Redacción. Todos hemos visto alguna vez la esbelta figura de los faros de El Rompido, que desde la margen izquierda del río Piedras, guían a navegantes de todo el mundo desde el año 1861 en su transitar por las costas onubenses, concretamente en el tramo comprendido entre las desembocaduras del Guadiana y los ríos Tinto y Odiel, en la capital provincial.
Sin embargo, muy pocos son los que a lo largo de todos estos años han tenido el privilegio de disfrutar de las espectaculares vistas que desde ellos se pueden observar de todo el litoral occidental onubense, pero sobre todo del Paraje Natural Marismas del Río Piedras y Flecha de El Rompido, que se desparrama a sus pies.
No obstante, las gestiones de la Asociación de Vecinos Río Piedras de El Rompido han hecho posible que cientos de personas hayan podido disfrutar, aunque sea por un solo día, de tal privilegio, y los dos faros de El Rompido han abierto por primera vez en la historia sus puertas a las visitas, además de forma totalmente gratuita.
De esta forma desde primeras horas de la mañana, y en grupos de ocho en ocho, fueron cientos de ciudadanos los que pudieron disfrutar con las vistas que éstos ofrecen, especialmente el más alto, actualmente en uso, cuya torre cilíndrica blanca se eleva hasta a 43 metros sobre el nivel del mar, y a 29 sobre el terreno en que se ubica. Para llegar hasta su parte más alta, los visitantes tuvieron previamente que ascender los 114 peldaños que constituyen la estrecha escalera de caracol que conduce hasta sus luminarias, en lo más alto del edificio.
La iniciativa, denominada ‘Iluminando el faro’, ha tenido lugar dentro del marco de la I Semana Cultural de Primavera organizada por la Asociación de Vecinos Río Piedras de El Rompido, cuyos responsables han subrayado el éxito de la actividad, sobre todo por la expectación que previamente levantó, que se tradujo posteriormente en el elevado número de visitas registrado.
La visita también tuvo cierto carácter cultural ya que los asistentes pudieron preguntar a lo largo del recorrido cuántas dudas se les plantearon a los funcionarios de la Autoridad Portuaria de Huelva encargados de la seguridad y el mantenimiento del faro.
De esta forma uno de ello, Carlos Gómez, encargado del mantenimiento eléctrico de la instalación, les explicó curiosidades tales como que el alcance nominal nocturno del faro es de 27 millas náuticas (37 kilómetros), gracias a los tres grupos de cuatro lámparas de 200 vatios con que está dotada su luminaria, los cuales emiten un doble destello cada cinco segundos.
Igualmente los visitantes pudieron saber gracias a este veterano funcionario que el faro más antiguo, construido en 1861 con aparato de tercer orden y luz fija variada por destellos de cuatro en cuatro minutos tenía un alcance de 14 millas, funcionando su lámpara más primitiva a base de aceite de oliva. Dicho faro fue construido con el propósito de cubrir toda el área de costa comprendida entre la desembocadura del Guadiana y los ríos Tinto y Odiel. Originariamente, con el objeto de balizar la barra del Terrón se colocarían dos luces fijas blancas de enfilación que se encendieron por primera vez en 1864.
En 1885 se aprobó una propuesta para cambiar este faro por otro en Punta Umbría, que finalmente fue desestimada. En 1919 se puso una instalación de petróleo por incandescencia y se acopló al aparato original un sistema de pantallas giratorias que producían una apariencia de grupos de dos más una ocultaciones, con 16 millas de alcance. En 1928 volvió a cambiarse para distinguirlo mejor del faro del Picacho (en la costa oriental onubense) y se le dejó con una de grupos de dos destellos blancos cada cinco segundos. Para ello se cambió su sistema de pantallas por otro de lentes giratorias. En 1934 se automatizó el faro con una instalación de acetileno y destellador. Finalmente, en 1975 se decidió construir una nueva torre, ya que la antigua no permitía el recrecimiento necesario de 15 metros.
El nuevo faro entró en funcionamiento en 1976, siendo muy similar al que se encuentra a la entrada del puerto de Huelva, y dejando en desuso el antiguo después de más de un siglo guiando con su luz a varias generaciones de navegantes. El edificio del faro viejo, como se le conoce en El Rompido, ha quedado como mudo testigo y como una interesante pieza arquitectónica característica de la arqueología industrial de este tipo de edificaciones del siglo XIX.
La estampa de los dos faros de El Rompido es una de las imágenes más reconocibles y características del litoral atlántico onubense y, después de muchos años, el sábado 17 de mayo ha sido la primera vez que ha abierto sus puertas para ser visitado por los ciudadanos. Sin duda, la expectación que la iniciativa ha suscitado hace pensar que podríamos estar ante un importante atractivo turístico para El Rompido y, en general para todo el litoral onubense.
I Jornada Cultural de Primavera en El Rompido
Por otra parte, numerosos han sido los ciudadanos que a lo largo de todo este fin de semana han participado en las distintas actividades programadas por la Asociación de Vecinos Río Piedras de El Rompido dentro del marco de sus I Jornadas Culturales de Primavera.
Una iniciativa con la que según informó el colectivo vecinal, se pretende “estimular la participación ciudadana en actividades de ocio y tiempo libre con contenidos culturales, promocionar las tradiciones rompieras e inspirar la iniciativa privada e institucional para el desarrollo socio-cultural de El Rompido”.
Para tal fin, se han desarrollado actividades en diferentes zonas de este núcleo costero. Así, en el paseo marítimo se han celebrado juegos infantiles tradicionales, animación sociocultural, un mercadillo tradicional (basado en el sistema del slow market) y degustación de productos típicos gastronómicos de El Rompido.
Otro foco de atención ha estado en los faros, ya no solo por las visitas, sino porque en el edificio del antiguo faro ha habido una muestra de fotografías antiguas del profesor local Juan Ruiz sobre la almadraba de Nueva Umbría, así como se desarrolló el sábado una ponencia a cargo de este mismo y centrada en la misma temática, que desbordó todas las previsiones de asistencia. También acogió una exposición de pintura.
Los faros del litoral de Huelva, la luz que guía a una tierra marinera por excelencia