Sapiensity/ @Sapiensity Huelva es conocida en el mundo entero por algunos productos como el jamón, probablemente el mejor del mundo, o las gambas blancas de nuestra costa, o nuestra fresa. El sector agrícola en nuestra provincia es muy importante. Pero es un sector con amenazas serias por la competencia de otros países, por los precios marcados por las grandes cadenas, etc. etc.
Es un sector en el que se viene apostando por la diversificación, la innovación y la investigación. No en vano, ADESVA, el Centro Tecnológico de la Agroindustria, se encuentra en nuestra tierra. En el se investiga para mejorar el cultivo de berries, cítricos y otras variedades, con el objetivo de fortalecer nuestro sector agrícola. También se acerca al sector tecnología que pueda mejorar su actividad, se forma a los gestores y responsables de las explotaciones, se participa en el desarrollo de tecnologías aplicables, etc. Incluso hay líneas de trabajo para convertir nuestro sector basado en la agricultura pura y dura, en un sector más agroindustrial y/o agroalimentario, es decir, que entre de lleno en la manufactura de productos alimenticios derivados de la producción agraria de nuestra tierra.
No es una tarea fácil la que tienen por delante ADESVA, los empresarios del sector y todas las organizaciones u organismos que trabajan para la continuidad de este sector.
Claramente, el reto de la alimentación supone que el mercado es y será grande. Pero la aparición de nuevas tecnologías, competidores, el cambio climático, la cada vez mayor escasez de tierra o su agotamiento, e incluso tendencias, hace que se torne en una gran oportunidad pero, como todas, con sus amenazas.
De un lado, podríamos citar las tendencias en los consumidores que abogan por lo cultivado ecológicamente, en temporada, en zonas cercanas e, incluso, el autocultivo. Las tendencias en grandes ciudades y en smart cities hacen que movimientos ciudadanos opten por reorientar espacios abandonados y convertirlos en huertos urbanos. Existen iniciativas que se han citado en esta sección que han llegado a convertir parques en verdaderos huertos al completo sustituyendo su vegetación con frutales y otras variedades. También las terrazas y las cubiertas de edificios se están convirtiendo en huertos. Todo ello se autoconsume o se comercializa en cooperativas de consumo, o es distribuido directamente por los agricultores a minoristas o consumidores sin intermediarios. Iniciativas basadas en el comercio electrónico que acercan el tomate de huerto de temporada a los hogares de cualquier cliente en España en 24 horas.
De otro lado, gigantes como el que ha dado lugar a este artículo. Grandísimas empresas multinacionales que entran en el sector. Con el objetivo de generar tecnologías que faciliten la independencia de los territorios en producción agrícola (como se busca la independencia energética y sobre lo sucedido en España podríamos escribir ríos de tinta o “ríos de píxeles”), estas firmas están desarrollando tecnologías que serán capaces de generar alimentos vegetales para abastecer enormes poblaciones mediante métodos sustentables. Y todo ello, en condiciones de escasez de tierras o en climas no aptos.
Lo mejor es que además será comida de calidad, con suministro estable. No estamos hablando de modificaciones genéticas, uso de pesticidas dañinos, ni nada de nada. Todo lo contrario. Estamos ante cultivos de diferentes tipos de vegetales tales como las lechugas, los rábanos, espinacas mini, mizuna o mostaza japonesa y rábanos, por el momento…, cultivados en condiciones especiales pero sin alterar los cultivos en modo alguno.
¿Cómo lo hacen? Es lo que algunos dan en llamar agricultura techada. Panasonic produce los vegetales en condiciones controladas de calidad el aire, temperatura y humedad, bajo el brillo rosa y púrpura de luces LED, en granjas techadas.
Una de las primeras iniciativas de este tipo y a una escala considerable, la lleva a cabo Panasonic en Singapur. Un país superpoblado que importa el 90% de sus alimentos. Esta producción de vegetales de alta tecnología puede suponer una importante cartera de crecimiento para este país. La granja de 248 metros cuadrados produce 10 tipos de vegetales.
La empresa anticipa que la población de Singapur en 2030 aumentara en 6,5 millones, con lo que la demanda anual podría ser de unos 104 millones de verduras de hoja y más de 500 millones de kgs. de otros vegetales. Toda una oportunidad para Panasonic…
Panasonic también ha aportado fondos a la empresa Sky Greens, que produce vegetales en invernaderos con torres verticales. Sky Greens cuenta actualmente con 600 de estas torres o granjas verticales que producen hasta una tonelada de vegetales al día y espera expandir su negocio a 2.000 torres el próximo año.
La agricultura bajo techo también ha llamado la atención de otras empresas japonesas de tecnología. Fujitsu comenzará ensayos en una planta de producción de lechuga con bajos niveles de potasio para pacientes con problemas renales crónicos.
Y Sharp ya prueba el cultivo de fresas en los desiertos de Dubai para satisfacer la demanda a nivel regional, independizándose así de importaciones de un producto que es muy sensible al transporte, como bien sabemos en nuestra tierra.
Todo esto suponen disrupciones en el modelo de negocio de muchas empresas del sector. Pero más vale incorporar la innovación antes que negarse a ella y perder la posición en el mercado, como en muchos mercados está sucediendo cuando se lucha a la desesperada contra la evolución tecnológica, que dicho sea de paso, bendita sea, o no sabemos qué se podrá comer dentro de 50 años.
Fuentes: