista en diferentes medios de comunicación, como el mismo diario Odiel, donde retomó la labor de su padre, pero también en otras revistas onubenses, como Onuba (1978 – 1982/3) o Carabela (1983).

Licenciado en Ciencias de la Información, Rodríguez fue corresponsal de TVE en Huelva y fotógrafo de este diario, donde también firmaba la sección ‘Grandes Entrevistas’, que iba a tres páginas. En esos años publica el libro Conversaciones en Huelva, donde Pedro Rodríguez difunde 31 entrevistas a protagonistas onubenses de la Transición. Los ‘Rodri’, padre e hijo, son la prueba evidente de que en los medios andaluces «desde los años setenta hasta principios del siglo XXI se suceden varias generaciones de fotoperiodistas», tal y como recoge el CAF.

En general, el fotoperiodismo ha cambiado mucho en los últimos años, al hilo de la aparición de nuevos contenidos y el desarrollo de las tecnologías aplicadas a las empresas periodísticas. Pero, lo que está claro es que todos los fotógrafos anteriores, los Pérez Gómez, Sánchez del Pando o ‘Rodri’, forman parte de una generación de reporteros que sentaron las bases de una profesión que ha sido testigo de la historia más reciente de Huelva. Manuel Guerrero Muguruza ‘Mugu’, Pepe Roma, Julián Pérez, José Rafael Pereira ‘Boni’, José Miguel Espínola, José Antonio Pérez, Patricio Romero, Iván Quintero, Julián Blanco, Alberto Domínguez, Josué Correa, etcétera, etcétera, son sólo algunos de los que han continuado la labor de esos pioneros del fotoperiodismo en Huelva. En clave femenina también podemos citar a María Clauss, Mercedes Álvarez o Lupe Cejudo, entre otras muchas.

Todos ellos han tenido el privilegio de ser testigos de los acontecimientos más relevantes de la historia reciente de la provincia de Huelva. Acontecimientos que supieron captar y difundir, cada uno con su personalidad propia, evitando así que estos hechos caigan en el olvido. Por todo ello, sirva este artículo como un pequeño homenaje a todos los fotoperiodistas, hayan sido citados o no en este artículo, que tan sólo nos ha permitido realizar una mera aproximación a una profesión sin igual. A todos, chapó.