
Rosa Mora. Tomar la decisión de comprar un billete de ida –y ninguno de vuelta-, hacer maletas, y marcharte a vivir lejos de tu país, siempre es compleja. Lo es aún más si tu lugar de destino se encuentra a 8.831 kilómetros de distancia de la ciudad en la que has vivido siempre, y donde dejas a familiares, pareja y amigos. Emprender una aventura de esas características puede ser, sin embargo, una experiencia maravillosa, así nos lo cuentan Andrés David y Fátima, dos onubenses que residen en la que un día fue la capital del Imperio Inca, Cuzco, una ciudad del sureste de Perú, ubicada en la vertiente oriental de la cordillera de los Andes, y conocida por su proximidad a Machu Picchu, hermosa ciudadela Inca, descubierta en 1911.

Andrés David, joven de 31 años y arquitecto de formación, aterrizó en el país latinoamericano hace ya dos años. Exhausto de las condiciones laborales en España, y con toda esperanza perdida en que éstas fueran a mejorar en un corto espacio de tiempo, aprovechó la oportunidad que se le presentó para trabajar en una promotora en Cuzco. “Apostaría cualquier cosa que de haberme quedado en Huelva o en España no hubiera tenido ni una sola de las experiencias y retos profesionales que estoy teniendo en este país”, nos cuenta el joven onubense. Por su parte, Fátima, a días de cumplir los 29 años y natural de Puebla de Guzmán llegó a Perú a principios de 2014. Intérprete de lengua de signos, se trasladó a Cuzco principalmente para estar con su pareja, una experiencia que le está permitiendo además desarrollarse profesionalmente puesto que trabaja actualmente en una guardería en el país iberoamericano.

Volver a Huelva de forma definitiva está en los planes de ambos, aunque sinceramente no creen que pueda ser pronto. “Por supuesto que volveremos a España, pero no aún, ya que no se ve ninguna luz en esta crisis que está provocando que muchos de nosotros busquemos fuera una vida más digna que la que ahora tienen muchos jóvenes en nuestro país”, nos explica Andrés David. En estos momentos, las ilusiones de ambos están puestas en un acontecimiento que esperan con entusiasmo, en enero de 2016 contraerán matrimonio, y lo harán aquí, en su tierra, en la ermita de la Virgen de la Peña, patrona de Puebla de Guzmán.
Hemos conversado con Andrés David, quien nos ha contado cómo Fátima y él están viviendo la aventura de vivir en la ciudad de Cuzco.

-Este mes se han cumplido dos años de tu llegada a Perú, ¿qué te llevó a tomar la decisión de cambiar de residencia?
– Después de tres años de trabajo precario en la ciudad de Huelva se me presentó una oportunidad en una promotora/constructora como arquitecto de proyectos en Cusco. Viendo el futuro que podía esperarme en Huelva me aventuré a una nueva experiencia, de la cual estoy ahora disfrutando con la que será mi futura mujer, Fátima.

– Imagino que fue una decisión complicada, ¿cómo reaccionó la familia?
– Al principio fue un poco complejo todo, no sabía cómo contarlo, pero con la ayuda de Fati me lancé a comunicarlo. La verdad es que todo el mundo se lo tomaba a broma. Solo algunos me apoyaron en esta gran decisión, especialmente los amigos. Ahora puede decir, sin embargo, que con el paso del tiempo casi todo el mundo ve con buenos ojos este paso, aunque quieren que volvamos o, al menos, estemos más cerca.
– ¿En qué trabajas actualmente?
– Trabajo para una empresa peruana dedicada a la construcción, ejerciendo las funciones de supervisor de obras y arquitecto responsable de los proyectos que se ejecutan. Estoy muy contento, mi sueño se está haciendo realidad.
– Desde enero de 2014 vive contigo Fátima, ¿qué supuso su llegada?
– Fue la primera persona que me apoyó en aceptar esta propuesta profesional, y me alegró mucho que quisiera acompañarme hasta aquí, tan lejos de nuestro país. Nunca terminaré de agradecerle todo lo que está haciendo por nosotros. Para ella empezó siendo una aventura difícil pero creo que hasta ahora no se ha arrepentido de estar aquí. Ahora somos más independientes, vivimos juntos y trabajamos los dos, nos va muy bien y estamos muy contentos, aunque la verdad es que la distancia se hace pesada.

– Residís en Cuzco, ¿Cómo es el día a día en la ciudad que un día fue capital del Imperio Inca?
– Es una ciudad bastante tranquila, con mucha población y en la que nos han acogido muy bien. El día a día es similar a la rutina que teníamos en España, pero con la gran diferencia de la cultura, las costumbres, la alimentación y las vivencias que nos rodean.
– ¿Qué aspectos te llamaron más la atención al llegar al país?
-Es un país de grandes contrastes en todos los niveles, especialmente el económico. Después de viajar por los alrededores de Cusco te das cuenta de que hay bastante gente pasando necesidad, mientras que otros viven a un nivel superior al que estamos acostumbrados la mayoría de los españoles. Es una experiencia que hay que vivirla.
– Si te pregunto por lo más positivo de tu estancia allí.
– Lo más positivo…, mi desarrollo profesional. Apostaría cualquier cosa que de haberme quedado en Huelva o en España, no hubiera tenido ni una sóla de las oportunidades, experiencias y retos profesionales que estoy teniendo en este país. Otra de las cosas más positivas e importantes para nosotros ha sido nuestra ahijada. Fue una bonita experiencia que nos pidieran ser padrinos de una princesa, Fátima Mariana, la que hoy es nuestra ahijada.

– Aún así habrá cosas que eches de menos de Huelva, ¿Qué es lo que más añoras?
– De lo que siempre nos acordamos todos los días es de no poder estar con la familia, con los amigos y disfrutar de la gastronomía que tenemos en nuestro país. También nos gustaría poder volver a las playas como siempre hemos hecho desde pequeños, recuerdo que aquí vivimos a 3400 metros sobre el mar.
– Recibir visitas de familiares y amigos españoles será complicado debido a la distancia
– Sí, la verdad es entendemos que es complicado. Hasta ahora no hemos recibido ninguna visita, por eso estamos ansiosos de que llegue octubre para recibir a nuestros amigos María e Íñigo. Nos gustaría tener visitas de otros amigos y de nuestras familias, es difícil venir para acá, pero es un viaje que debería hacerse al menos una vez en la vida, una aventura espectacular.

– Un país desconocido por muchos, ¿habéis tenido oportunidad de viajar por la región? ¿Alguna zona o ciudad que recomendéis especialmente?
– Sí claro, hemos viajado por aquí, aunque no todo lo que nos gustaría ya que aprovechamos todos los días de vacaciones para pasarlos en España. Trabajamos todo el año para tener unas grandes vacaciones y disfrutar de la familia y los amigos que tanto añoramos. Algunos viajecitos sí que hemos hecho, recomendamos ir al Valle Sagrado, Machu Picchu -una de las maravillas del mundo-, y todos los alrededores, son lugares con mucho encanto y diferentes.
– ¿Qué balance haces de tu estancia por el momento en Perú? ¿Pesa más lo positivo?
– En estos dos años hemos tenido muchas buenas vivencias y experiencias que nos han hecho ver la vida de otra manera. Por supuesto que lo positivo hace que todavía no nos hayamos vuelto a España. Recomiendo a todo el mundo una experiencia así que le haga valorar las cosas de otra manera, conociendo otras realidades y otras culturas.

– ¿Qué planes de futuro tenéis? ¿Os planteáis volver a España?
– Por supuesto que volveremos a España, pero no aún no se ninguna luz en esta crisis que está provocando que muchos de nosotros busquemos fuera una vida más digna que la que ahora tienen muchos jóvenes en nuestro país. En estos momentos todas nuestras ilusiones están puestas nuestro en nuestra boda que será en enero de 2016. Hasta que no veamos un futuro claro en nuestro país no tenemos planteado volver.
– Perú ha sido tu primera experiencia laboral en el extranjero, ¿qué mensaje mandarías a todos aquellos que se plantean salir fuera en busca de oportunidades?
– Realmente el que salga en busca de oportunidades es demasiado aventurero. Mejor sería aprovechar las nuevas tecnologías para contactar con empresas interesadas.
– Gracias y suerte a los dos.
-Muchas gracias.