Redacción. Tras algunos meses de ausencia, obligados por el mal tiempo, volvieron a encontrarse en el Molino del Pintado gentes de antes y gentes nuevas, gentes deseosas de satisfacer su deseo de sensibilidad y relaciones sociales, otras que encuentran en la mañana del domingo del Molino una excusa perfecta para distraerse y relacionarse, y es que la convocatoria está abierta y busca precisamente atraer no solo a los fieles, sino a todos aquellos que se sientan atraídos por la creación y la inquietud.
Mucho viento, búsqueda constante de protección para evitar que los artículos expuestos en las mesas, no salieran volando, incluso mala suerte en la prevista actuación musical de Javier Reyes que vio rodar su guitarra por suelos. Sin embargo a la hora prevista en el salón de actos, a cubierto de algo de frio y de mucho viento, María Luisa Domínguez Borrallo ofrecía su poemario No pongas nombre al olvido. Algo más de cien poemas cargados de sentimiento, de reflexión de su propia existencia y de búsqueda de respuestas a tanta pregunta cómo se hace en muchos de sus versos cargados de miel de mil flores.
Y una mujer con esta energía, con esa manera tan personal de transmitir se sintió arropada no solo por amigos y curiosos, sino por colegas de la creación, por artistas del verso y por voces expertas en decirlo en voz alta. Eva Vaz a su manera, José Luis Piquero a su estilo, Fátima Javier contando, Carmen Lozano tal cual y Antonio Cabrita atreviéndose a hacer una traducción al portugués sobre la marcha, fueron los compañeros que leyeron algunos de sus poemas. Y la propia María Luisa, que fue desgranando algunos de los poemas más significativos y que arrancaron los aplausos más cálidos de la mañana.
A continuación, fue la Editorial Niebla quien abrió las puertas de la publicación para presentar en este escenario tan apropiado, un título muy de esta marisma De garzas y otros pájaros, del escritor del Campo de Canela Eladio Orta. Rafa Pérez en su brevedad, dibujó perfectamente el poemario y al autor. Iñaki Olano, experto en medio ambiente, desentrañó los misterios de las garzas y otros pájaros de esta marisma que no es la misma sin la presencia diaria de Eladio. Y finalmente el autor, con su recital característico dejó en el ambiente algunas poesías cogidas en el repunte de marea. Eladio siempre personal, siempre idéntico y siempre fiel a sí mismo.
Y como estaba previsto, solo que cambiando de escenario, sonó la voz de Javi Reyes, acompañado de una nueva guitarra que vino a suplir a la fatalmente herida por el viento. Desempolvó temas de Bob Dylan, de los Beatles, Simón & Garfunkel, U2 o Sting. Puso la melancolía al alcance de quienes le escuchaban. Y José Manuel, su hermano, desentrañó los secretos de su propia visión como cantautor. Y para que la jornada fuera completa y más auténtica si cabe, dos jóvenes del IES Guadiana de Ayamonte pidieron la oportunidad de leer algunos de sus poemas en público, y tener esa sensación que tienen los mayores cuando les regalan a los demás sus versos de cada día.
Al volver de regreso a casa, uno siente que las cosas son más fáciles cuando la ilusión y las buenas intenciones, dan una imprimación a nuestras cosas de cada día. Ha sido como una nueva ocasión de escribir en el diario, que vale la pena ser espectador unas veces, protagonista otras y amigo, siempre. Gracias al Molino del Pintado por abrirse de par en par a tantas cosas como caben en esta habitación de las marismas de Ayamonte.