Redacción. Tras la lectura de un pasaje del evangelista Lucas centrado en la Sagrada Familia, el Obispo de Huelva José Vilaplana, ha felicitado la Navidad a todos los onubenses con un mensaje navideño que apela a la importancia de la familia en la sociedad actual. Vilaplana ha elevado la institución social de la familia a lo más alto y ha señalado las fiestas navideñas como el mejor momento para fomentar la estructura familiar.
Según el Obispo de Huelva, la Navidad tiene un sentido familiar muy arraigado por eso “deseamos unirnos a nuestros seres queridos para celebrar juntos la Navidad”.
Su mensaje se trasladó a las familias onubenses que viven situaciones difíciles, “me uno al sufrimiento de las que están angustiadas por el paro y las necesidades materiales y de las que están afectadas por la enfermedad. Rezo por las que viven situaciones de tensión, desavenencia o ruptura, por las que están fuera de su patria o tienen dispersos a sus miembros, por los que están solos”, añadió. Además, sus palabras traspasaron las fronteras y quiso recordar “a todas las familias que padecen los horrores del hambre, de la guerra y la persecución, así como las que han sucumbido en el mar buscando una vida mejor”.
El Obispo de Huelva, José Vilaplana, ha querido dar gracias por los que están reunidos y contentos celebrando las fiestas navideñas. “Que este ambiente cálido y entrañable sea un momento propicio para transmitir la fe en Jesús nuestro Salvador, renovar la esperanza en el Mesías deseado por los pueblos y consolidar el amor que el Señor nos ha mostrado”, añadió Vilaplana.
También recordó al Papa Francisco, asegurando que” la familia atraviesa una crisis cultural profunda, como todas las comunidades y vínculos sociales. En el caso de la familia, la fragilidad de los vínculos se vuelve especialmente grave porque se trata de la célula básica de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros y donde los padres transmiten la fe a sus hijos”.
Terminó asegurando que una de sus ilusiones pastorales es que “padres e hijos podáis crecer juntos en la vida cristiana. Un crecimiento que respete los ritmos y procesos de cada uno, sin caer en la ansiedad que no tolera fácilmente lo que significa alguna contradicción, un aparente fracaso, una crítica, una cruz, sentenció José Vilaplana.