Mari Paz Díaz. Agustín Carro Faustino –Gus para los amigos- es un joven onubense que después de finalizar el Bachillerato por Ciencias Tecnológicas se marchó a estudiar a Madrid el doble grado de Arquitectura y Bellas Artes. Fue una decisión importante, ya que no era fácil irse tan lejos de casa por primera vez.
En Madrid, Agustín entró en el Programa TOP para Alumnos de Altas Capacidades con el que tuvo la oportunidad de complementar su formación con diferentes cursos extra, además de participar en diferentes actividades que, incluso, le llevaron a conocer al rey Felipe y al ex-presidente de EEUU, Bill Clinton.
Pero la capital española se le quedó pequeña, así que se interesó por las posibilidades que tenía de hacer un año de los estudios universitarios fuera de España. Fue así como decidió marcharse a Estados Unidos, donde se encuentra desde principios de este mes de octubre cursando el cuarto de la carrera. No será el último, puesto que todavía le faltan tres años para acabar. Pueden parecer poco tres semanas, pero Agustín tiene la percepción de haber pasado un año.
A pesar de ello, este onubense se siente muy orgulloso de la decisión que ha tomado, tal y como nos cuenta en esta entrevista, donde nos detalla cómo están siendo estos primeros días en la ciudad de San Diego.
-¿Por qué decidiste irte fuera?
-Porque siempre viene bien. Madrid ya empezaba a parecerme pequeño y estudiar un año fuera me parecía muy atractivo. En España podría haber seguido tan feliz, pero realmente empezaba a necesitar nuevos estímulos, y la oportunidad era perfecta. Mis estudios, al ser tan creativos, siempre te exigen amplitud de miras, no ver el horizonte tan cerrado.
-¿Es tu primera estancia en el extranjero?
-No. Este mismo verano me concedieron la Beca ArtFest, a través de la cual pude participar en un taller de Arte en la Universidad de Arte y Diseño de Santa Fe (Santa Fe University of Art and Design) en Nuevo México. Mi estancia duró 23 días durante el pasado mes de julio. Lo tomé como un primer contacto con el país y para ir “practicando” para cuando me mudase en octubre.
-¿Dónde vives?
-Vivo en un apartamento compartido con un par de estadounidenses en la zona de Cortez Hill, en Downtown (así llaman al centro aquí), justo al lado de Balboa Park, que es el parque urbano de la ciudad. Me gusta mucho este sitio. Lo busqué desde España, pero es ideal para mí.
-¿Cuál era tu nivel de inglés al llegar?
-Por lo general, me encantan los idiomas. Aquí sólo me exigían inglés, un idioma que llevaba gran parte de mi vida aprendiendo y mejorando. El idioma no me asustaba, ya que en España no iba a poder mejorarlo más. Quisiera alcanzar un nivel casi bilingüe cuando llegue el próximo mes de julio y vuelva a España.
Al comienzo me tuve que habituar al acento (¡en España estudiaba con el acento británico!), pero una vez que te acostumbras a la forma de hablar progresas rápido. En estas semanas lo noto mucho. Y me alegra enormemente ver que gano fluidez y corrijo errores de pronunciación. Lo único que me tiene descolocado son las expresiones coloquiales; y las bromas, no suelo pillarlas. Pero me río igual y disimulo, para no desentonar.
-Por ahora, ¿cuál es tu balance de la experiencia?
-Por el momento, tras la fase de adaptación (jet-lag, sobre todo), está siendo muy buena. Aunque vine aquí a estudiar y la universidad me ocupa buena parte del tiempo, sí que procuro cogerme mis días para explorar, conocer gente, descubrir lugares… Creo que va a ser un año muy, muy provechoso y no me arrepiento en ningún momento de haber dado el paso.
-¿Cómo es vivir en San Diego?
-No muy diferente a España. La zona de la costa está muy “europeizada”. Realmente, no me siento muy distinto a cuando me mudé por vez primera a Madrid… Solo que aquí estoy rodeado de “tópicos”. Es como vivir en una serie de televisión o en una película de Hollywood. Vas a la playa y están los típicos surferos, en la universidad te encuentras las clases tal y como las has visto en las películas, y por supuesto, banderas estadounidenses por doquier. ¡También vi un cowboy en el supermercado! Hay gente muy estrambótica, así que nadie mira mal a nadie.
Lo que más nos cuesta a los españoles es hacernos al horario. Aquí amanece y anochece pronto. Es otro ritmo de vida. Para las comidas es un caos, porque mientras que en España hacemos unas cuatro o cinco comidas -más los picoteos, el tomar algo, etcétera), aquí hacen tres: desayuno a las 7.00, almuerzo a las 12.00 y cena a las 18.00. Por medio, cualquier cosa, una manzana o lo que sea, pero las principales son tres.
Algo que me frustra es el dinero. ¡No sé usar las monedas! Los billetes son todos del mismo tamaño y color. Y las monedas no indican el valor de cada una claramente… Cada vez que debo pagar es un caos. El euro está diseñado para torpes, como debe ser.
-¿Cómo es San Diego?
-Vivo en el centro de San Diego. Es una ciudad preciosa, llena de cultura, museos y cosas que ver. No sé cómo definirlo… Por ejemplo, tienen un jardín en Balboa Park, que es del Club de Amantes de Jardines Orientales; museos en barcos; restaurantes en el mar (doy fe, buenísimos); esculturas en las calles; edificios coloniales españoles perfectamente conservados y rehabilitados por doquier; centros comerciales bellísimos… Hay una zona de playa, donde hay focas y pelícanos. Y nada, vas y ahí las tienes. Se han enriquecido culturalmente con mil cosas, aunque no sean propias de aquí, las importan y disfrutan. También hay árboles donde anidan y hacen sus crisálidas las Mariposas Monarca, sin proteger, sólo un letrero informativo…, y nadie las daña ni les hace mal.
Realmente, siendo como soy un amante de Huelva, me hace reflexionar muchísimo acerca de qué ocurre aquí. No tienen una grandísima cultura, es una ciudad relativamente reciente, todo lo histórico viene sobre todo de la época colonial castellana…, pero está lleno de cosas bellas, porque el respeto que tienen hacia la ciudad es maravilloso.
La gente lleva a sus perros consigo de compras, o a la cafetería y les dejan entrar. O pueden salir a hacer yoga al parque. La educación y el respeto son increíbles. Por eso me da lástima. Vivir aquí viendo algo que desearía ver en Huelva. Ayer mismo leí que destrozaron los huertos del Parque Moret. ¿Cómo vamos a disfrutar del espectáculo de la eclosión de mariposas en Huelva si unos huertos se destruyen por placer de cometer vandalismo? Creo que todos deberían ver cómo es una ciudad que se respeta a sí misma. Da gusto vivir aquí, y ver algo bello en cada esquina.
-¿Y sus habitantes, cómo son?
-Es gente encantadora. California. Sol. Costa. Una ciudad bellísima. Son personas amables, siempre te ayudan si les preguntas algo, en las tiendas son hiper cordiales… En la misma universidad, si te ven algo alejado, enseguida van a ti a saludarte, a presentarse y a integrarte. Son muy sociables y cálidos. Aunque luego tengan sus “americanadas”.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-¡Todos quieren venir a España! Me alegré mucho de descubrir que el mito por el cual sitúan España en México no es cierto (al menos no me he encontrado aún a ninguno que me lo dijese). Me preguntan por la paella, por los toros y en seguida te hablan alegres si les dices que eres de aquí. El otro día en clase preguntaron acerca de un arquitecto español, y casi todos conocían a Gaudí y a Calatrava.
¡Conocí incluso a un chico que vivió dos años en un pueblito cerca de Niebla! Qué alegría cuando el primer día de clase escuché español. Y me dijo: “Así que aquí hay alguien de Huelva… ¡Viva Huelva y la fiesta!”.
Yo siempre digo que soy de Europa (consideran Europa un país), y luego de España. Cuando me preguntan más digo que “Huelva, Andalucía”. Y al mirarme raro debo acabar con un “está junto a Sevilla” y ya entienden.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Pues liado con cosas de la carrera. ¡Aquí usan pulgadas y pies, en lugar del sistema métrico! ¡Es una pesadilla para las medidas! Ya he terminado de instalarme, así que sólo necesito un par de cositas… Ahora aprovecho y planeo qué visitar en cuanto tenga algo de tiempo libre. En un año no me va a dar tiempo a verlo todo. ¡Hay demasiado que visitar!
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
-El principal es aprobarlo todo y mejorar mi inglés al máximo. Además, como complemento, procuro mantenerme en forma. Me aterra la facilidad con la que se puede engordar con la comida aquí. ¡Y no quiero volver a España rodando!
Además, los californianos tienen fama de gente guapa y sana, por lo que el mismo contexto y ambiente te empuja a cuidarte un poco. Con mi cara poco hay que hacer, pero al menos no estaré “fofo”.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Me acuerdo cuando se lo comenté a mi abuela materna. Estábamos en su casa, y preguntó “¿y cuántas horas de vuelo son? ¿Tres? ¿Cuatro?” Y al decirle que eran unas diecisiete o veinte de viaje miró a mi madre y le dijo: “¡Pero Juani! ¿Tú cómo le dejas irse tan lejos, chiquilla?” Y mi madre le respondió: “Pues si él quiere, ¿qué le hago?”.
Mi familia me apoya. El año pasado pretendía irme a estudiar a Florencia, pero no pudo ser por problemas con las convalidaciones de asignaturas, así que este año sí que tocaba. Ellos saben lo bien que me viene esto, tanto para la carrera, como para mi posterior vida profesional. El esfuerzo económico es grande, todos estamos con el cinturón apretado, pero mientras vean que la inversión no cae en saco roto, ellos van conmigo hasta el final. Sinceramente, me considero muy afortunado.
-¿Y tus amigos?
-Pues también encantados, supongo… No lo sé. Se alegran por mí, aunque me van a ver lo mismo que cuando me voy a Madrid. Tanto en Huelva como en Madrid he dejado amistades muy queridas, y se les echa de menos… Pero las tecnologías hacen las distancias cortas.
Tengo un recuerdo muy bonito de una amiga en concreto, Sonia. Una taza que me regaló en septiembre por mi cumpleaños, antes de que me fuese, donde está escrito “¡Adelante! Cómete el mundo”. La veo cada mañana y es muy grato saber que hay gente fuera de tu familia que te quiere y desea lo mejor.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-En verano espero hacer Prácticas Profesionales (otra asignatura de la carrera), todavía no sé si en Huelva o en Madrid, depende de dónde me venga mejor… Seguramente será en Madrid. Este es mi último gran viaje. Una vez vuelva debo acabar mis estudios…, y ya se verá por qué rama o ámbito me decido entonces.
-Por tanto, por ahora no vas a volver a España. Prácticamente acabas de llegar…
–Por el momento no. Los billetes de avión son muy caros, así que por ahora no vuelvo hasta primeros de julio. Echaré de menos a mi gente en Navidad y Año Nuevo… Las uvas vía Skype no serán lo mismo.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-¡La comida! Indudablemente la comida. Lo siento en el alma por todos los que esperaban que les nombrase, pero es que como la comida de allí, ¡nada! Me gusta cocinar y aquí es frustrante no encontrar la variedad y calidad en alimentos tan básicos como el fiambre.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
-Definitivamente: sí. Es necesario abrir la mente al menos una vez en la vida. Tener que adaptarte a otro lugar, que la situación te obligue a interactuar con desconocidos y descubrir que el mundo está lleno de gente buena, tener que hacerte a otro modo de pensar… Y aprender a valorar todo lo bueno que tienes en casa.
No es necesario irse fuera de España. Si eres de Huelva y la carrera que te gusta está en Navarra, ¡ve sin miedo! Tengo amigos que se acobardaban y acababan eligiendo otra cosa en Huelva o Sevilla. ¡La edad de descubrir mundo y ponerte a prueba es ésta! De verdad, animo a todos los que no se atrevan a alejarse de casa por miedo, a meter todas esas inseguridades en un cajón, pensar “todo va a salir bien” y lanzarse. Si os da respeto, hacerlo sin pensar.
Recuerdo que un amigo que ha vivido mucho tiempo en EEUU me dijo “Agustín, ahora estás normal, pero la noche antes de partir, créeme que te va a dar un ataque”. No me dio ataque ninguno, porque iba muy seguro de mí, pero fue aterrizar en Los Ángeles, y ya no me lo creía. ¡¿Pero qué había hecho?! La noche que llegué a San Diego, me dormí enseguida. Total, una vez está hecho, ¿para qué preocuparse?
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Por favor, me alegraría mucho pensar que los que se hayan tomado tiempo en leer esta entrevista, sacan algo de ella. Me encantaría recalcar dos puntos clave: el respeto por la ciudad y el lanzarse a la aventura. El potencial de Huelva es mil veces mayor que el de San Diego. ¿Por qué San Diego aparece en Jurassic Park III? ¿Por qué San Diego, si no tenía tanto potencial como Huelva, es un sitio tan increíble? Porque todo lo que se coloca aquí, con el paso del tiempo mejora. Deja tu bici en la calle, no le pasa nada. Deja tu ordenador en la mesa de la universidad, no le pasa nada. Deja las sillas del bar en la calle al cerrar, por la mañana, seguirán ahí.
Me encantaría que llegase el día en el que en el Parque Moret podamos ver eclosionar mariposas, disfrutar de arquitectura moderna en la Avenida de Andalucía y colocar bancos con libros gratis en el Muelle del Tinto. Pero para eso, algo debe hacer “clic” en la mente de muchos. ¡Ánimo a los amantes de Huelva!