Mari Paz Díaz. Carlos Núñez (Huelva, 1990) es un onubense que ha vivido hasta el año 2000 en el barrio de La Orden de Huelva, cuando su familia decidió mudarse a Aljaraque. En esta localidad realizó sus estudios de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Luego, hizo el Bachillerato en el IES La Rábida de Huelva capital, donde, en 2008, se matriculó en la Licenciatura de Historia en la Universidad de Huelva, carrera de la que se licenció en julio de 2013.
Además, cuando estaba finalizando sus estudios, en el verano de 2012, decidió ampliar sus conocimientos. Así que no dudó en matricularse en la Licenciatura de Humanidades, mientras realizaba el último año de Historia.
Esta situación le ha permitido obtener durante el curso académico que acaba de finalizar una beca Erasmus con la que ha permanecido varios meses en Oporto, una ciudad portuguesa que le ha conquistado. De esta forma nos lo cuenta el propio Carlos Núñez.
-¿Cuánto tiempo has estado fuera de España?
-La primera vez que llegué a Oporto -la capital del norte de Portugal o, como les gusta decir allí, la ciudad invicta- fue a finales de julio de 2013 para realizar un curso intensivo de portugués, que concluyó a mediados de agosto. Entonces regresé a Huelva hasta los primeros días de septiembre, cuando volví para estar todo el curso.
-Por tanto, ¿sabías portugués cuando llegaste?
-Bueno, cuando llegué en julio, mi nivel de portugués era muy escaso. Sólo sabía algunas cosas básicas a partir de mis visitas al Algarve. El curso que realicé en verano me fue muy productivo y he seguido estudiando el idioma en una academia durante los meses que he estado allí, por lo que mi nivel ahora es bastante aceptable.
-¿Ha sido tu primera estancia en el extranjero?
-De larga duración, sí. Aunque el verano de 2010 estuve unas semanas en Glasgow (Escocia) con la finalidad de ampliar sus conocimientos de inglés. Además, me encanta viajar y he tenido la oportunidad de visitar varios países de Europa, como Italia, Francia, Bélgica, Holanda o Hungría. Por ello, cuando vi la oportunidad que me brindaba la beca Erasmus mientras estudiaba Humanidades, no dudé en solicitarla.
-¿Cuál es el balance de tu experiencia?
-Positivo a todos los niveles. En el plano personal he vivido un gran año que me ha permitido conocer nuevos lugares y formas de ver la vida. Y, en el plano académico, he disfrutando de las enseñanzas y los recursos de una de las universidades más importantes de Portugal.
-¿Cómo es vivir allí? ¿Es muy diferente a España?
-En el plano personal, la mayor diferencia para mí ha sido la de vivir solo, puesto que hasta ahora residía con mis padres y hermana. Luego, en general, la vida no es muy diferente a mi vida habitual en Huelva. Y los precios de los alimentos son muy parecidos, quizás un poco más caros.
La gran diferencia es la oferta cultural, pues prácticamente cada semana hay algo organizado por las diversas asociaciones culturales de la ciudad, desde conciertos en la calle hasta mercadillos temáticos. Otra es la gran afluencia de turistas en la ciudad, especialmente en el centro histórico, donde cada día te encuentras a personas de diversas nacionalidades, incluidos muchísimos españoles. De hecho, hace poco, Oporto obtuvo el premio de mejor destino europeo del año, galardón que ya obtuvo hace dos años.
-¿Cómo es Oporto?
-Personalmente, me encanta Oporto. Es una ciudad preciosa y con una agenda cultural muy interesante, así como una gran cantidad de turistas. Estos factores hacen que tenga una vida intensa y agradable. A la vez es una ciudad de grandes contrastes. Paseando por ella puedes encontrar en una misma calle grandes edificios de oficinas con edificios completamente abandonados. En ese sentido, el centro de Oporto se encuentra gravemente degradado y los edificios abandonados se cuentan por cientos. No obstante, el conjunto resulta realmente bello, dando como resultado una bonita ciudad con un gran legado histórico, considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
-¿Y sus habitantes, cómo son?
-Por mi situación, he tenido más contacto con la sociedad estudiantil de la ciudad y tengo que decir que son bastante propensos a crear grupos pequeños y cerrados, lo que hace difícil integrarse, algo muy comentado entre los estudiantes extranjeros. Para hablar del resto de la población tengo que volver a referirme a los contrastes. Existe una gran desigualdad en la ciudad. Hay mucho dinero, pero concentrado en pocas manos, lo que se refleja en la calle, en el día a día, y se acentúa con la actual crisis económica, que ha afectado duramente en Portugal.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
-España está muy presente en la vida diaria de los portuenses. Están al tanto de la actualidad del país gracias a la difusión de los medios españoles en Portugal, así como por las propias informaciones sobre España en la prensa portuguesa y especialmente de las informaciones deportivas, con un gran seguimiento de la Liga Española de Fútbol. Además, muchos de los productos que consumen provienen de España. Yo la definiría, en definitiva, como una imagen de amor- odio, pues también se siente un cierto desprecio, porque consideran a España como la causa de muchos de sus problemas históricos. También es reseñable que en el norte de Portugal existe una gran conexión con Galicia, a la que muchos se sienten muy unidos histórica y culturalmente.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Pues aunque la distancia ha sido dura, saben que estar un tiempo en el extranjero se convertiría en un bagaje importante para mi futuro, así que me han apoyado. Además, tenemos la experiencia previa de mi hermana, que estuvo en Salerno (Italia) durante el curso 2011/12.
-¿Y tus amigos?
-Prácticamente igual que la familia, añadiendo que la gran mayoría de ellos han pasado por la misma experiencia y suponen un fuerte apoyo desde la distancia.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-Mi idea es seguir ligado a la universidad después de acabar Humanidades y, el próximo mes de septiembre, realizar mis estudios de posgrado (máster y doctorado). Y, si es posible, dedicarme profesionalmente al mundo de la investigación universitaria. Además, para el próximo curso tengo pensado estudiar un máster en Sevilla o Granada, aunque aún no está decidido del todo.
-¿Qué es lo que más echabas de menos de Huelva?
-La familia y los amigos en primer lugar, por supuesto. Y, durante el otoño y el invierno, he echado mucho de menos el clima onubense, porque Oporto es una ciudad donde llueve mucho y el tener que estar acompañado del paraguas todos los días no era a lo que estaba muy acostumbrado. Sin embargo, los vuelos de bajo coste que unen Oporto y Faro me han permitido acercarme a Huelva en más de una ocasión, por lo que la lejanía se sentía en una menor medida.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
-Quien tenga la oportunidad no debería desaprovecharla. Conocer otros idiomas, culturas y tradiciones abre mucho la mente de las personas y debería ser un punto fundamental en la educación de cada uno y eso repercute en la sociedad.
Afortunadamente en España cada vez es más común este contacto con el resto del mundo, gracias especialmente a experiencias como la que otorga la beca Erasmus, experiencias que habría que fomentar y no atacar continuamente, como se hace actualmente desde casi todos los ámbitos de la sociedad española.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Si no luchamos nosotros por nuestra propia ciudad no va a venir nadie de fuera a hacerlo por nosotros.