Bono, God bless you, man!

El cantante Bono, de U2.
El cantante Bono, de U2.
El cantante Bono, de U2.

Francisco J. Martínez-López. A propósito de una intervención de Paul DavidHewson, mundialmente conocido como Bono, de la banda irlandesa U2, en la convención del Partido Popular europeo en Dublín –donde, por cierto, tuvo varios guiños de agradecer para España?, diversas personas que acababa de conocer en una charla distendida de cañas hicieron una crítica negativa de su implicación política. Reconozco que me resultó paradójica la presencia de Bono en la convención de este partido; se me ocurren varios motivos que le llevarían a ello; cortesía atendiendo una invitación por celebrarse la convención en su ciudad; simpatía política, quizá por la mayor tradición proximidad con algunos valores religiosos, en nuestro país o en Irlanda, por ejemplo, los de la iglesia católica, etc. Sin embargo, una cosa es eso, esto eso, la mayor o menor simpatía que uno pueda tener por la orientación política del partido al que se pueda vincular una celebridad, en este caso una estrella del rock, y otra muy distinta criticar la implicación política, que no partidaria, en diversas causas de justicia social y derechos humanos que, históricamente, ha demostrado Bono.

No soy objetivo hablando de Bono; lo sé; me puede la admiración que siento por su música, lo primero, pero también por su persona, estrechamente relacionada con esas otras cosas que ha hecho trascendiendo el ámbito de la música. Pero voy a intentar ser objetivo en lo que creo que debe ser un reconocimiento de justicia para él, que este grupo de personas a la que me refiero no hizo, sino todo lo contrario; en esa pasión, además, que alguno de ellos puso para justificar lo que para él era hipocresía del cantante y demás, se empezó a especular y a decir sobre cosas que se decían de Bono, que él había escuchado, y demás palabrería que a mí me parecía fuera de lugar para lo se estaba tratando. Es un hecho objetivo que Bono ha dado la cara y se ha señalado desde siempre para defender causas justas, algunas tan delicadas como su compromiso con el final del terrorismo en Irlanda y la censura al IRA, por poner un ejemplo; en nuestro país y en el suyo, gente ha sido asesinada por su activismo contra el terrorismo. En los años recientes está centrándose en la campaña ONE, para erradicar la extrema pobreza y la prevención de enfermedades, como el SIDA, especialmente en África. Esto por poner sólo unos ejemplos; hay otros muchos, como su implicación con diversas campañas de Amnistía Internacional, Live Aid, o su compromiso con los derechos humanos en Birmania, por ejemplo, y la defensa de Aung San SuuKyi (laureada con el Nobel de la paz en 1991, aunque una junta militar de su país le impidió que lo recogiera hasta el 2012) en la gira 360º, que comenzó a finales de Junio de 2009 en Barcelona.


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Cada uno es libre de interpretar esto y especular sobre los motivos de Bono para implicarse socialmente. No obstante, dejaría en frágil posición su postura si, incluso pensando que este tipo de cuestiones deben quedar al margen de la música y que no le corresponden a un rock star,no reconocen algo básico: a una persona hay que valorarle las cosas buenas que hace. Si no lo hacemos, mal vamos. En eso fue en lo que yo centré mi beligerancia en la discusión que decidí, finalmente, iniciar con estas personas, tras escuchar esos comentarios radicales sobre Bono, porque parece que es incompatible ser rock star y estar implicado políticamente y en causas sociales. Uno hasta llegó a decir que no es un político para hacer eso, porque son ellos los que están preparados para ello…esto me resultó gracioso también; por lo de la preparación de los políticos, y porque ahora resulta que hay que ser político para defender los derechos humanos. Bien, pues no conseguí, tras un tiempo en conversación acalorada, y rebatir los argumentos sin mucho recorrido de estas personas, que ninguna reconociera algo básico, insisto: hay que valorar lo bueno que hacen las personas, más allá de la opinión que podamos tener sobre una posible injerencia política, o como se quiera llamar. Entonces, ¿qué sería mejor? ¿Unarock star, o un famoso, que se dedica a lo suyo y se queda al margen de estas cuestiones? Bueno, yo lo respetaría, que no se me malinterprete, aunque no es lo que más valoro; el rock and roll dejó de ser sólo entretenimiento ya en los setenta. Por otro lado, quisiera, además, no ser injusto con las donaciones y colaboraciones anónimas, o discretas, que muchos famosos harán; algunos otros, seguramente, también pasarán de todo y no harán nada. Pero esto es especulación, y yo no quiero hacerla. Vamos a los hechos, que es lo que conocemos. Bono ha sido siempre una inspiración para mí y para muchos, aparte de su música, por la implicación social demostrada. Por supuesto, estamos en un mundo libre, o al menos nuestro país lo es, para criticarlo. Sin embargo, no deja de ser paradójico que, tras escuchar a personas de esta línea, parezca que se valora más a larock star o al famoso que no hace nada respecto del que sí lo hace. Yo, al menos, no lo entiendo. Lo intenté, no obstante, aprovechando la presencia de personas de esta posición, y les pedí que me lo explicaran, pero se me bloquearon rápido y no fueron más allá de su posición de enroque. Supongo que, si de ese grupo que estuvimos tomando cervezas todos hubiésemos sido estrellas del rock, yo habría sido el único que habría demostrado una beligerancia pública en la defensa de los derechos humanos. Sí, habría sido el único. Y lo habría hecho, entre otras cosas, por lo que he aprendido de personas como Bono desde que fui adolescente; y Bono, a su vez, probablemente lo habría aprendido de otros que fueron referencia suya.

En definitiva, que Bono, el hombre, tendrá sus debilidades y defectos, como todo ser humano, pero no he conocido todavía ninguno que, ni de lejos, empañe su ejemplo de compromiso social. Y que conste que no me parece incompatible ni de hipócrita que disfrute de una vida de multimillonario, y luego pida ayuda para acabar con la pobreza en África, por ejemplo, que era una de las razones que me esgrimieron, entre mofas y sornas, estos tipos de los que hablo para defender su posición. Se lo ha ganado; que lo disfrute; por otro lado, como oí decir en cierta ocasión al propio Bono, no solucionaría nada que él donara toda su fortuna. Lo que a mí me preocupa de una sociedad, o al menos de una parte de ella que lo haga, y con esta reflexión acabo, es que se critique, o no se sepa valorar, al que demuestra compromiso social, y que casi se respete más, o critique menos, al que, teniendo una posición de privilegio para hacer cosas, no haga nada. Eso no me parece normal; quizá, deberían informarse más y reflexionar mejor sus posiciones. Insisto, vamos a lo importante: valorar el bien. En cualquier caso, yo digo: Bono, Godblessyou, man!


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