Redacción. Los usuarios de los consultorios de Cumbres de Enmedio, Sotiel Coronada, El Pozuelo y Monteblanco, todos ellos integrados en el Área de Gestión Sanitaria Norte de Huelva, ya tienen a su disposición la receta electrónica o Receta XXI, el modelo de prescripción y dispensación de medicamentos desarrollado por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales que evita a los enfermos crónicos tener que acudir periódicamente a sus consultas de medicina de familia para renovar los tratamientos.
Se trata de un servicio que redunda en la calidad de la atención que se presta a los ciudadanos y que en la actualidad beneficia ya a prácticamente la totalidad de la población onubense. En este caso concreto, mejora la asistencia a unos 260 usuarios.
Este sistema de prescripción y dispensación de fármacos y productos sanitarios incluidos en la financiación pública ha sido desarrollado en colaboración con el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos y aprovecha las nuevas potencialidades de la informática y las telecomunicaciones.
Su activación es posible gracias al programa informático Diraya, cuyas otras prestaciones más destacadas son la historia de salud digital y la posibilidad de solicitar cita médica a través del teléfono de Salud Responde (902 505 060), vía internet desde las páginas web de la consejería (www.juntadeandalucia.es/salud) y del Servicio Andaluz de Salud (www.juntadeandalucia.es/servicioandaluzdesalud), o enviando un SMS con el texto ‘CITASAS’ seguido del número que aparece en la tarjeta sanitaria al 600 123 400.
La principal ventaja de Receta XXI va dirigida a los enfermos crónicos, a quienes se les evita tener que desplazarse continuamente a su centro de salud con el único fin de renovar sus tratamientos de continuidad. Gracias a este servicio, cuando el médico realiza la indicación de un medicamento a través de la aplicación informática Diraya y previa inserción en el sistema de la tarjeta sanitaria, los fármacos prescritos, la posología -dosis en que deben administrarse- y el tiempo de duración, quedan grabados en el módulo central de dispensación.
En este módulo se crea un crédito farmacéutico con el tratamiento completo mandado para el paciente en los plazos que estime oportuno el facultativo. El usuario, que sale del centro de salud sin las recetas tradicionales, acude a la oficina de farmacia sólo con su tarjeta sanitaria y desde ahí el farmacéutico accede a este crédito donde se recogen los medicamentos prescritos. Con estas premisas, el farmacéutico es el encargado de suministrar el tratamiento durante el tiempo indicado por el médico.
La receta electrónica redunda en un mejor control de la adherencia del paciente al tratamiento, ya que el médico puede visualizar si se han retirado en las farmacias los medicamentos recetados. El profesional tiene que entregar al ciudadano una hoja de instrucciones en la que se especifica tanto el fármaco recetado como la forma de tomarlo y cualquier información que considere de interés para el cumplimiento del tratamiento.
La puesta en marcha de este sistema también posibilita la disminución de las consultas que se producen en el ámbito de la atención primaria –estimada en torno al 22% en los usuarios mayores de 65 años- y que el facultativo pueda, por lo tanto, dedicar más tiempo de atención a sus pacientes.