
Ana Rodríguez. La historia de amor de la moguereña Eva Moro y el nicaragüense José Alejandro Carrillo podrá tener un final feliz, y es que el joven por fin ha podido entrar en España, de hecho ya la pareja se encuentra en Moguer, donde espera que su futura hija, a la que con toda probabilidad llamarán Alba, nazca el próximo 17 de marzo.

Recordemos que fue el pasado 30 de diciembre, víspera de fin de año, cuando medios de todo el país se hacía eco de la historia Eva y José Alejandro. Ambos se conocieron en 2014 en el archipiélago de Solentiname (Nicaragua), donde la onubense, licenciada en LADE y colaboradora de la ONG ‘Tareas Solidarias’, acudió como voluntaria de un proyecto de cooperación internacional de la Diputación de Huelva. Se enamoraron y empezaron una vida en común que culminó con el embarazo de la muchacha, una noticia que llenó de alegría a ambas familias.

Antes de Navidad, Eva se volvió a España para tener aquí a su bebé y poder ver a sus parientes. Además, habían organizado el viaje de José Alejandro a Huelva, quien llegó el pasado 30 de diciembre al aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid con el objetivo de conocer a su familia política y ser testigo del nacimiento de su hija. Pero aquel día se complicaron las cosas y empezó un calvario que ha durado dos meses.

La onubense, embarazada de siete meses, fue a recoger a su novio a la capital, pero éste había sido retenido por la policía del aeropuerto al no poder acreditar que disponía de medios económicos para mantenerse en España durante 90 días -estancia máxima que permite la ley a los turistas- y tampoco permitirle aportarla a posteriori, una vez en suelo español. Así que finalmente fue expulsado del país y devuelto en otro vuelo a Nicaragua.

Eva se quedó destrozada, pues ella había organizado todos los papeles para que su pareja entrara con total legalidad en el país -aportó la carta de invitación de un particular que justificaba su hospedaje expedida por la Policía y los billetes de ida y vuelta con fecha cerrada, entre otros requisitos-, pero asegura que cuando fue a solicitar información sobre la documentación necesaria para José Alejandro, nadie le mencionó esta acreditación de medios económicos, siendo la cantidad mínima a acreditar de 64,53 euros por día.
Pero 60 días más tarde de aquel terrible fin de año, el nicaragüense ha podido entrar en España, gracias al esfuerzo de la madre de su niña, que en ningún momento, a pesar de su estado, se dio por vencida, y a la ayuda que han recibido de diferentes instituciones públicas. Así, el mismo día que devolvieron a Nicaragua a José Alejandro, se puso en contacto con Eva la vicepresidenta de Coordinación y Políticas Transversales de la Diputación Provincial de Huelva, María Eugenia Limón Bayo, quien le mostró todo su apoyo y le indicó que quería ayudarla. Gracias a su intercesión, el pasado 4 de enero el subdelegado del Gobierno en Huelva, Enrique Pérez Viguera, se reunió con la joven y le encomendó al jefe de la Dependencia de Trabajo e Inmigración de la Subdelegación, Tarsicio López, que hiciera las gestiones oportunas para averiguar qué documentación necesitaba el nicaragüense para poder entrar en el país.

Mediante correo electrónico, se pusieron en contacto con la policía del aeropuerto de Madrid, que les indicó en un email la información que precisaban y les especificó que José Alejandro no tenía la entrada prohibida en España, sino que había sido rechazado por no cumplir los requisitos estipulados.

Para lograr su objetivo, Eva ha tenido que reunir bastante más ‘papeles’ de los que le habían indicado en un principio, pues además de volver a adjuntar la carta de invitación, la acreditación de medios económicos y los billetes de ida y vuelta, en esta ocasión ha tenido que incluir, entre otros, una declaración jurada de que José Alejandro era su pareja y el padre de su hija, otra afirmando que se hacía cargo de su manutención y de que tenía dinero suficiente para ello, otra en la que se comprometía a que volviera a Nicaragua a los tres meses, un certificado de sus ingresos bancarios, un informe médico con la fecha del parto, un certificado de Diputación y una declaración jurada de que se iban a hacer pareja de hecho.

Un listado interminable de documentos que la moguereña ha recabado en los últimos dos meses y que envió por email a las autoridades aeroportuarias esperando que le dieran el visto bueno. Pero la fecha en la que José Alejandro tenía que tomar el nuevo avión se acercaba y Eva no había obtenido respuesta. Por fortuna, y a través de conocidos, pudo saber que la documentación estaba en regla y que sólo faltaba que su pareja, a su llegada a España, trajera algo de dinero.
Finalmente, el pasado 23 de febrero el nicaragüense volvía a viajar a España, pero esta vez todo fue distinto. A su llegada al Adolfo Suárez, y según informa la onubense, «sólo le pidieron el pasaporte y la carta de invitación. Ni le interrogaron como la otra vez ni nada. Directamente le dejaron entrar».

Por fortuna, la pareja ya está junta en Moguer, esperando que se cumpla la fecha del parto, el 17 de marzo, para verle la carita a esa niña que hará que se olviden de todos los sinsabores por los que han pasado. Ahora sólo piensan en el futuro, en las posibilidades de que José Alejandro encuentre un trabajo y pueda quedarse en España, «ya buscaremos la forma», señala la futura mamá.
De cualquier modo, están muy contentos de que todo haya salido bien y Eva ha querido aprovechar la ocasión para enviar un mensaje a todas las personas que se han estado a su lado: «a los que, sin conocerme de nada, me habéis preguntado y animado, gracias a todos los que os habéis preocupado por mí y, especialmente, a María Eugenia por su inestimable ayuda«.