R.F.Beviá. Una de las empresas que mas influencia ha tenido en la historia contemporánea de Huelva ha sido la Compañía del Ferro-carril de Zafra a Huelva. Curiosamente no es mucho lo que se ha escrito sobre ella o, más bien, sobre su historia. Sin embargo, su legado si tiene espacio hoy en día en los medios de comunicación por la incertidumbre unida a su futuro.
Confiando en que la racionalidad (no la del recorte ciego y cortoplacista) impere y que esta arteria permita con su existencia operativa nuevas oportunidades para la economía onubense, traemos una pequeña historia de celebración en la que sus protagonistas muy probablemente percibían una realidad respecto a al futuro de la línea radicalmente opuesta a la que hoy, con preocupación, vivimos.
Miguel Borrero Morón era un importante empresario de Huelva de finales del siglo XIX, principios del siglo XX. Diversos negocios hacían que en la lista de los 100 principales contribuyentes de esta provincia en 1916 estuviese situado en un privilegiado lugar: decimotercero. Miguel Borrero, además, mantenía una importante actividad social, ostentando diversos cargos en cámaras oficiales, como la de Comercio, la Agrícola o la de la Propiedad Urbana. Fallecida su mujer decidió perpetuar su memoria dedicándole un singular homenaje: la construcción de un apeadero / cargadero situado en una finca de su propiedad por la que transcurría la línea de ferrocarril de Huelva a Zafra. Este apeadero, llamado para mayor honor estación, tendría el nombre de su mujer: Encarnación.
Situado entre El Cobujón y Los Milanos, aproximadamente en el punto kilométrico 144 en el sentido Zafra a Huelva, estuvo operativo, al menos, hasta 1960. La inauguración del mismo constituyó un notable acontecimiento, citado incluso, aunque brevemente, en prensa nacional. El día elegido fue el 26 de junio de 1915, hace casi un siglo. Una treintena de selectos invitados tuvieron la oportunidad de pasar una jornada muy especial. Todo comenzó con un buen desayuno a las cinco de la mañana en el café Nuevo Mundo, cerca de la Estación de Zafra en la que embarcarían en el propio tren para trasladarse a La Encarnación.
En la comitiva estaba lo más granado de la sociedad onubense: entre otros, los diputados en las Cortes Españolas por Huelva, Manuel Martín Vázquez y Manuel Rebollo Orta; el gobernador civil de la provincia, Eduardo Rivadulla; los alcaldes de Huelva y Calañas, José Ruifernandez y Ramón Conde; el arcipreste de Huelva, Miguel Muñoz Espinosa; los abogados Manuel Siurot (sobresaliente escritor y pedagogo), José Marchena Colombo y Ricardo Terrades, el segundo presidente de la Real Sociedad Colombina y los dos últimos catedráticos del Instituto La Rábida.
Tan selecto grupo comprendía también a los reputados médicos Enrique Crespo y Rafael Repiso; el fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Bernardo Cos-Gayon; Juan Cádiz, principal notario de la capital; Manuel Lazo, Secretario de Instrucción Pública; el arquitecto Trinidad Gallego; el corredor de comercio, Justo Borrero de la Feria; el fotógrafo Diego Calle; los empresarios Antonio de Mora Claros y Nicolás Vázquez Pérez; y representando a la Compañía de Zafra-Huelva su jefe comercial y apoderado, Agapito López.
Habiendo salido de Huelva a las cinco y media llegaron a la nueva estación algo antes de la siete de la mañana. Al llegar se encontraron, para recuperarse de esa ‘velocidad de vértigo’, una opípara mesa servida como paso previo a la misa. Esta fue celebrada con toda solemnidad, transcurrida la cual fue tomada por el gran Calle la primera instantánea fotográfica, que aquí reproducimos con los participantes delante del altar. A este destacado momento de la inauguración siguió el almuerzo, iniciado sobre las doce del mediodía.
A los postres del mismo se pronunciaron numerosos discursos, entre los que destacó el de Manuel Siurot, que realizó unas simpáticas e ingeniosas semblanzas de los presentes, privilegiados participantes en el emotivo acto. También se leyeron varios telegramas de adhesión, entre otros el del gobernador civil de Córdoba, amigo personal de Borrero Morón.
Tras el almuerzo fue tomada una segunda fotografía, que encabeza el artículo. En ella que hemos podido identificar, además del arcipreste, a Manuel Rebollo, Eduardo Rivadulla, Manuel Siurot, Marchena Colombo, Ricardo Terrades, Mora Claros y Agapito López. Invitamos a nuestros lectores, algunos de los cuales serán descendientes de los protagonistas de esta pequeña historia, a identificar al resto.
Cansados pero satisfechos, los invitados a esta singular jornada llegaron a Huelva sobre las nueve y media de la tarde, de ese lejano y feliz 26 de Junio de 1915.
2 comentarios en «La inauguración de La Encarnación: una feliz jornada para la línea del ferrocarril Zafra a Huelva, en 1915»
Como siempre, genial…..descifrando las fotos y completándolas con su historia, la cual no debemos olvidar porque es nuestra historia.
Lupe Martín Summers quisiera saber quién es Manuel Martín Vazquez, al que nombran en el artículo. se trata de su bisabuelo.