Redacción. La Sala de la Provincia de la Diputación de Huelva acoge desde hoy y hasta el 10 de enero de 2015 la exposición pictórica ‘La Mano y la Pared’, creada por El Capitán de las Dunas, pseudónimo del artista y escritor onubense Francisco Pérez Gómez. Una muestra artística que se completa con un libro del mismo título en el que de la propia mano del artista han surgido personajes a los que ha sabido dar vida con una excepcional descripción literaria.
La diputada de Cultura, Elena Tobar, ha inaugurado esta exposición pictórica compuesta por casi cuarenta dibujos realizados por El Capitán de las Dunas que, tras muchos años sin dar a conocer su producción pictórica y literaria, ha dedicido exponer en esta Sala de la Provincia de la institución provincial, completando su obra artística con la presentación de un libro del mismo título, escrito y dibujado por él.
Tobar ha destacado tanto la calidad como la originalidad de esta exposición de pintura “en la que cada lienzo va acompañado de la historia de diversos personajes que componen un excepcional relato creativo, en el que la obra de este genial autor deja de ser de su propiedad para quedar en manos de quien la contempla, pasando a ser ‘patrimonio’ del propio lector”.
Josefina, Madame Renan, el Senador Porcio, Lusiñán, el inquisidor Merkator, Barodio, Selenia o el Caballero de la Muerte, son algunas de las figuras de una variada galería de personajes que cobran vida creativa a través de las páginas de la obra dando alas a la imaginación.
Probablemente el lector se vea reflejado en alguno de estos personajes y, como reconoce el propio en la introducción de la obra, “unas veces son reflejo de criaturas preexistentes. Reyes, artistas, notables, personalidades para la Historia o personas para lo cotidiano que pretenden quedar embalsamados para siempre por los ungüentos del pintor en el sarcófago del cuadro y así burlar un poco a la muerte y hace posible que de la quimera puede brotar su vida plástica. El artista refleja en su espejo lo que otro artista soñó. Gustavo Doré hace que Don Quijote y Sancho puedan ser vistos, Miguel Ángel nos hace una crónica anticipada del bíblico juicio del Fin de los Tiempos”.
Es cierto que los personajes de ‘La Mano y la Pared’ “acuden a conjuros de la imaginación, llamadas de la voz del inconsciente, ecos de las notas más enigmáticas del alma del artista cuando se escucha algo que nadie oye” porque el autor, en vez de hacer escultura, pinta y después sopla toda una biografía. ¿Fantástica? Los pinta y luego los escribe; es decir, los describe”, tal y como asegura el periodista Víctor Márquez Reviriego en el prólogo que hace al libro sin el que la exposición dejaría de tener sentido.