Mari Paz Díaz. ¿Quién no recuerda a Espinete? ‘Barrio Sésamo’ fue un programa infantil que ha marcado a toda una generación de españoles, tanto que son pocos los onubenses de entre treinta y cuarenta años que no reconozcan a este entrañable erizo de color rosa que cada tarde se metía en nuestras casas junto a sus vecinos del barrio, como eran Don Pimpón, Chema ‘El Panadero’, Don Julián ‘El Tendero’, Ana ‘La Hippy’ y los niños Ruth y Roberto.
Se trataba de la versión española de ‘Sesame Street’, un programa nacido en Estados Unidos que aterrizó en TVE en el año 1979, protagonizado entonces por ‘La Gallina Caponata’. Sin embargo, ‘Caponata’ no parecía convencer a los niños y niñas españolas. Por este motivo, TVE decidió cambiar de registro. Entonces pidió a Kermit Love, el creador de las marionetas del programa original estadounidense, un muñeco que representara mejor la idiosincrasia española. Fue así cómo surgió ‘Espinete’, una figura en cuyo diseño estuvo trabajando un onubense, cartayero de adopción para más señas.
Nos referimos a Enrique Martínez-Salanova Sánchez, que, aunque nació en Logroño, se siente un onubense más o un onubense de adopción, debido la mayoría de su familia es de esta provincia y su madre es de Cartaya, por lo que su nacimiento en La Rioja se produjo de forma casual, pasando gran parte de su infancia y adolescencia entre Cartaya y Aljaraque, «además de que sigo manteniendo el contacto con mi familia y suelo venir bastante a Huelva», reconoce.
Su participación en ‘Barrio Sésamo’ se produjo a inicios de los años ochenta, cuando «era profesor del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Politécnica de Madrid. Me propusieron formar parte del equipo de guionistas del programa, al mismo tiempo que trabajaba en el proyecto de cambio de personajes y estructura del programa. Como externo a TVE, me pareció una experiencia interesante, conocía bastante del programa Sesame Street, norteamericano, sobre el que había ya realizado algún trabajo de investigación, y me pareció una suerte entrar en el equipo de TVE».
«En principio entré a formar parte del equipo de guionistas, pero el productor me pidió que apoyara el trabajo pedagógico, cosa que hice con mucho gusto. Recuerdo del equipo a Angelino Font, director de cine y guionista, que había producido para TVE ‘Fortunata y Jacinta’, entre otras muchas cosas. También era guionista en aquel equipo Consuelo Armijo, con varios premios de literatura infantil a sus espaldas e ilustradora, autora entre otros, de ‘Los pampinoplas’ y ‘Los batautos’… Hicimos guiones para la segunda temporada de ‘Barrio Sésamo’ en España y ayudamos a diseñar los personajes de la tercera, Espinete, por ejemplo», nos explica Martínez-Salanova. Es decir, Enrique participó en la segunda temporada de ‘Barrio Sésamo’, trabajando en los personajes y segmentos hechos en España, pues la mitad del programa era norteamericano.
En un principio estuvo con ‘Caponata’, a la que define como una gallina, un tanto tontorrona, de dos metros de alto, rosa y rojo, el equivalente al norteamericano Big Bird (Paco Pico en España), un pájaro. Caponata estuvo en antena desde 1979 a 1980. El contrapunto de Caponata era Perezgil, un caracol sabihondo. Los personajes humanos que actuaban en el barrio con Caponata eran Adela, Petri y Julián.
Según recuerda, este personaje se cambió por Espinete «por razones en principio muy prosaicas. Los primeros guionistas de ‘Barrio Sésamo’, por la legislación española, cobraban un porcentaje de todos los guiones los hubieran hecho o no ellos, y por todo lo que hubiera de marketing, camisetas, TBOs, etc… TVE quiso desligarse de esa dependencia y la única forma era cambiar los personajes con el fin de cobrar los derechos de autor».
Fue así como nació Espinete. En su diseño intervinieron numerosos condicionantes, aunque es curioso que previamente «se hizo una investigación con niños de seis años en toda España. Entonces se dieron cuenta que al dibujar a Caponata, lo hacían con una sola mano o un brazo inmóvil. Los niños se fijaban en que la gallina, el personaje de Emma Cohen, que la interpretaba y movía, solamente movía el brazo derecho, pues con el otro debía mover el pico. Esto se tuvo en cuenta al crear a Espinete», nos explica.
Por lo demás, es interesante saber que «el perfil psicológico de Espinete, un niño de seis años, se hizo entre un grupo de psicólogos y pedagogos a partir de investigaciones y análisis previos. La figura surgió de varios lugares, un boceto que hice, un personaje de un erizo que no cuajó en Israel, el diseño de unos norteamericanos… Lo que sí recuerdo, es que el día que nos trajeron el disfraz, estaba vestido con una especie de retales, algo así como don Pimpón, y allí mismo se los quitamos. Por eso, Espinete va desnudo todo el día menos cuando se acuesta, que se pone pijama».
Con todo, Enrique Martínez-Salanova reconoce que ‘Barrio Sésamo’ marcó una época, «un antes y un después de los programas infantiles. Muchos lo han copiado o se han inspirado en él, pero ninguno ha tenido tras el programa un equipo con tal rigor pedagógico y estético de trabajo. Es muy raro encontrar programas educativos, es decir, que tengan una intencionalidad educativa y que haya detrás un trabajo de planificación en ese sentido».
No en vano, este programa que desapareció de la parrilla de TVE en 1987 marcó la infancia de muchos españoles, que no se perdían ni un sólo día las historias de este erizo que vivía en una caseta de color verde y era popular por su desenfadado e infantil modo de ser mientras tomaban su merienda con un bocadillo de ‘Nocilla’.
Con esta vista atrás, Enrique reconoce que para que hoy en día funcionara un programa de estas características, sería necesario realizar «un notable esfuerzo en el que haya claros objetivos, metas de aprendizaje necesarias, un equipo de asesores adecuado y guionistas que se plieguen a todos estos aspectos. No es fácil, pero no imposible. En España en televisión hay muy buenos profesionales para realizar la parte técnica, y bastaría con que se quiera invertir un poco más en la infraestructura cultural, pedagógica y literaria. Sucede lo mismo con los guiones cinematográficos que, en el cine español son de baja calidad, no porque haya malos escritores sino porque se da muy poco valor al guión».
Es una reflexión realizada por este onubense de adopción que durante toda su vida ha intentado unir sus diversas profesiones, antropólogo, pedagogo, tecnólogo de la educación y comunicador, en una sola, la educomunicación.
No en vano, en la actualidad, «soy director de la revista Aularia, digital, y editor adjunto de la revista Comunicar. Fundamos hace 25 años el Grupo Comunicar del que soy vicepresidente. He trabajado en todos los niveles de la enseñanza, incluida la educación de las personas adultas, la formación profesional ocupacional y la formación de profesores. Durante algunos años he trabajado con infancia marginal, fui director provincial en Almería, del Servicio de Atención al Menor y del Hogar Provincial y presidente del equipo de Adopción«.
Además, Martínez-Silanova ha sido director creativo de publicidad y guionista de documentales, cine y televisión, ligados fundamentalmente a lo antropológico y educativo, sin olvidar que ha diseñado numerosas unidades didácticas, guías didácticas y módulos de trabajo para parques temáticos, exposiciones de cine y museos en los que los medios de comunicación y el cine tienen parte relevante, participando con frecuencia como jurado en festivales internacionales de cine infantil y juvenil y aquellos que unen el séptimo arte con los Derechos Humanos. Así, en la actualidad, continúa con toda esta actividad además de mantener la página Web ‘Cine y Educación’, «que ya ha superado con creces los 20 millones de visitas. Animo y asesoro a través de las redes y de cursos a distancia a comunicadores y profesores de otros países. Dedico mucho tiempo y esfuerzos al Grupo Comunicar», nos comenta.
Por ello, para terminar, no duda en instar a la responsabilidad social de todos y nos recuerda que «la familia y la escuela pierden fuerza socializadora al mismo tiempo que la ganan los medios de comunicación. Por ello los padres, la familia y la administración pública deben hacer mayores esfuerzos. Los medios de comunicación, por otra parte, tienen una gran responsabilidad, no solamente en la educación infantil sino en la de todo el conjunto».
Por nuestra parte, le damos las gracias a Enrique por habernos permitido recordar una parte entrañable de nuestra vida. Unos años que nunca olvidaremos, nuestra infancia, de la que ‘Espinete’ también forma parte.