ILG. Aunque no se sabe a ciencia cierta el inicio del arte de la taxidermia, manifestaciones fúnebres egipcias apuntan a que en tiempos del antiguo Egipto ya se disecaban animales para que conservasen su aspecto normal durante un tiempo más o menos prolongado.
El embalsamamiento de los cadáveres que realizaban los egipcios es la práctica más similar a lo que hoy se conoce como taxidermia, una artesanía ligada al mundo de la caza. Alejándonos de perjuicios, se trata de un arte menos reconocido que otras variantes artísticas, como es el caso de la pintura, la cerámica o la escultura y con el que se puede disfrutar de perfectas recreaciones que forman parte de fauna.
La provincia de Huelva es rica por su fauna y por su flora, lo que ha convertido a los bosques y haciendas onubenses en lugares idóneos para realizar monterías y practicar la caza. Unas disciplinas deportivas de las que se extraen los principales ejemplares con los que trabajan los taxidermistas onubenses y que ponen de manifiesto la riqueza de la provincia.
La taxidermia es una disciplina artística poco fomentada en Huelva, pero que está creciendo y para la que se augura un buen futuro. Juan Macías es un onubense, natural de San Bartolomé de la Torre, que lleva más de siete años modelando los cadáveres de animales para su conservación y de los pocos taxidermistas con licencia en Huelva.
Juan Macías comenzó su andadura en el arte de la taxidermia cuando trabajaba en una fábrica de despieces en Villanueva de los Castillejos y desollaba a los animales para luego entregarle las pieles a sus dueños para hacer trofeos. “Estando en la fábrica pensé que como se me daba bien descarnar a los animales pensé que podría dedicarme a moldear animales”, cuenta el taxidermista.
Su afición por el mundo de la caza le ha llevado a ampliar sus conocimientos sobre la taxidermia y asistir a distintas monterías para hacerse de una cartera de clientes de la provincia que confían en su buen hacer para conservar sus trofeos de caza. “Me atraía mucho este mundo, me apasiona lo que hago. Gracias a un conocido belga, que vivía en San Bartolomé, aprendí cómo tratar las pieles y como montarlas. Él fue quien me inició en este mundo y el que apostó por mí desde el principio. Él era campeón del mundo de taxidermia y se dedica a montar animales de safari de cuerpo entero, con él aprendí bastante”, asegura Macías.
Para conseguir piezas para disecarlas y moldearlas, Juan Macías acude cada fin de semana a
monterías donde, además de captar clientes, consigue animales para trabajarlos. Una vez consigue los trofeos, los transportan hasta su taller de trabajo, ubicado en San Bartolomé de la Torre, y allí los trabaja hasta que consigue el resultado perfecto: un cadáver de animal disecado con aspecto de vivo. “Tengo todos los permisos y licencias que se requieren para poder llevar a cabo los trabajos y transportar a los animales”. Desde septiembre de 2014 hasta lo que llevamos de 2015, Juan Macías ha trabajo con más de 300 animales.
Según nos ha contado el taxidermista, realiza dos tipos de trabajos, con huesos y con pieles. La base de la taxidermia consiste en el modelado de las partes anatómicas del animal y el montaje de la piel, del animal sólo se conserva la piel y la boca.
“Una vez me llegan los trofeos, el cliente decide, según el aspecto del animal, qué tipo de trofeo quiere si de hueso o de pecho. Con las figuras de hueso solo se conservan los dientes o colmillos, mientras que con las de pecho se utiliza la piel y la boca, principalmente, mucho más trabajoso y costoso que los trofeos de hueso”, dice a Huelva Buenas Noticias el taxidermista andevaleño.
Juan Macías asegura que con ciertos ejemplares puede llevarse trabajándolos hasta seis meses ya que las pieles necesitan de un tratamiento químico especial para evitar la putrefacción de la piel y para
conservar su estado lo más natural posible.
“Cuando le quito la piel y le aplico el tratamiento para estirarla, creo un molde especial para después montar la piel y lo preparo para que la piel quede bien ajustada. Creo el hueco de la boca y coloco las mandíbulas, los dientes y los ojos que suelen ser artificiales”, asegura Juan.
Uno de los pasos más importantes, según el taxidermista, es darle expresión al animal, “es imprescindible que el animal tenga una expresión agresiva en el caso de los animales de caza. Para poder dar expresión es necesario saber cuáles son las facciones del animal, gracias a muchos documentales puedo darle esa expresión, he aprendido mucho con videos de caza y fotografías”.
En el caso de los trofeos de hueso el trabajo es más sencillo: se pule el hueso, se limpia y se coloca. “De los animales, para poder tratarlos es imprescindible que tenga la boca bien, los colmillos grandes y la cornadura arqueada y de buen tamaño”, dice.
Pero el taxidermista andevaleño no solo trabaja con animales de cacerías, también de safaris. Según nos ha contado Juan, una vez termina en febrero la temporada de las monterías comienzan los safaris en África “ñus, facocheros o impalas, son algunos de los trofeos que me han llegado de clientes de
Granada, Cádiz y Sevilla. También he tratado marfiles de elefantes, pero lo más habitual son animales completos para museos, pero aún no he realizado ninguno porque es muy difícil conservar las pieles y los tratamientos son muchos más costosos. La crisis económica ha complicado mucho los trabajos de los trofeos de safaris”.
Los trofeos que trata Juan Macías son para cada uno de los clientes que, según la calidad, pueden homologarse y con ello calificar la pieza y el trabajo del taxidermista. Los requisitos que exigen los jueces de la Federación Andaluza de Caza es que la piel del animal esté bien conservada, que la expresión del animal se ajuste a la realidad y que las piezas tengan unas medidas especiales. Las categorías para homologar a los animales pueden ser bronce, plata, oro.
Un arte con el que, a pesar de ser duro y costoso, se ha convertido en la gran pasión de
Juan y con el que se está haciendo un hueco en el mundo de la taxidermia en Huelva. “Mi futuro como taxidermista es continuar en Huelva con los animales que me lleguen, no tengo intención de salir. Huelva es un gran potencial en lo relacionado con las cacerías y genera muchos empleos y mi sueño es poder dedicarme de lleno a la taxidermia”, sentencia Juan Macías.
