Mari Paz Díaz. Con el sugerente título de ‘El buscador del agua’ (*), las arquitectas onubenses Mª Luz Galdames Márquez y Luisa Alarcón González han diseñado un proyecto con el que mejorar la zona de Huelva capital situada entre los ejes del Paseo de Santa Fe y el Santuario de la Virgen de la Cinta, en La Orden, un eje con una gran historia en la capital onubense.
Se trata de una de las propuestas ganadoras del concurso denominado ‘Huelva Apunta’, convocado por el Colegio de Arquitectos de Huelva para la mejora de espacios de interés para la ciudad, que abarca lugares tan significativos para la ciudad de Huelva como el Paseo de Santa Fe, la Plaza Dos de Mayo, la calle Aragón, el Cabezo de San Pedro, El Conquero y La Cinta.
Según sus autoras, es «una zona cargada de historia y simbolismo, ya que los orígenes de Huelva se encuentran en el Cabezo de San Pedro, dado que uno de los tres Conventos Mercedarios que existieron en la actual provincia de Huelva, junto al de Cartaya y al de Ayamonte, conforma lo que hoy es Catedral y Rectorado de la Universidad de Huelva y es el origen del barrio de la Merced, con edificios tan emblemáticos como la Plaza de toros y el antiguo mercado del mismo nombre. A ello se añade la riqueza paisajística de las laderas del Conquero, sin olvidarnos del antiguo acueducto que corre por sus entrañas, y del Santuario de la Cinta».
En definitiva, una zona de la ciudad con un rico patrimonio arquitectónico, arqueológico y paisajístico, «hoy camuflado entre el tráfico, situaciones de abandono de edificaciones y solares y el acceso privado en su parte alta».
La propuesta premiada se ha basado en el reconocimiento de la realidad física existente y el devenir histórico de un territorio colonizado desde tiempo inmemorial, intentando darle coherencia y utilizando la memoria del lugar como herramienta para un proyecto que se podría realizarse a corto y medio plazo.
En concreto, esta idea parte del hecho de que «uno de los rasgos característicos de Huelva son los cabezos, por lo que deben mostrarse con toda su riqueza plástica y capacidad generadora de espacios urbanos singulares. Se plantea un estudio para la estabilización de los taludes con técnicas no agresivas de bioingeniería y control de las escorrentías de agua», explican las arquitectas.
Para ello, las arquitectas consideran fundamental que se recupere con una adecuada puesta en valor el antiguo Mercado de Santa Fe, la Iglesia de San Pedro, los restos arqueológicos del Castillo y su entorno con su singular topografía. Una recuperación que incluiría la adecuación del Mercado de Santa Fe para usos culturales y de ocio, la apertura a la ciudad del Cabezo, eliminando las edificaciones necesarias para la recuperación de los restos arqueológicos, con especial protagonismo del castillo, y aprovechando su posición privilegiada como un balcón mirador a la ciudad y el paisaje, en continuidad con el de la Iglesia de San Pedro.
Además, sería necesario asegurar las laderas del cabezo con un sendero desde la Calle Aragón hasta el Santuario de la Cinta, el embellecimiento del tramo de ladera y la creación de una plaza pública a sus pies que podría completarse, cuando la coyuntura económica lo permitiera, con algún sistema de elevador o escaleras mecánicas integradas con el entorno urbano y paisajístico.
Otra de las propuestas generales de ‘El buscador del agua’ se refiere a la necesidad de incrementar las áreas de uso peatonal en el casco histórico, conectándolas entre ellas y con el resto de la ciudad con un paseo peatonal y un carril bici, sin olvidar la protección y puesta en uso de todo el patrimonio que queda en pie.
Así, Galdames y Alarcón proponen la peatonalización de la Plaza de San Pedro y la Calle Daoiz, hasta el inicio de la Calle Aragón, con acceso restringido a residentes, carga-descarga y emergencias, al tiempo que consideran que se debe recuperar el espacio público para el paseo y estancia peatonal, «que con tanto éxito se ha llevado a cabo en otras zonas céntricas de la ciudad».
Para acompañar a esta operación, el proyecto incluye la continuación del sendero iniciado en la calle Aragón y un área de aparcamiento público subterráneo en los bajos del Cabezo Mundaka, que podría completarse con pequeñas actuaciones de carácter dotacional o de ocio y pasarelas de conexión con la zona alta del cabezo.
No en vano, este proyecto considera que La Merced y el Cabezo Mundaka son hitos urbanos y paisajísticos de gran singularidad, que ahora están constreñidos por el tráfico, dada su posición de unión entre la ciudad baja y la alta. Para solucionar esta cuestión, se propone redirigir el flujo circulatorio hacia al paseo de la Independencia, recuperando para el peatón el entorno inmediato de la Catedral-Universidad y la Plaza de Toros. Todo para ganar espacio para el disfrute del ciudadano.
En esta parte de la ciudad también se propone la recuperación del Mercado de La Merced para su uso público como mercado, galería comercial, hostelería, o formando un tándem con el antiguo Mercado de Santa Fe con un uso cultural o de ocio.
Otra de las áreas de la ciudad a recuperar es el área El Conquero – La Cinta, «que constituye hoy día un parque natural infrautilizado con un enorme potencial como elemento vertebrador e integrador de diferentes áreas urbanas. Además de ser un elemento paisajístico de gran valor ambiental, esconde los restos arqueológicos de un acueducto romano subterráneo, que aflora al exterior en la Fuente Vieja, magnífica obra de ingeniería que garantizó durante siglos el suministro de agua a la ciudad».
Para la recuperación de este espacio se incluye un sendero peatonal y ciclista en su parte baja, como continuación del recorrido iniciado a los pies del Cabezo de San Pedro, que llegue hasta el Santuario de la Cinta, que al tiempo conecte con una posible trama urbana de carriles bicis.
Precisamente, para la zona del Conquero se propone reafirmar una red de caminos y senderos en la ladera, completándolos con pasarelas, la rehabilitación de las aceras, miradores y el mobiliario urbano ejecutado con el Plan Andalucía 92 en la zona alta. Una rehabilitación que incluiría un carril bici y un aparcamiento adecuado. Una reforma que incluiría la regeneración del hábitat, el mantenimiento de huertas, la creación de huertos sociales, la reforestación de los lugares deteriorados y un estudio para la recuperación del acueducto o Fuente Vieja, dado su valor patrimonial.
Por último, el patrimonio arqueológico es otro de los ejes sobre el que descansa esta propuesta, junto a unas adecuadas políticas de protección y de integración.
Para estas arquitectas, «creemos que todas estas actuaciones deben ir acompañadas de un plan de uso y aprovechamiento en el que se integren todos los centros educativos del entorno, considerándose las laderas como extensiones de dichas instalaciones donde poder desarrollar múltiples actividades. Asimismo, la participación ciudadana de las distintas barriadas, a través de programas de reinserción laboral, talleres, campamentos de verano u otra fórmula, en la construcción, mantenimiento y uso de todo el entorno sería un buen garante de su éxito».
Ahora, tras conseguir el premio del Colegio de Arquitectos, esta idea está pendiente de poder participar en la segunda parte de este certamen y se podría incluir en un “Catálogo de Espacios para la Reflexión en Huelva” para su difusión entre los profesionales y la ciudadanía con el que sentar las bases de lo que podría constituir el germen para los criterios de revisión del Plan General de Ordenación Urbanística de Huelva.
En esa segunda fase de ‘El Buscador del Agua’ los esfuerzos se dirigirán a mejorar la situación de abandono del Cabezo de San Pedro y las laderas del Conquero, al tiempo que se ofrecerá con más detalle las conexiones entre la zona alta de la ciudad y la baja en el ámbito de la Plaza de la Merced – Plaza de Toros.
Posibilidades de ejecución de estas ideas. En las bases del concurso ‘Huelva Apunta’, el Colegio de Arquitectos de Huelva trabajará con el Ayuntamiento de la capital para intentar materializar estas propuestas antes de septiembre de 2015.
En este aspecto, las responsables de la idea consideran que los onubenses apoyarán su propuesta porque supone «la puesta en valor de elementos patrimoniales y paisajísticos de alta carga simbólica para la población», al tiempo que se trata de «una propuesta realista, sin artificios, se asume la realidad tal cual es, valorando sus cualidades paisajísticas y patrimoniales y proponiendo su puesta en valor con actuaciones de bajo impacto».
Siendo así, Mª Luz Galdames y Luisa Alarcón González invitan a los onubenses a mirar para «descubrir la singularidad del paisaje urbano de Huelva, que hagan el ejercicio de ponerse por un momento en el lugar de alguien que visita Huelva por primera vez».
Mª Luz Galdames y Luisa Alarcón, una trayectoria de éxito. Ambas arquitectas obtuvieron el título de Arquitecto en 1992, formando equipo profesional desde 1993, hace 24 años. En este tiempo, han desarrollado proyectos y obras que se encuentran publicadas en catálogos, libros y revistas y han sido reconocidas y expuestas en distintas muestras y exposiciones.
Por ejemplo, en 2000 fueron seleccionadas, junto a otros 9 equipos, por la Fundación Camuñas de Madrid, para la VI Muestra de Arquitectos Jóvenes Españoles, y finalistas del Concurso de Arquitectura para Jóvenes Arquitectos de Andalucía “J5 2000” de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía. En 2001 también fueron finalistas del VI Premio de Arquitectura de Ladrillo, de Hispalyt, con la obra del pabellón polideportivo de la Universidad de Huelva.
En 2005 obtuvieron una de las menciones de la XII edición de los Premios del Colegio de Arquitectos de Huelva y tuvieron una obra seleccionada en el Premio Torres Clavé del Colegio de Arquitectos de Cádiz, los cuartos de armadores en el puerto pesquero de Barbate, que además fue inventariada en el Archivo de Arquitectura Moderna y Contemporánea del Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz.
En 2007, su obra de rehabilitación y ampliación del Ayuntamiento de Cartaya fue preseleccionada, junto a otras 20 obras a nivel nacional, para los Premios de Arquitectura Española del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
En 2010 fueron finalistas de los Premios ATEG de Galvanización en Construcción, con la obra Mirador “Ventana Paisajista” en el Granado, que fue el resultado de un concurso de ideas convocado por la Mancomunidad de Municipios Beturia en colaboración con Colegio de Arquitectos de Huelva. Y, además, han sido profesoras invitadas en el Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, departamento donde Luisa Alarcón es profesora desde 2008 y desarrolla en la actualidad su tesis doctoral.
(*) A José Manuel Gómez Baena le piden disculpas por haber utilizado un lema con una referencia tan clara a su obra “El buscador de Agua. Las galerías subterráneas del Conquero”.
8 comentarios en «Un proyecto premiado por el Colegio de Arquitectos propone la recuperación de El Conquero, el Mercado de La Merced y el Cabezo de San Pedro con una pasarela»
Me encanta esta ideo y espero que pronto pueda hacerse realidad y darle el valor que se merece. ¿Donde se podría ver este proyecto?
Me encanta esta idea y espero que pronto pueda hacerse realidad y darle el valor que se merece. ¿Donde se podría ver este proyecto?
Espero se haga realidad este proyecto y podamos ver que la historia de Huelva empezó antes que Colón y que el Recre.
Ojala este proyecto de estas dos chicas encantadoras saliera adelante eso generaría puestos de trabajo y Huelva y HUELVA sería aun mas grande de lo que es. Desde suiza animo y a seguir luchando por este proyecto . Un saludo
Enhorabuena a Mariluz Galdames y Luisa Alarcón. En una ciudad como Huelva donde su paisaje es su principal valor estético, son necesarios proyectos que lo realcen y lo respeten. El presente trabajo parece que cumple ese doble cometido, pero además parece que es factible y realista. Deseo que a través de su colegio profesional logren implicar a las administraciones que tienen responsabilidad en su futuro desarrollo y algún día podamos disfrutar de esta interesante propuesta.
Primero indico la sospecha, y luego matizo algunas cosas, a mi parecer. Septiembre de 2015. Uno no puede sino reparar en la coincidencia con el tiempo de elecciones municipales.
Por otra parte. Aquí se habla de recuperar cosas de las cuáles no sería yo quien discutiera su valor. ¿Pero qué son en el ojo del Ayuntamiento, tan importante para verlo hecho? Si repasamos los último lustros paramos aquí. Pero es que tan sólo este año se ha derribado, entre otras cosas, TODA la antigua Avda. Adoratrices por «no tener valor estético».
Respecto al cabezo Mundaka, ya hay un proyecto aprobado en 2011 que supone «construir una línea de edificaciones a lo largo de las calles Médico Luis Buendía y Menéndez Pidal, convirtiendo estas calles en dos importantes viarios y ensalzando el Cabezo Mundaka». ¿Esto es ensalzar o recuperar? No. Además, el aparcamiento «público» no creo que fuera de titularidad pública, teniendo en cuenta que recientemente se ha malvendido el de la Plaza del Cine.
El cabezo del pino se desmontó hace unos años, y el mismo de San Pedro ha sido lapidado recientemente con un edificio de dimensiones y aspecto muy cuestionable.
El Mercado de Santa Fe ha sido reclamado insistentemente por los comerciantes del nuevo (en frente), pero el Ayuntamiento lo quiere tirar desde 2009 con un proyecto de viviendas. Este mismo año ha derribado la casa colindante, que podría haberse rehabilitado, y no ha hecho sino fomentar el deterioro del Mercado por filtraciones en su lateral. Es sabido que la intención es derribar todas las casas de la calle Ayamonte.
El solar del castillo, es sabido que es privado y que todo intento del Ayuntamiento (el que haya habido) por recuperarlo ha sido en vano.
Imagino que estas dos respetables arquitectas son conscientes de todo ello, por tanto ruego que se tengan en cuenta estas contradicciones.
Si se trata de «darle coherencia y utilizando la memoria del lugar» y hacer «uso de todo el patrimonio que queda en pie», creo que a la hora de esa revisión del Plan General de Ordenación Urbanística de Huelva que se menciona habría que empezar por abajo:
Hacer inventario histórico de todo lo perdido, de lo recuperable y de lo no recuperable y los casos en que merezca la pena y tenga sentido recuperarlo, integrándolo en un contexto favorecido por nuevas actuaciones que no desvirtuen lo existente. No pasa nada, es historia, pero reconocer los errores del pasado es primordial para no continuarlos. No hacer de un error dos.
Modificar la edificabilidad y alturas en todo el casco histórico.
Como bien se dice, restaurar todo el patrimonio que queda en pie, modificando la definición actual de «ruina» y contemplando su recuperación en todo caso.
Si hay algo de seriedad en todas estas buenas intenciones (con mayores y menores aciertos, pues es a discutir, y con mucho gusto), empezar por poner sobre la mesa todo lo que está mal es lo primero para sentar las bases de una Huelva más deseable y cuyos elogios recibidos sean más acorde a una realidad palpable que al amor por la tierra de todos los ciudadanos.
Perdón, mi primera mención a un mercado era al de La Merced, obviamente, no al de Santa Fe.
Ante todo deciros que estáis disculpadas por haber dado a vuestro proyecto el mismo título que el de mi libro, y despues agradeceros que lo hayáis hecho, ya que cuando escribí ese libro lo hice con el único propósito de mostrarle a un grupo de amigos la existencia y singularidad de las Galerías Subterráneas del Conquero, la más grandiosa y antígua obra arquitectónica que tiene Huelva, algo que ellos, como otros muchos onubenses ignoraban, y que gracias a proyectos como el que os han premiado, o a labor que está haciendo mi querida amiga la arqueóloga Rocio Rodríguez en la Fuente Vieja, se está empezando a conocer.
Para los que nos hemos criado en Las Colonias, las Galerías y la Fuente Vieja nos era algo tan conocido como el patio de nuestras casas, porque por allí era por donde jugabamos; así que cuando más tarde, mucho más tarde, me di cuenta de casi nadie conocía estas riquezas arqueológicas, sentí como vergüenza ajena y me propuse propagar lo mejor que pudiera su existencia: qué eran, cómo eran y para que han servido durante más de dos mil años.
Todos las llaman «romanas», porque romanos son los materiales superficiales que se han analizado, pero yo, después de indagar mucho, creo que son anteriores, posiblemente de la época tartessíca, por eso situo su contrucción al final del reinado de Arganthonio, cuando Tartessos dejó de existir como reino todopoderoso.