
ILG. Ubicado en el municipio onubense de Alosno y muy cerca de las actuales minas de Tharsis, se encuentra el Cabezo Juré, un yacimiento arqueológico que data del 2500 a.C. y el principal vestigio del desarrollo de la minería y metalurgia del cobre más antigua de la provincia de Huelva. El complejo arqueológico del Cabezo Juré se encuentra en una finca de propiedad privada en territorio alosnero y fue hallado gracias al Proyecto Arqueológico Odiel, que lleva años estudiando y analizando datos sobre la Prehistoria de la zona del Andévalo onubense.
El grupo Midas III Milenio Antes de Nuestra Era (ANE) de la Universidad de Huelva, que investiga el yacimiento, certificó que hace 5.000 años en el Cabezo Juré de Alosno se llevaron a cabo las primeras actividades de producción de cobre en la península ibérica, una actividad que continuó desarrollándose en el territorio. A pesar del paso del tiempo y la erosión de los agentes meteorológicos, los restos hallados en Alosno han permitido que, un grupo de científicos de la Universidad de Huelva, pudiesen llevar a cabo una investigación para datar el origen de los vestigios hallados en el cabezo y así poder probar que las actividades relacionadas con el sector minero han marcado el desarrollo de la historia y el de las civilizaciones que han habitado en nuestro territorio.

Según las investigaciones del catedrático de Prehistoria en la Universidad de Huelva, Francisco Nocete, en su publicación ‘La excavación del Cabezo Juré’ y llevadas a cabo en el marco del Proyecto Arqueológico Odiel, asegura que el yacimiento alosnero es uno de los asentamientos metalúrgicos más antiguos de la península ibérica.
Su localización, próxima a las actuales minas de Tharsis, explica porqué las comunidades que habitaron el cabezo desarrollaron el sistema de producción de cobre más antiguo de la península. Según Nocete, en el sur de la península ibérica existía, en el cuarto milenio antes de Cristo, una sociedad estructurada con capacidad para explotar los recursos del terreno andevaleño. Tal y como indican las pruebas llevadas a cabo por el grupo de investigación, los restos indican que los habitantes de la zona vivieron y explotaron los terrenos en el III milenio antes de Cristo.
Del yacimiento se distinguen dos zonas: una en la cima del cabezo, rodeada por un muro de fortificación, y las laderas donde se levantaron las casas. Los restos hallados

en las laderas encontraron piedras para moler cereal, instrumentos para curtir pieles, tejer, entre otros elementos. Además de instrumentos domésticos como son orzas, vajillas, platos, agujas y cuchillos.
Pero sin duda, la actividad más destacada de la civilización que habitó en el Cabezo Juré era la minería. Las excavaciones llevadas a cabo en el Cabezo Juré ponen de manifiesto que la comunidad que lo habitó se dedicó a la actividad metalúrgica tanto por los restos de metales como por las estructuras de combustión que se emplearon hace 5.000 años para la reducción del mineral. Según los estudios del grupo de investigadores, la comunidad estaba especializada en la producción metalúrgica del Cu o cobre.
El inicio de la metalurgia representa un paso esencial en el desarrollo y la estructuración de las sociedades prehistóricas y jugaron un papel fundamental en la formación de la distribución lo que a su vez provocó un empuje en el nacimiento de otras civilizaciones que mantuvieron la actividad metalúrgica en la provincia.
Los restos del Cabezo Juré señalan que la civilización estaba especializada y dedicada a la explotación, procesamiento metalúrgico y producción de objetos de cobre. Los minerales se obtenían de la mina de Tharsis y, para el tratamiento del mineral, se elaboraron, en aquellos años, unas estructuras circulares, semejantes a unos hornos, localizados en la parte alta del cabezo. Según los investigadores, en estos hornos se produjo la fusión

primaria del cobre y posteriormente se refinaba en crisoles de arcilla cocida. En este sentido, en las excavaciones se han hallado mazos, molinos y grandes hojas de piedra con adherencia de escorias y metal, por lo que se asociacian a la trituración de los minerales.
Se trata de una compleja y avanzada civilización en materia metalúrgica, que ubicaron su área residencial en la ladera sur del cabezo, entorno a un habitáculo en el que se almacenarían los alimentos y los enseres. En relación al alimento y al empleo de los recursos naturales del entorno, según los estudios llevados a cabo por Nocete tras las excavaciones, la civilización que habitó el Cabezo Juré, además de la explotación de la minería, desarrollaron técnicas de caza para sustraer alimento y pieles. En cuanto a la flora, la arboleda del entorno del cabezo fue empleada en los hornos a altas temperaturas para tratar el mineral que extraían de la mina de Tharsis.
Una civilización que habitó, según los datos de los investigadores de la Universidad de Huelva, durante unos 200 años en el Cabezo Juré, pero que pone de manifiesto la importancia del sector minero en la provincia y la presencia sociedades que la explotaban con métodos que se implantaron en civilizaciones posteriores.