
Mari Paz Díaz. La agricultura es uno de los recursos básicos de la provincia de Huelva. Pero parece que no sólo en la actualidad, sino también entre los primeros pobladores de esta tierra. Una actividad cuyo descubrimiento en el Neolítico en Oriente Medio supuso un enorme paso para la humanidad.

Pero, ¿cuándo llegó la agricultura a la provincia de Huelva? Para responder a esta pregunta, la clave parece encontrarse en el yacimiento de La Orden – Seminario de Huelva capital, donde se han encontrado evidencias de trazas de cultivo que son muy singulares, puesto que, según los expertos, «no tiene parangón en lo que se refiere al registro arqueológico de las huellas agrícolas en toda la cuenca mediterránea y el continente europeo». Y es que, todo parece indicar, que es aquí, en Huelva, donde aparecen por primera vez las técnicas de la viticultura protohistórica en el extremo occidente.

Una teoría que ha sido analizada ampliamente en un trabajo de investigación que ha llegado a cabo la historiadora onubense Alexia Echevarría Sánchez, cuya realización supone un punto de partida para nuevas interpretaciones de gran alcance histórico. Un trabajo adscrito a la línea denominada ‘Procesos socioeconómicos y culturales en la Prehistoria. Primeras sociedades productoras y de cazadores-recolectores en Andalucía’, cuyos responsables fueron los profesores Doctores Juan Carlos Vera Rodríguez y Beatriz Gavilán Ceballos.

Y es que parece probado que el yacimiento cuenta con una enorme singularidad, que se concentra en dos pilares fundamentales. De un lado, en el número inusual de sistemas agrícolas superpuestos, lo que permite una seriación, en una extensión tal que en pocas ocasiones y lugares ha podido ser observada. Y, en segundo, por las relaciones que es posible establecer, lo que permite proponer dataciones de gran antigüedad.

En concreto, las huellas de cultivo de los orígenes de la viticultura en La Orden-Seminario parecen evidentes, siendo las primeras prácticas viticultoras del Occidente europeo, situadas en la misma fecha que las descubiertas en Grecia, es decir, en el I milenio antes de nuestra era. Se trata, por tanto, de un gran hallazgo científico que demuestra la existencia en Huelva del sistema agrícola más antiguo de la Europa Occidental.

En cualquier caso, no se trata de un tema novedoso, ya que desde hace más de dos décadas se viene hablando del cultivo de la vid en la Península Ibérica. P0r ejemplo, en los años ochenta ya se encontraron en la zona mediterránea y meridional de España yacimientos arqueológicos que demostraron la gran antigüedad de la vinicultura local y del comercio del vino en época protohistórica. En el caso de Andalucía, las primeras referencias a huellas de cultivo procedían hasta ahora de la Bahía de Cádiz.

Sin embargo, según explica Alexia Echevarría, «la ausencia hasta hace pocas fechas de huellas de cultivo susceptibles de ser datadas arqueológicamente, ha provocado que la investigación ibérica no se haya dedicado con intensidad hasta la fecha, salvo trabajos excepcionales dedicados a la Hispania romana». En cualquier caso, la domesticación de la vid debió producirse muy probablemente en más de un lugar y en momentos diferentes. En lo que se refiere a la cuenca mediterránea, los mapas de distribución de la variedad silvestre muestran una amplia distribución geográfica que ocupa la mayor parte de las zonas costeras a excepción del África nororiental, incluyendo por supuesto a la Península Ibérica. Sin embargo, a pesar del indudable interés que ofrecen los sistemas agrícolas europeos más septentrionales, las huellas de cultivo de La Orden-Seminario presentan una configuración mucho más compleja que tan sólo vamos a encontrar en zonas ecológicamente similares.

También parece claro que no existe ninguna razón ecológica que impidiese el establecimiento temprano de viñedos en la Huelva de hace 3000 años, como tampoco las había en toda la cuenca central y occidental del Mediterráneo, incluyendo el norte de África. Esta idea parte de que un temprano aprovechamiento de la vid silvestre en Huelva «emana de la publicación de una columna polínica extraída de la Laguna de las Madres, que a lo largo de unos 400-500 años, entre el III milenio e inicios del II milenio a.C., mostraría un notable incremento porcentual de la especie frente al descenso de otras especies forestales», recoge Echevarría. Estos datos de la Laguna de las Madres, sin embargo, han sido muy discutidos.

Otros casos en los que aparecen restos relacionados con la viticultura o el consumo del vino en Huelva fueron en la Calle Cardenal Albornoz de la capital, donde se recuperaron siete semillas de vitis datables en el siglo VIII a.C., o en el solar Plaza de las Monjas – Calle Méndez Núñez. Y tampoco se pueden olvidar las huellas de cultivo localizadas en la margen derecha de las actuales marismas del Odiel, es decir, las fosas detectadas en el yacimiento aljaraqueño de Papa Uvas.

Frente a estos hallazgos, la investigación de esta historiadora recoge cómo «los sistemas agrícolas presentes en el yacimiento de La Orden-Seminario presentan unas tipologías de huellas de cultivo que, según las diferentes evidencias textuales, arqueológicas y etnográficas manejadas permiten ser interpretadas como testimonios materiales de la práctica de la viticultura». En concreto, aparecen viñas que forman parcelas y que se disponen formando liños a base de zanjas o de fosas distribuidas en paralelo.

Esta característica ha permitido documentar por primera vez cómo eran las técnicas de viticultura protohistórica, dejando además en evidencia la existencia en Huelva de una gran extensión de campos de viñedos. Incluso, algunos sistemas presentan límites y cercados de tipo vegetal (setos) o de material perecedero igualmente característico de esta modalidad de cultivo.

Las huellas surgidas en La Orden – El Seminario se encuentran en su mayor parte en el I milenio a.C. Además, existen indicios que permiten plantear un amplio período de vigencia o, si se prefiere, de fosilización en el paisaje de este parcelario que, en términos generales, coincide con los inicios de la colonización fenicia y el período orientalizante. Así, por ejemplo, aparecen cerámicas fenicias encontradas en el interior de sus liños.

En cualquier caso, parece evidente que las viñas eran un cultivo muy valioso para la ciudad de Huelva, que no debía ser invadido ni por otros cultivos ni por animales domésticos o salvajes, pues su destrucción sería un daño grave y duradero dada la importante inversión necesaria. Por otro lado, estaba clara la utilización de la vid con fines comerciales y no sólo para el autoconsumo de sus cultivadores.

Y todos esos vestigios aparecen en el yacimiento de La Orden-Seminario, situado al norte de la ciudad, delimitado por el barrio de La Orden (al oeste), el Seminario (al sur), el Hospital Juan Ramón Jiménez (al este) y la Ronda Norte (al norte). Se trata de una finca cuyos límites corresponden a la zona del denominado Plan Parcial 8. Un espacio, La Orden-Seminario, que hay que recordar que representa el inicio del poblamiento estable de la Península entre mediados del IV y el III milenio a.C.

Con todo, se trata de un hallazgo de gran relevancia histórica que no debemos olvidar. Origen de la actual riqueza vinícola de la provincia de Huelva.
Interesantísimo artículo sobre la vid en Huelva.
Un nuevo artículo con la calidad y rigor de todos los que firma Mari Paz.
Enhorabuena, no nos cansamos de leer tus historias menos conocidas de Huelva, al menos yo.
Buenas tardes somos de https://catatu.es/ y nos gustaría poder contactar con usted para un articulo acerca de la historia del viñedo en la provincia de Huelva.