Redacción. Saber explicar a los pequeños las consecuencias negativas de su conducta es, en la mayor parte de los casos, más efectivo que una regañina o unos azotes a destiempo. Este es uno de los numerosos consejos que han escuchado los progenitores que han participado en las distintas sesiones de la Escuela de Padres y Madres que ha desarrollado en los últimos meses el Área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Cartaya.
Además, de abordar una reflexión sobre situaciones cotidianas, se han analizado las diferentes etapas evolutivas de los menores, la comunicación y la detección de problemas dentro de la unidad familiar o de alguno de sus miembros, la importancia de los distintos roles que se dan en una familia, así como los hábitos de vida saludable, la prevención del consumo de sustancias estupefacientes y el uso y abuso de las nuevas tecnologías y redes sociales, entre otras cuestiones.
Todo ello, como señaló la concejala de Servicios Sociales, María Isabel Pérez, con el objetivo de “ayudar a los padres y madres a desarrollar adecuadamente sus funciones cuidadoras y educativas, puesto que somos conscientes de que la familia es la célula básica de la sociedad y es en ella donde se adquieren las pautas que facilitan la convivencia, la comunicación y el desarrollo integral de los menores”. Por todo ello, subrayó, “queremos trabajar desde la escuela de padres la adquisición de pautas saludables que ayuden al desarrollo integral de los menores”.
Trabajar desde la prevención es, por tanto, la razón de ser de una escuela concebida como un espacio de reflexión a través de la información dirigido por un profesional que trabaja, con carácter preventivo, la dotación de herramientas a los padres para que puedan modificar conductas y adquirir herramientas que les ayude a afrontar situaciones de necesidad y riesgo social.
Para los progenitores, según señaló la responsable de Servicios Sociales, “ha sido una excelente oportunidad de recibir información y formación que les ha permitido aprender nociones que facilitan la difícil tarea de educar a sus pequeños, algo sumamente difícil, especialmente cuando ambos trabajan fuera”.
Así, la Escuela de Madres y Padres, “sirve para reforzar el papel de los progenitores como educadores en la vida familiar y comunitaria, y puede resultar muy útil en el día a día de los padres y madres que tienen que hacer frente a las distintas etapas educativas de los hijos”.
Para todo ello “se utiliza una metodología grupal, dinámica, global, abierta y creativa para conseguir un clima adecuado que favorezca la comunicación e interacción entre los alumnos” de esta peculiar escuela en la que la participación a través de experiencias concretas es pieza fundamental.
Esta escuela está orientada a aquellos padres y madres que una vez han sido atendidos por los profesionales del trabajo social, se valora la necesidad de conocer y reflexionar sobre aspectos evolutivos de los hijos y de la propia familia, para prevenir o paliar situaciones que pongan a los menores en situación de riesgo social.